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"SOY PRISIONERO DEL AMERICA"

En la finca "Provenza", donde se concentra el equipo América, el doctor Gabriel Ochoa Uribe concedió una entrevista a los enviados de SEMANA.

17 de enero de 1983

SEMANA: ¿A que se debe su fama de terco?
GABRIEL OCHOA: Eso de la terquedad es un rótulo que me han colgado. Si ser terco es decir la verdad, denunciar todo aquello que no está claro, o que no va con unos principios que no los inventé yo, que existen desde que la humanidad es tal si es mantener una firme personalidad, un carácter estricto, pero al tiempo justo, sí soy terco. Y en ese sentido mi terquedad es más una virtud que un defecto.
S.: Sin embargo, hay algunos detalles que contradicen su firmeza. Cuando usted salió de Millonarios declaró que no volvería al fútbol. Tras año y medio de inactividad, en diciembre de 1978, se hizo cargo del América ¿Por qué?
G.O.: Cuando salí de Millonarios no lo hice por mi propia voluntad. Se me montó la salida. Hubo muchos problemas internos, camarillas y situaciones que para mí no eran normales. Para otros que tenían sus propios intereses en juego, mi posición pudo resultarles injusta. Yo me atreví a señalar una serie de cosas que eran perjudiciales para el club. Recomendé la salida de elementos, en ese momento importantes para el equipo. Nadie me prestó atención. Era una forma de indicarme el camino del retiro. Tras haber permanecido 25 años en Millonarios, tomé la única determinación que me quedaba: marcharme. Luego el tiempo me dió la razón, con todo lo que tuvo que padecer esa institución.
S.: Eso explica el retiro, pero, ¿por qué el regreso al fútbol?
G.O.: Tras año y medio de estar inactivo en cuanto al fútbol, vino a verme Peppino Sangiovanni, quien acababa de ser elegido presidente del América y me ofreció la conducción del equipo. Lo acepté, fundamentalmente, por hallarme en una etapa muy difícil de mi vida. Acababa de perder a mi hijo, Luis Fernando de solo 21 años. La depresión era insostenible y la posibilidad del fútbol significaba una salida para mi angustia. Esa fue la razón por la cual rompí una promesa hecha a mí mismo"
S.: Dicen que nunca firmó usted contrato con América. ¿Por qué? G.O.: "Creo que es la forma más honesta de trabajar. Sin presiones de ninguna naturaleza. Sin compromisos escritos. Mi palabra es suficiente. Le manifesté entonces a Peppino y se lo sostengo: Mi estilo de trabajo es renovar contrato cada 24 horas. Cada uno cumple con lo suyo, sin ataduras, ni obligaciones. Ambas partes tienen plena libertad para no renovar lo que tiene una vigencia que va de la mañana a la noche. "
S.: Afirman que su pelea con Senior retrasó por los menos 10 años al fútbol colombiano.
G.O.: No creo que sean tantos años. Existen factores que van más al fondo de la situación. El fútbol colombiano ha evolucionado muy lentamente. Se han descuidado aspectos sumamente importantes en la formación del deportista y el técnico nacionales. No hay escuelas ni de técnicos, ni de futbolistas. No hay una labor constante, consecuente, en la formación de un jugador orientado. Podrán salir valores como Brand, Willington, Herrera y muchos más, pero aisladamente, sin que representen tradición para nuestro fútbol. Las mayores glorias, a nivel internacional, que hemos obtenido son la participación de la selección en el Mundial de Chile en 1962 y el sub-campeonato suramericano que trajo el Caimán Sánchez de Caracas. Ahí terminó nuestra trayectoria internacional"
S.: ¿Su reencuentro con Senior y el olvido de algunas diferencias puede ser interpretado como posibilidad de dirigir la Selección?
G.O."Hablamos al respecto, nada oficial, antes de mi viaje a España, para asistir al Mundial. Pero no estoy seguro de que nada cambie. Todo será igual. Seguirá la improvisación de siempre. No habrá trabajo de continuidad. No habrá garantías. El único que consiguió todo eso fué Bilardo. En dos oportunidades fui técnico de selecciones: en el 59 cuando las eliminatorias para Tokio y en el 63 durante el suramericano de La Paz. Juré que nunca más, mientras sigan las mismas estructuras y las improvisaciones, volveré" .
S.: ¿Considera importante para el país la realización de un campeonato mundial de fútbol ?
G.O.: "Indudablemente. Creo que es una oportunidad única que tiene un país para mostrar sus valores al mundo. Desgraciadamente, en Colombia pasaron ocho años durante los cuales no se hizo nada. Los gobiernos anteriores no quisieron comprometerse y el presidente Betancur, luego de analizar las condiciones, llegó a la conclusión lógica. En este momento no estamos preparados para realizar el mundial".
S.: ¿Qué balance puede hacer del pasado mundial de fútbol? ¿Cuál fué el mejor arquero?
G.O.: "En España vimos al mejor equipo jugando irresponsablemente: Brasil. Menospreció a Italia, un campeón obrero que estuvo consciente de sus limitaciones pero grande a la hora de la verdad. Alemania no arriesgó, solamente mostraron lo que saben ante Francia, cuando se vieron perdidos. Decepcionó Argentina, sorprendieron Argelia y Camerún y me gustó bastante lo que hicieron Inglaterra y Escocia. El mejor arquero fué el ruso Dasaev sin ninguna duda. Fué el número uno de los número uno.
S.: ¿Qué hace en los ratos libres?
G.O.: Leo dos horas diarias textos de medicina. Mis lecturas son sobre fútbol y medicina. El único cine que veo son partidos de fútbol en video. De resto, estoy pendiente del equipo. Soy un prisionero de esta cárcel que es el América.