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Blatter :“Fue un error otorgar el Mundial-2022 a Catar”

El presidente de la FIFA admitió que fue un "error" haber concedido la organización del Mundial de fútbol de 2022 a Catar.

16 de mayo de 2014

Cada año la FIFA gasta millones de dólares en campañas para el fair play en las canchas. Pero al nivel más alto, no son tan amigos de jugar limpio. En los últimos años una avalancha de escándalos golpearon el órgano director del fútbol mundial: corrupción, oscuros pactos políticos, traiciones y manejos financiero opacos.

Uno de las peores polémicas fue otorgar la organización del Mundial de 2022 a Qatar, un país de solo dos millones de habitantes, sin ninguna tradición futbolística, con un clima imposible, pero eso sí, con montañas de petrodólares. Ayer, en una entrevista con el canal suizo RTS, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, admitió que fue un "error" haber concedido la organización del Mundial a Qatar.

A ocho años del inicio, y a pocas semanas de la inauguración del Mundial de Brasil, el debate toma amplitud sobre la organización de la competición más popular del mundo en ese rico país del Golfo, donde las temperaturas alcanzan en verano entre 40 y 50 grados centígrados.

Desde siempre los Mundiales se disputan en junio, pero en el emirato es imposible por el calor sofocante. Aunque los jeques aseguraron que iban a construir estadios con aire acondicionado e incluso nubes robots, lo más probable es que la competencia se dispute en invierno, cuando el mercurio llega a los 25 grados. Desde ya está provocando conflictos entre la FIFA, los clubes y los campeonatos locales, que tendrán que reorganizar todo el calendario.

"Sí, por supuesto", dijo Blatter cuando un periodista de le preguntó si había sido un error haber otorgado el Mundial a Qatar debido al calor bochornoso del emirato. Pero "como usted sabe, todos cometen errores en la vida. El informe técnico de Qatar indicaba efectivamente que hacía demasiado calor en verano, pero el Comité Ejecutivo de la FIFA decidió por una mayoría bastante amplia que el Mundial se jugará en Qatar", contó Blatter.

Ante tal situación, "es más que probable" que el Mundial-2022 se juegue durante el invierno, agregó el presidente de la FIFA, que propuso en varias ocasiones modificar las fechas tradicionales del torneo.

"La mejor fecha sería hacia fin de año. Hay que ser un poco realistas. Para mí, si cambiamos las fechas, y hay que cambiarlas, porque no se puede jugar en verano aunque Qatar insista en ello, hay que jugar en invierno, a fin de año", dijo el suizo, que preside la FIFA desde 1998 y que ha sido regularmente reelegido con votaciones que envidiaría cualquier dictador: 90 % de los votos y un candidato único.



¿Hubo corrupción?


Pero no es la única polémica alrededor de la Copa Mundo qatarí. La revista France Football reveló un correo interno de la FIFA en el que el secretario general, Jerome Valcke, escribió hablando del dirigente deportivo catarí Mohamed Bin Hammam: “Piensa que puedes comprar a la FIFA como compraron la Copa del Mundo”. Aunque Valcke dijo que era un comentario “jocoso”, también se supo que la delegación francesa apoyó la candidatura árabe a cambio de inversiones en petrodólares.

Pues para el multimillonario emirato, el deporte es uno de los brazos de su poder geopolítico. Ya tienen un Mundial, quieren hacer Juegos Olímpicos, en 2001 compraron el París Saint Germain y los derechos televisivos de la Liga francesa y patrocinan el Barcelona.

Blatter descartó con firmeza la cuestión de la corrupción pero habla de un potente lobbying de París y Berlín. "No, no diré nunca que compraron la competición", declaró, evocando la consecuencia del "empuje político" procedente sobre todo de Francia y Alemania.

"Sabemos muy bien que grandes casas francesas y grandes casas alemanas trabajan en Qatar. Pero no trabajan solo por el Mundial", señaló Blatter, afirmando que la FIFA "no podía intervenir en las consideraciones políticas".

En París, el presidente francés Nicolas Sarkozy había organizado en el Elíseo una reunión, con el presidente de la UEFA, Michel Platini, y el Primer ministro de Qatar antes de la atribución del Mundial. El ministerio francés de Exteriores reaccionó a las insinuaciones de Blatter negando cualquier presión.

Y ni hablar del trabajo esclavo en las obras mundialistas de Qatar. El diario británico The Guardian y después la ONG Amnistía Internacional denunciaron que inmigrantes nepaleses e indios construyen en Qatar las obras mundialistas en condiciones más que precarias.

A muchos les quitan sus papeles apenas llegan, no les pagan sus sueldos y trabajan jornadas de más de 12 horas sin seguridad, descanso ni alimentación. Según la investigación, en estas condiciones podrían morir alrededor de 4.000 obreros antes de que empiece el Mundial.

Eso sí, las obras estarán listas a tiempo. ¿Pero a qué precio?