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SAQUE DE BANDA

La derrota del River en casa, es un reflejo de la crisis del fútbol argentino.

6 de diciembre de 1982

Tal vez sea un reflejo más de la crisis económica que azota al Cono Sur de América. De pronto se trata simplemente del mal momento que vive el fútbol argentino luego de la frustración del Mundial de España. De todos modos resulta increíble ver cómo se hunde el más grande de los equipos argentinos, partido tras partido, en sus presentaciones en esta Copa Libertadores. Sin sus máximas figuras, que actualmente juegan en Europa, el famoso equipo de "la banda" fue humillado en su propio estadio, el Monumental. Esta vez, el Flamengo se paseó a su antojo. Los desconcertados riverplatenses no pudieron evitar que Zico y su banda manejaran el partido a su antojo y los 60.000 hinchas salieran defraudados con tres goles de Zico, Lico y Nunes torturándoles la memoria. Ante el Peñarol, River jugó mejor. Anotó dos golazos y controlaron buena parte del partido. El problema fue que Peñarol hizo cuatro y de nada le sirvió al River Plate la cuota de entusiasmo y voluntad que dejaron sus jugadores en el campo. En Argentina algo anda mal.
En Rio, de vuelta ante el Flamengo, jugaron un hermoso partido lleno de atributos que muy rara vez se ven en este torneo. Veinte situaciones de gol en ambos arcos, en un partido electrizante y, al final, 67.000 torcedores celebraron la victoria del Flamengo por cuatro a dos.
Nuevamente la Argentina se quedó antes de tiempo fuera de la Copa. Cero puntos en tres partidos, mientras sus rivales del Uruguay y Brasil se disputan la casilla para jugar la final.
La espera de River parece eterna. El más grande de los equipos argentinos, el que más campeonatos ha ganado en la historia de su país, tiene que conformarse con el enorme vacío que deja un historial en el que no aparece por ningún lado la Copa Libertadores de América.