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BROCHAZOS CRUDOS

Después de varios éxitos cinematográficos la última película de Arthur Penn sorprende por su falta de fuerza.

18 de abril de 1983

Ante esta película no puedo dejar de decir algo que no había dicho explícitamente en las tres críticas publicadas en los números anteriores. Que no me gustó. No lo había expresado en forma directa ante "E.T", "Moscú no cree en lágrimas" y "Fuga sangrienta" porque,aunque no me gustaron, sinembargo me llamaron la atención como fenómenos sociales (la de Spielberg y la de Stallone) o como caso extraño en el cine ruso el que se dedique a copiar modelos occidentales ("Moscú no cree en lágrimas").
LA FRIALDAD
No me gustó "Cada amigo un amor" porque me parece grave que una película lo deje a uno frío. Sin emoción o sin rabia. Y no fue solamente porque nos interrumpieron siete u ocho veces la proyección (¿estaba dañado un proyector? ¿seguiría así?) sino porque la película no tiene la fuerza que tenían las obras anteriores de su director, Arthur Penn. Recuerdo todavía el impacto de "Ana de los milagros", de "Bonnie and Clyde" y de "El restaurante de Alicia" .
"Cada amigo un amor" no tiene fuerza porque está más preocupada por proponer todas las líneas posibles de análisis de la sociedad norteamericana de los sesenta y setenta que por hacerlas vivir. Los temas que anotan Gilberto Bello (El Espectador, marzo 11) y Mauricio Laurens (El Tiempo, marzo 11 ) existen en la obra. Son dimensiones desde las cuales puede ser organizada: el sueño americano de esos años, la forma como va evolucionando la sociedad, las frustraciones y situación de la generación que pasó por el hippismo, Vietnam, la época de Kennedy, la llegada a la Luna y el conflicto de las minorías raciales. Todo eso puede ser analizado en la película y dicho así puede sonar hasta interesante. Pero cuando se dice en términos puramente racionales, no como está en la película, como brochazos crudos simplemente informativos que uno puede comprender pero difícilmente vivir.
Y a las anteriores se podrían añadir otras dimensiones temáticas a que da lugar la obra. La dimensión que es Norteamérica, país que se va caracterizando en la película como conglomerado de razas, de oriundos y de inmigrantes europeos, judíos, vietnamitas y otros, de los cuales algunos logran adaptarse (los jóvenes) y otros no. De ahí surge el aspecto que logra centrar gran parte de la película y que quizás es el que tiene mayores posibilidades de agarrar al espectador, el de la lucha de Danilo, el inmigrante joven yugoeslavo, por encontrar un espacio en la sociedad que lo ha acogido. Su baúl atraviesa Norteamérica en busca de oportunidades hasta que termina quemado en esa escena final de final de viaje. Danilo se ha integrado. No sabemos en qué momento aceptó esa forma de vida y su condición de inmigrante, pero la acepta y su decisión no carece de lógica dado todo el proceso que ha seguido a lo largo de la película.
LLEGAR A ADULTO NO ES SALTAR OBSTACULOS
Aceptando que esta dimensión temática de la búsqueda tenga alguna fuerza en el personaje de Danilo y parcialmente en el de Giorgia, la mujer del grupo de los cuatro amigos, el problema es que todo está inmerso en una estructura prefabricada que conduce a una visión cerrada de la vida. Los cuatro jóvenes buscan realizar sus ilusiones, encuentran obstáculos, luchan por superarlos o por aceptar las derrotas que sufren, esto los hace madurar, una vez pasadas aquellas ilusiones juveniles terminan integrándose y viviendo lo que desde el principio les estaba preparado. Era por lo tanto una cuestión de edad, de madurar. Al final todo vuelve a ser lo mismo, como si no hubiera pasado nada.
En el momento en que los obstáculos no sirven sino para hacer madurar al individuo pierden toda la fuerza social. La experiencia del hippismo para Giorgia, la de Vietnam para todos pero especialmente para Tom que participa como combatiente, la de Danilo al conocer por dentro una universidad y una familia de clase alta que lo rechaza, son experiencias que simplemente los hacen "sentar cabeza", como diría una mamá. Eso mismo se hubiera logrado con otro tipo de vivencias de otra época histórica.
Lo que parecía ser entonces el estudio de la juventud norteamericana de ese período clave, de 1960 a 1980, se convierte en el genérico "paso de la juventud al ser adulto" que se puede encontrar descrito en cualquier texto elemental de psicología donde se prescinde de los concretos determinantes históricos de cada época. Nada, al final, hay en Giorgia, Danilo, Tom y David que los caracterice por haber vivido su juventud en esas décadas y no en otras.
Este es el resultado de aplicar en la película un modelo de estructura cerrado (ilusiones-obstáculos-solución). Es cerrado porque lo que son experiencias que marcan la vida se presentan y tratam como simples obstáculos externos que hay que superar. Hernando Martínez Pardo