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OTRA VEZ CONTRA RELOJ

La Selección Colombia, aunque incluye prometedoras figuras, tiene poco tiempo para su preparación antes de la Copa América.

6 de junio de 1983


En 1975 Efraín ("Caimán") Sánchez logró que la Seleción Colombia fuera subcampeona suramericana de fútbol. Eran los tiempos de Jairo Arboleda, de Oswaldo Calero, cuando Pedro Zape le tapó dos pénales a Fernando Morena en el estadio Centenario de Montevideo, la única vez en mucho tiempo que una selección colombiana respondió a las esperanzas de la gente. Aquella campaña todavía tiene como marco de referencia para compararla con los siguientes fracasos, como las eliminatorias para los mundiales de Argentina y España y la Copa América del 79. En aquellas ocasiones la selección estuvo a cargo del yugoeslavo Vidinic y de Carlos Bilardo, actual técnico de Argentina. Los resultados no se dieron y la crítica consideró entonces que no se justificaba de ninguna manera pagarle un sueldo en dólares a un técnico extranjero teniendo el país entrenadores de gran calidad como Gabriel Ochoa, Gilberto Osorio y el "Caimán" Sánchez. 1983 es el año de la Copa América. Los equipos grandes de suramérica, tras su fracaso en el pasado mundial de fútbol, cambiaron de técnico y están comenzando una nueva era. Los equipos chicos, entre los que toca incluir a Colombia aunque de verguenza reconocerlo, tendrán a favor la ventaja de enfrentar equipos recién conformados, lo que facilita un poco las cosas.

Colombia acaba de conformar su equipo y comenzará a practicar el 16 de mayo en Cali. El técnico será otra vez el "Caimán" Sánchez, quien tendrá que trabajar casi contra reloj para tener la selección nacional en un nivel aceptable para enfrentar a Bolivia y a Perú, los primeros rivales que debe superar Colombia si quiere clasificar a la ronda semifinal. Por el momento resulta aventurado pretender un pronóstico para señalar al mejor. Perú pasa por un mal momento, como le consta a quienes vieron actuar al Universitario y al Alianza Lima en la Copa Libertadores, pero no sobra advertir que las grandes figuras del fútbol peruano se encuentran en equipos colombianos e italianos básicamente.

Con Cueto, Uribe, La Rosa y Barbadillo el equipo peruano es otra cosa y solamente falta ver si estos jugadores estarán disponibles para jugar con su equipo nacional. Bolivia es una incógnita, ya que en más de una ocasión le ha ganado a equipos como Brasil y Argentina en eliminatorias de Copa Mundo o en la Copa América. Colombia presentará un equipo renovado donde solamente Zape y Willington Ortíz siguen asumiendo su papel de "eternos". Entre los veteranos reaparece Ernesto Diaz, quien jugó en 1975 y de la era Bilardo se mantienen Astolfo Romero, Pedro Sarmiento, Jorge Porras y Hernán Darío Herrera, quien está lesionado y se duda que pueda reponerse a tiempo. Entre los nuevos se destacan Humberto Sierra, Víctor Espinosa y Anthony de Avila, cuya actuación en la Copa Libertadores fue sobresaliente. Jesús Barrios, los hermanos Valderrama, William Knight y Pedro Blanco también han mostrado que tienen clase y su aparición alivia un poco la angustia que tradicionalmente causaba tener que recurrir a "los mismos de siempre" por falta de nuevos valores. En esta ocasión la situación ha sido distinta. Nadie ha pensado en incluir nacionalizados y solamente Ernesto Diaz, Zape y Willington Ortíz pueden decir "yo jugué en la Copa América de 1975, la última gran actuación de Colombia ".

Los jugadores colombianos tendrán la gran oportunidad de demostrar lo que realmente valen y sobre todo que merecen una mayor atención. En Colombia han nacido grandes futbolistas. Pero a la hora de recordar las actuaciones de Colombia es muy poco lo que se puede rescatar: el famoso 44 contra los rusos en Arica, cuando Colombia fue a un mundial de fútbol, el subcampeonato suramericano de 1975 y dos torneos preolimpicos, lo que realmente no es un historial muy brillante. El mayor problema que deben soportar los futbolistas colombianos es la falta de apoyo. El exceso de extranjeros en los clubes y la falta de escuelas de fútbol, divisiones inferiores y torneos de ascenso han acabado con las posibilidades de muchos futbolistas que se ven obligados a olvidar el fútbol y pensar en hacer otra cosa. Los dirigentes de los equipos creen más bien poco en los futbolistas colombianos y muy rara vez las estrellas de los equipos han nacido en Colombia. Aunque los cambios que harían posible la transformación de un fútbol sin identidad propia en un verdadero "fútbol colombiano" solo se pueden hacer gradualmente, únicamente una buena actuación de la selección Colombia puede hacerle creer a la gente que vale la pena intentarlo, que en este país se forman futbolistas de calidad. Un nuevo fracaso solamente logrará reafirmar las tesis de los pesimistas que opinan que en Colombia no existe el futbol y que solamente los extranjeros son capaces de jugar fútbol de alto nivel. Los jugadores peruanos, tal vez amargados por la clasificación del América de Cali que dejó en el camino al Alianza Lima y al Universitario de Deportes, señalaron que el América ganó gracias a sus extranjeros. Según ellos, la diferencia la marcaron los argentinos y los paraguayos. De pronto están en lo cierto si se refieren al arquero Falcioni o al puntero Daniel Teglia. De resto les conviene recordar no solamente a Willington Ortiz sino también a Victor Espinosa, a Humberto Sierra y a Anthony de Avila si no quieren llevarse una desagradable sorpresa ante Colombia. De todos modos resulta importante ver que en el año negro en el que se permitieron hasta siete extrangeros por equipo ha sido relativamente fácil reunir un equipo con jugadores nuevos que despierta optimismo entre los siempre fieles y sufridos hinchas de Colombia, los que nunca olvidan las banderas y los pañuelos blancos cuando acompañan a la selección nacional.

El "Caimán" Sánchez tiene en sus manos el destino próximo de nuestro fútbol. Los resultados que logre serán el único elemento que se utilizará para juzgarlo. Ha convocado un buen equipo de fútbol y si las cosas le salen bien no solamente le dará otra vez una gran alegría a los colombianos sino que demostrará que el fútbol colombiano si existe y de paso acabará con la creencia de que en este país la única persona que sabe de fútbol es Gabriel Ochoa Uribe. El país y nuestro fútbol lo necesita porque la gran actuación del suramericano de 1975 se está volviendo vieja y el mito del 44 contra los rusos es tan brumoso hoy día como las leyendas de Eldorado, la de Di Stéfano y la de los Zipas.
LOS ELEGIDOS

Arqueros... Pedro Zape, José James Mina Camacho, Luis Gómez y Hebert Armando Ríos.

Laterales... Pedro Blanco, Johnny Salja, Victor Luna León Villa y Jorge Porras.

Defensores centrales... Norberto Molina, Víctor Espinosa, Henry Viáfara, Astolfo Romero y Miguel González.

Mediocampistas... Humberto Sierra, Pedro Sarmiento, Norberto Peluffo, Didí Valderrama, Hernán Darío Herrera, Carlos Valderrama.

Delanteros.... Willington Ortiz, Libardo Vélez, Arnoldo Iguarán, Jesús "Kiko" Barrios, Anthony de Avila, Hernando García, William Knight, Ernesto Díaz y Carlos Ricaurte.

De este grupo de jugadores que conforman la preselección serán escogidos los 18 integrantes que representarán a Colombia en la Copa América 1983.