"Hubiera querido vivir en la fiesta perpetua de ‘Las mil y una noches’"

¿Qué clásico nunca ha leído?

Las Novelas amorosas y ejemplares de María de Zayas: son diez y me quedé en la segunda por la fascinación que me produce releerla, así que espero consumar pronto mi romance con doña María.

¿Cuál es el clásico más sobrevalorado? 

El “Génesis” de la Biblia.

¿En qué universo literario le hubiera gustado vivir?

En la fiesta perpetua de Las Mil y Una Noches.

¿Con qué personaje se emborracharía?

Soy abstemio, pero haría una excepción con Emily Dickinson.

¿Qué libro dejó por la mitad, y con gusto?

Opio en las nubes de Rafael Chaparro.

¿Cuál es la escena más violenta que recuerda en un libro?

La agonía de Jacques, el hijo de Monsieur Othon, en La peste de Camus.

¿Cuál ha sido su peor experiencia escribiendo?

Enamorarme de una historia que comenzaba a soñar y descubrir que alguien ya la había escrito.

¿Qué escena de un libro lo ha hecho llorar?

No una escena, pero sí una obra: la belleza inaudita de la poesía de Virginia Hamilton Adair.

¿Cuál es su bestseller favorito?

El largo adiós de Raymond Chandler.

¿Qué libro lo hizo querer ser escritor?

Un cuento: La gallina degollada, de Horacio Quiroga.

¿Qué libro le hubiera gustado escribir?

El otoño en Pekín de Boris Vian.

¿Cómo imagina el mundo el cien años?

Desvaneciéndose en una pantalla de cine.

¿Qué libro le recomendaría a los millennials?

Crónicas marcianas de Ray Bradbury.

¿Qué libro que leyó de adolescente no volvería a leer?

Los que ahora están perdidos en el olvido: una evidencia de que se extraviaron sin dolor en algún lugar de la ruta biográfica.

¿Cuál es su ritual antes de escribir?

Ir al gimnasio para trabajar después con la serenidad del cuerpo relajado.

¿Con qué personaje se acostaría?

Con Genoveva-La-Mar porque es la vida hecha literatura.