Home

Deportes

Artículo

EL GOL DE LA DEUDA

Brasil cancela 4 millones de dólares de su deuda externa con la cesión de los derechos deportivos de un jugador de fútbol.

19 de diciembre de 1988


La solución está al alcance de la mano, o del pie. Luego de años y años de estudios, debates, foros internacionales y complicados manuales, ni economistas, ni políticos, ni banqueros habían logrado, hasta hace unas pocas semanas, encontrar una solución para el problema de la deuda externa en Latinoamérica. El asunto tomó un giro inesperado a comienzos del mes, cuando las agencias internacionales de noticias informaron de un extraño caso en el que, gracias a la transferencia del futbolista brasilero Romario Farias al fútbol holandés, la nación suramericana pagó 4 millones de dólares que debía de un crédito externo.

No podía haber otro país más indicado para llevar a cabo la novedosa transacción. Catalogado como el país del mundo con el fútbol más vistoso Brasil ha visto en los últimos años cómo decae la afición por su deporte bandera, gracias a que la mayor parte de sus estrellas emigran hacia el viejo continente, donde se cotizan a precios de locura. Primero fue Falcao, le siguieron Zico, Junior, Toninho Cerezo y Sócrates, entre otros. Y, en los meses recientes Muller, Careca y Julio César hicieron maletas y se fueron a Italia, Francia o España a buscar fortuna. Lo curioso del caso es que mientras los clubes deportivos y los intermediarios eran los que se ganaban todo el billete, el Estado brasilero pasaba las duras y las maduras para colocar mejor su cosecha de café y así pagar algo de la onerosa deuda externa que lo agobia, más grande que la de cualquier otro país en el Tercer Mundo.

Con lo que no contaba el Brasil es con que si hay algo mejor y que tenga más amplio mercado que su café, su tecnología tropical y su armamento, son sus futbolistas. El descubrimiento corrió a cargo de la firma holandesa Philips, que fuera de fabricar neveras, discos láser, equipos de sonido y bombillos, se dedica a patrocinar uno que otro equipo de fútbol. Teniendo en cuenta estas facilidades y las dificultades para cobrar el préstamo en Brasil, la Philips decidió recuperar la inversión en algo más valioso que el vil metal y llegó a un acuerdo para hacerse a los derechos deportivos de Romario Farias, como pago de los 4 millones de dólares -1.500 millones de cruzados- que le adeudaban. Aunque la cifra es insignificante frente al monto total de la deuda, la fórmula no deja de ser novedosa. El joven jugador, de sólo 22 años, no se opuso a prestarle tal servicio a su nación y gustoso emprendió viaje hacia Holanda, luego de firmar un contrato por 900 mil dólares por tres años en el fútbol holandés.

Romario Farias, que el pasado fin de semana anotó tres goles con su nuevo equipo, el PSV Eindhoven, se lanzó al estrellato durante los pasados Juegos Olímpicos de Seúl, a los que asistió como miembro del equipo brasilero de fútbol. La selección carioca alcanzó la medalla de plata y Romario fue considerado como el mejor jugador del torneo, lo que le valió millonarias ofertas, pero ninguna tan sustanciosa como la de la Philips, que obviamente es la patrocinadora del Eindhoven.

Lo cierto es que la fórmula es novedosa, por decir lo menos. Hay ganancias para todas las partes. Lo que deben estar pensando en estos momentos los economistas brasileros es que, de haber encontrado esa fórmula mágica hace 18 años, con sólo vender a cuatro de sus estrellas de entonces (Pelé, Rivelino, Tostao y Jairzinho), las cosas en su país serían ahora a otro precio. Lo mismo se podría decir de Colombia en los actuales tiempos, ya que de lograrse un negocio similar con jugadores como Valderrama, Higuita y Redin, por nombrar unos pocos, el país no estaría a las puertas de una obligada restructuración de su deuda, sino que tendría que preocuparse por los meniscos de seis jugadores estrella, nuevo recurso natural exportable, igualable al café, el petróleo, el carbón y el banano. La roya o la broca del café serían problemas secundarios y habría un desarrollado plan para sacar jugadores y organizaciones dedicadas a evitar que plagas como la rotura de ligamentos, de meniscos o la tendinitis, lleguen al país. -