Sergio Ocampo, Víctor Saavedra y Fernando Quijano

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Fernando Quijano: “El antídoto de la postverdad es preguntarle a las fuentes”

En el marco del IX Encuentro Internacional de Periodismo, celebrado como parte de la Feria Internacional del Libro de Bogotá el director de ‘La República’ participó en un conversatorio con Víctor Saavedra, ex-viceministro de Educación, para ahondar en las posibles soluciones a la ‘postverdad’.

Ana Gutiérrez
29 de abril de 2017

El año pasado el diccionario de Oxford nombró la ‘postverdad’ como la palabra de 2016. El término denota “circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”. La institución señaló procesos como el Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos como casos donde aplica el concepto.

Durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá, del 25 de abril al 8 de mayo, se celebra el noveno Encuentro Internacional del Periodismo, enfocado sobre la postverdad y los retos que le propone al campo. El 29 de abril se reunieron Fernando Quijano, el director del diario La República y Víctor Saavedra, ex-viceministro de Educación, en una charla moderada por Sergio Ocampo, escritor que trabaja con El Tiempo y El Espectador, para discutir las posibles respuestas a los efectos que tiene la postverdad sobre su profesión.

Al iniciar Ocampo señaló que “la postverdad probablemente nos acompañará durante mucho tiempo. Tiene con unos rasgos particulares, por ejemplo, con las redes sociales e internet cuenta con un vehículo inmediato, universal y exiguo en sus controles. Otro, más preocupante, es que la mentira parece haber perdido su valoración negativa. Ante las falsedades en redes o fotos trastocadas la respuesta es más de exculpar, justificar y defender”. Cabe además resaltar que se nutre de la deslegitimación de periodistas y medios por parte de quienes utilizan la postverdad como herramienta.

Para orientar la charla, partieron de dos casos particulares en Colombia.

El primero fue la polémica por las supuestas cartillas de educación sexual e ideología de género que se le atribuyeron a la ex-ministra de Educación Gina Parody. Saavedra trabajó en su administración y señaló que lo que proponía el Ministerio no fue iniciativa de ella, sino una respuesta a lo que pidió el gobierno tras el suicidio de Sergio Urrego, un adolescente homosexual matoneado en su colegio. La reacción de rechazo a las supuestas cartillas respondía más a una respuesta emocional, impulsada por imágenes gráficas compartidas en Whatsapp y redes sociales , que a razones concretas.

“Crearon una narrativa, diciendo que Gina, al ser gay, quería inducir la homosexualidad en los niños. Se creó un marco conceptual bajo el cual todos empezaron a hablar que no correspondía a la realidad. No solo empiezan a circular imágenes muy fuertes además decían que los acuerdos con las FARC tenían ideología de género, que en realidad son solo unos términos técnicos y científicos”. Recalcó que la postverdad tiene la virtud de imponer una historia tan dominante que eclipsa los hechos con verdades parciales, rumores y eslóganes se difunden rápidamente y se quedan en las mentes de las personas. Explicar las tergiversaciones es “largo y aburrido”, por lo cual es muy difícil revertir lo hecho. Por último, resaltó que es muy fácil encerrarse en una cámara de eco, en especial con las redes sociales que permiten seguir a personas afines y bloquear a las que piensan diferente.

Partiendo de las cartillas, Quijano habló del caso del plebiscito colombiano, en el cual también se utilizó la “ideología de género” como herramienta de postverdad, atando esa percepción negativa a los acuerdos. Conoce bien los hechos porque La República publicó una entrevista tras la votación con Juan Carlos Vélez, gerente de la campaña del No, en la cual ahondó en las técnicas que utilizaron.

La campaña se basó en la indignación. No abordaron los acuerdos como tales, ni debatieron sus méritos. En vez buscaron una reacción emocional con imágenes cortas difundidas en redes que apelaban a los miedos e ira de los colombianos. Quijano advirtió que los periodistas también debían cuidarse de sus sesgos. Señaló que a menudo no se cuestionaban suficientemente las fuentes y la información que proveían. “Al repetir sin cuestionar las declaraciones es que se cola la falsedad. El antídoto de la postverdad es preguntarle a las fuentes”.

Para Quijano, se puede vislumbrar un fin a la situación de postverdad. La solución será en parte de los periodistas y en parte de la audiencia: “tenemos mucha competencia en la información, estamos sobreinformados. Necesitamos más personas calificadas en todos los lugares de donde sale la información sea en Twitter, en Youtube y otras redes. Necesitamos ser más rigurosos, hacerlo bien, ser curadores de información en quienes la gente pueda creer. Vamos caminando hacia un estado en que las personas sí buscan saber que es verdad y que es mentira”.