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DETRAS DE LAS NOTICIAS

Doble crisis enfrenta la mayor parte de los noticieros de TV: económica y de audiencia. ¿Muchos o de mala calidad? La respuesta oscila entre los dos polos.

18 de octubre de 1982

En las últimas semanas han circulado rumores sobre probables dificultades económicas de algunos noticieros de TV y sobre una posible venta o cesión de la administración de Noticolor, el controvertido noticiero de Darío Restrepo y Darío Silva. Sin embargo, habría razones para pensar que no se autorizaría ninguna de las dos negociaciones. Además de que parece existir una cláusula en el contrato de adjudicación que prohibe la venta o la cesión, el ministro de Comunicaciones, Bernardo Ramírez, se ha pronunciado en contra de la existencia de muchos noticieros y la mano fuerte que viene operando desde INRAVISION impediría, a su vez, cualquier incumplimiento del contrato. Todo hace suponer que es probable que, de no llegarse a un acuerdo, el noticiero salga de la programación y en su lugar sea ubicado otro programa.
Nuevamente está sobre el tapete el tema de la cantidad de los noticieros. Gran parte de la opinión pública coincidiría con la apreciación del ministro en el sentido de que hay demasiados y, además, algunos sostienen que sobran porque "todos dicen lo mismo".
Otros factores para considerar: la distribución desigual por cadenas que, inclusive, podría justificarse porque la segunda no llega a todas las regiones del país, y el hecho de que no estén en horarios enfrentados. Según muchos, éste sería el factor más negativo. Así, pues, para algunos, el aspecto más grave no sería el de la cantidad. Arguyen que en países como Francia, Estados Unidos, Alemania e Inglaterra hay más noticieros que en Colombia, pero distribuidos equitativamente en las diferentes cadenas y enfrentados en los horarios.
Así las cosas, podría pensarse que el quid del asunto en Colombia pudiera no ser el de la cantidad, sino más bien el de la calidad y el carácter de los noticieros. El sistema establecido por anteriores gobiernos, que se basa en un reparto con criterio político más que profesional, mal recibido por el grueso público, ha hecho crisis. Como respondiendo a esta inquietud que ha sido permanente pero que, sólo en contadas ocasiones, ha salido a la superficie de los debates públicos, el ministro de Comunicaciones, -que parece sabérselas todas-, se pronunció en el sentido de que este gobierno no seguiría otorgando espacios con el criterio de "vara de premios" o de pago por servicios políticos prestados. Todo esto indicaría que en la próxima licitación primarán los criterios profesionales, aunque el ministro no ha hecho declaraciones sobre si los noticieros y programas de opinión se harán por adjudicación directa, como ha ocurrido en el pasado, o por licitación como el resto de la programación Sin embargo, mientras hay una definición al respecto, los noticieros padecen una crisis por partida doble: económica y de audiencia. Esta doble crisis podría guardar una relación directa con la credibilidad de algunos de los informativos, disminuida en algunos casos por la rotulación partidista que, en muchas ocasiones, determina que caigan en la tentación de la parcialidad política.
TOCANDO FONDO
El reciente estudio del ANDA, realizado antes de las elecciones presidenciales, durante la semana del 21 al 27 de mayo, y para la programación de lunes a viernes entre las 11 de la mañana y las 9:30 de la noche, y de sábado y domingo entre 7 de la mañana y 9:30 de la noche, arroja los siguientes resultados en términos de rating de sintonía:

RATING DE SINTONIA
CADENA NOTICIERO HORA PROMEDIO
L M M J V
1 Telediario 12:30 25.2 21.8 30.9 23.6 18.8 24.1
1 24 Horas 7:00 39.5 27.0 31.1 23.4 38.8 32.0 . 1 Noticolor 9:00 34.8 29.5 29.4 43.4 36.2 34.7
2 Contrapunto 8:00 32.0 27.4 27.2 38.2 34.0 26.6
1 TV Mundo 8:00 20.9
(sábado)
2 TV Mundo 7:00 20.5
(domingo)
1 7 días en el 9:00 37.5
mundo
(domingo)

De estos noticieros no todos tienen la pauta publicitaria llena y se sabe que algunos enfrentan difíciles situaciones financieras, entre otras razones, por los altos costos de producción que se calculan en un promedio de 250 mil pesos por emisión.
Es evidente que la crisis comercial que afecta a la TV en general, no podría estar ausente de los espacios noticiosos. Pero también es probable que un análisis más a fondo podría indicar que la doble crisis que enfrentan algunos noticieros especialmente, obedece a un problema de calidad. Algunos analistas han señalado que la mala calidad se derivaría, en parte, de la falta de imparcialidad, determinada por el carácter más político que periodístico con que se orientan algunos de ellos. Además, podrían influir otros 2 factores: el hecho de que las adjudicaciones son establecidas en principio por dos años, aunque prorrogables, y los altos costos de producción. Todo esto limitaría la constitución de verdaderas empresas de comunicación con suficiente equipo periodístico y técnico. Estas limitaciones impiden la verdadera descentralización permanente de la noticia y el desplazamiento rutinario de los periodistas y reporteros a los lugares donde se producen los hechos dentro y fuera del país. En Colombia, no así en la mayor parte del mundo, los viajes de los periodistas a cubrir hechos de cierta importancia o las corresponsalías se convierten en situaciones de carácter extraordinario. Por éso es casi previsible que algunos de los premios de periodismo recaigan en aquellos noticieros que presenten informes de carácter internacional. Con ello se premia, en cierta forma, no sólo la labor periodística, sino el esfuerzo económino que implica el enviar al periodista, al camarógrafo y al auxiliar fuera del país.
Por otra parte, habría otro factor que incidiría en la calidad de los noticieros. Salvo contadas excepciones, Colombia no tiene muchos periodistas formados para la TV. La mayoría ha hecho sus primeros y segundos pinitos en la radio. Esto se hace evidente en un cierto descuido en el manejo de la imagen que, por lo general, se emplea como un "relleno" para la voz del locutor o del reportero, olvidando que el lenguaje de la TV tiene sus principios, su propia sintaxis. Además, hay quienes critican la excesiva rigidez y formalidad con las que se presentan las noticias, en detrimento de la agilidad periodística. A todo esto podría agregarse la actual reglamentación que rige para los noticieros, obsoleta y caduca, que pone límite al tiempo de las entrevistas, que impide el cubrimiento en directo de las noticias y que, en períodos electorales, prohibe transmitir en la voz de los candidatos sus propios discursos y programas. Finalmente, habría que preguntarse también si la crisis de sintonía obedece, en parte, a que la radio -el medio más avanzado actualmente en términos de información que permite el cubrimiento permanente e inmediato de las noticias desde el lugar mismo de los hechos-, haría parecer "trasnochada" parte de la información de la TV.
Sin embargo, dentro de todo este panorama hay quienes sostienen que en algunos noticieros se observa un esfuerzo por salirse de la supuesta uniformidad de la que se los acusa como es el caso de 24 Horas, para muchos el mejor y más profesional de todos los espacios noticiosos; TV Hoy que, si bien no figura en el estudio mencionado y aún conserva un esquema muy tradicional en la presentación de las noticias, ha realizado serios intentos para mejorar la calidad de la información; y 7 Días en el Mundo que, últimamente, se ha empeñado en mejorar su producción y que, en su información semanal, ha empezado a incluir informes preparados por un corresponsal en los Estados Unidos. Este informativo semanal presenta el más alto rating y recientemente mereció un Premio Simón Bolívar por los informes realizados durante las elecciones en El Salvador. Además, fue el único noticiero presente con sus cámaras en la evacuación de Beirut.
De todas maneras, y dadas las actuales circunstancias, es posible que para la próxima licitación se introduzcan cambios de fondo no solamente en la programación general, sino también en los noticieros. Así lo ha anunciado el director de Inravisión, anteriormente uno de los más fuertes críticos del medio. En general, hay consenso en la opinión en el sentido de que debería cambiarse radicalmente el criterio de adjudicación y de que sería necesaria una modificación de la reglamentación existente que, para el caso de los noticieros, se convierte en "camisa de fuerza" que atenta contra su carácter periodístico e informativo. Muchas son las esperanzas puestas en la nueva administración de Inravisión que ha anunciado un Estatuto de TV y una licitación profesional donde estarían ausentes el tráfico de influencias, las consideraciones de amistad y el criterio político de reparto por sectores de partido. Amanecerá y veremos.