| Foto: fotografía_ iStock

FINANZAS PÚBLICAS

¡La Dian lo viene haciendo muy bien!

A pesar de las tensiones económicas el país sigue pagando sus impuestos. En materia fiscal, ¿la Dian va a salvar la patria?

10 de marzo de 2020

Los ciudadanos se comprometen a pagar sus impuestos, y esa es la base del contrato social, por lo menos en lo que tiene que ver con los servicios que ofrece el Estado. Sin una cultura tributaria, ninguna nación puede prosperar.

Este aporte no solo sirve para pagar las nóminas estatales y los gastos de funcionamiento. También, y sobre todo, para financiar la educación, la salud y los demás programas sociales que llegan a las clases menos favorecidas.

Muchos países recurren a campañas publicitarias, como las que hizo Fanny Kertzman (con los recordados perros de la Dian), o las más pedagógicas que impulsó Antanas Mockus para convocar exitosamente a los ciudadanos a hacer aportes voluntarios. Todas ellas muestran la importancia del tema del recaudo y el pago oportuno de impuestos para mantener en una situación sana a las finanzas públicas.

Colombia logró el año pasado recaudar $158 billones, un crecimiento de más de 9% frente a 2018, y espera para este año llegar a $168 billones.

Estos resultados muestran que, a pesar de los problemas estructurales de la legislación tributaria, y por las razones que sea, Colombia viene mostrando un cambio estructural en materia de recaudo.

Las cifras demuestran esta realidad. Según el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), José Andrés Romero, el año pasado la entidad recaudó la no despreciable suma de $20 billones. Eso se refiere a cobrar las cuentas en mora y fiscalizar las declaraciones de los contribuyentes para cazar errores y omisiones.

Si se le quita el impacto ocasionado por la normalización tributaria, los funcionarios de la entidad lograron casi $19 billones: eso equivale a más tres reformas tributarias.

Esto ha sido posible por una mezcla de factores. En primer lugar, la factura electrónica, ya incluida en 62% de las operaciones de pago que se realizan en Colombia. Esto significa cerca de tres millones de facturas al mes.

Además, esta medida implica un requisito que les duele mucho a los empresarios, pero incentiva la formalización: sin factura electrónica no se pueden deducir costos. Así, toda compañía que se respete va a exigir a sus proveedores la factura electrónica.

Por otro lado, la Dian ha venido cambiando, pues viene realizando un plan de meritocracia sobre 1.750 cargos. Ahora en abril habrá un nuevo concurso para proveer otros 1.250, lo que no se veía desde 2008.

Esta estrategia ha permitido contar con un mayor número de funcionarios capacitados y comprometidos con las metas.

“Esto ha hecho que hoy en la medición del Great Place to Work estemos en un nivel muy satisfactorio, algo impensable hace unos años”, comentó Romero. Eso significa que la gente está cómoda y orgullosa en la Dian y facilita mucho implementar estrategias adecuadas de cobro y fiscalización.

Todo esto sumado ha permitido que el número de declarantes haya pasado de 2,3 millones a 3,3 millones en los últimos años. Para ello, el programa de declaraciones sugeridas tuvo un gran éxito. En efecto, de los 900.000 declarantes que recibieron la comunicación, 500.000 cumplieron el requisito y al resto se les envió requerimiento para explicar la razón por la que no lo hicieron.

Este año, además, la Dian facilitará más el proceso de declarar a los contribuyentes al poner en funcionamiento la app de la entidad. Esta permitirá a partir de julio pagar los impuestos por esa vía. En general, para los próximos años la analítica de datos y las nuevas tecnologías van a jugar un rol clave en lograr mayores eficiencias en el recaudo tributario y aduanero, en medio de una mayor eficiencia en la prestación de estos servicios.

Todo esto ha tenido un efecto importante. Por primera vez en muchos años, Colombia logró aumentar su recaudo tributario en términos del PIB, algo que alivia a quienes reclaman una reforma tributaria estructural.

Lo que viene

Las expectativas apuntan a seguir mejorando los resultados en materia de gestión y para ello han tomado varias medidas.

En primer lugar está la conformación del Fondo Dian, un encargo fiduciario al que llegarán dos créditos que suman US$500 millones. La mitad de esos recursos servirá para modernizar la infraestructura digital de la entidad, un proceso que deberá empezar este año.

La Dian tiene en su futuro próximo enormes desafíos, como adecuar los sistemas para realizar los días sin IVA, mejorar y hacer más eficientes los procesos aduaneros y, en general, cumplir las expectativas de las autoridades económicas en materia de recaudo año tras año.

Obviamente algunas cosas se salen de las manos del director de la entidad. Por ejemplo, lograr un mayor nivel de formalización no es exclusivamente un problema de las autoridades.

En esto hay que insistir en la necesidad de generar una reforma estructural que reduzca a los empresarios los costos de funcionamiento asociados a las contribuciones fiscales y parafiscales.

Desde hace varios años el país venía hablando de mejorar los resultados de la Dian. Cada año, las metas se hacían más exigentes y comprometían a la autoridad de impuestos a lograr mayores ingresos. Hoy, inclusive, el resultado final ha superado lo esperado. El año pasado logró un récord en este frente y muestra que algo estructural pasa con la estrategia de recaudo de impuestos en el país. Obviamente, esta no es una razón para olvidar que el país necesita una estructura de impuestos más equitativa y redistributiva. Sin embargo, mientras tanto, la Dian viene cumpliendo.