Pedro Conceição, director del reporte de Desarrollo Humano del PNUD | Foto: Foros Semana

DESARROLLO HUMANO

“Los índices no están expresando todas las formas de desigualdad”

La semana pasada se presentó en Colombia el Informe Global de Desarrollo Humano de la ONU, que este año se centró en la desigualdad. El director del reporte, Pedro Conceição, habló con Dinero sobre aspectos clave como el papel que los sistemas tributarios, la productividad, la tecnología y el cambio climático juegan en determinar nuevas formas de desigualdad. Igualmente, hizo una reflexión sobre el descontento social en la región.

16 de diciembre de 2019

Dinero: ¿Por qué no están siendo suficientes las políticas tributarias para disminuir la desigualdad en el mundo?

Pedro Conceição: El desafío con la inequidad y la falta de efectividad de las políticas fiscales para reducir la desigualdad en países en vía de desarrollo no es algo que empezó ayer. Se ha ido acumulando durante muchos años. Nosotros documentamos en el reporte que, comparados con países desarrollados, tienen una efectividad mucho menor en lograr que los impuestos y las transferencias redistribuyan mejor. Las razones son muchas y varían de país en país, pero reflejan hasta cierto punto las dinámicas políticas a través de las cuales, esas políticas económicas son hechas en formas en que por muchos años han tendido a beneficiar a aquellos que ya están mejor.

Debo decir que esto ha cambiado en cierta medida, especialmente en América Latina, en los últimos 20 años. Hemos visto una reducción en la inequidad de ingreso medida por el Coeficiente de Gini, gracias a dos factores. El primero es que cerca de dos tercios de la reducción de la inequidad se debe a las dinámicas del mercado laboral, especialmente al incremento en las oportunidades de empleo y el aumento en los salarios de los de más bajos ingresos. Y el segundo tiene que ver con las transferencias y la inversión social. Sin embargo, a pesar de los avances, los niveles de inequidad siguen siendo muy altos y la mayoría de los sistemas fiscales en Latinoamérica no están redistribuyendo tanto como los países desarrollados.

Dinero: ¿Deben cambiar los sistemas tributarios hacia ser más progresivos y buscar una mejor focalización de la inversión pública?

P.C.: La agenda debe ser que los sistemas fiscales hagan bien su trabajo tanto en la parte de la tributación como en el gasto. Las inversiones son muy importantes para aumentar los servicios sociales, el acceso a la educación, a la salud, lo cual debe generar no solo menos inequidad sino también proveer las bases para un mayor crecimiento y expansión del ingreso a futuro. De hecho, uno de los mensajes fuertes del reporte es que el debate sobre la inequidad, siempre dominado por discusiones sobre la desigualdad de ingresos, impuestos e inversiones, es mucho más amplio que eso.

Dinero: En esa agenda más amplia, se mencionan la productividad y la competitividad. ¿Cómo contribuyen estos factores a reducir la desigualdad?

P.C.: Te puedo dar un ejemplo. Hay evidencia muy fuerte, incluso en un libro reciente de Thomas Philippon, que muestra que el aumento del poder del mercado y la reducción en la competencia han golpeado tanto las inversiones como el consumo. En nuestro reporte mostramos cómo esa reducción de la competencia incrementa la acumulación de poder de un actor del mercado y reduce las eficiencias económicas y la equidad. Así pues, las políticas deben buscar mejorar la competencia en la economía, especialmente a través de leyes antimonopolio, de manera que se aumente la eficiencia, la productividad y la equidad.

El informe encuentra una asociación muy robusta que dice que en la medida en que los países son capaces de aumentar la productividad son también capaces de abrir más espacios para una distribución más equitativa de la riqueza. Es decir, los países tienen que preocuparse por la equidad, pero no pueden olvidarse de lo que significa el aumento de la competitividad. Existen muchos instrumentos que permiten apuntalar ambos. Algunos tienen que ver con la formación de las capacidades de las personas. Que tengan mayor educación es algo que las enriquece a ellas como personas pero que también les da mayores instrumentos para estar en el mercado laboral.

Dinero: ¿Los índices que se están utilizando para medir la desigualdad están siendo acertados y están mostrando la realidad de la desigualdad en el mundo?

P.C.: No están siendo suficientes. De hecho, cuando en el reporte decimos “Más allá de los promedios”, uno de los argumentos es que cuando sobre enfatizamos en el Coeficiente de Gini, podríamos no estar capturando completamente el tipo de inequidades que le importan a la gente, incluso las que tienen que ver con ingresos y riqueza. Intentamos entender cuál es la distribución de los ingresos a través de la población, no solo reduciéndolo a un simple promedio, sino cuánto está ganando el 10 por ciento de más bajos ingresos, cuánto el 10 por ciento más rico, y el 1 por ciento de la cima. Documentamos en varios países y encontramos una historia muy interesante: los que están abajo han aumentado sus ganancias, y los que están arribas las aumentando incluso más. Pero los que están en el medio están estancados. Por eso es importante conocer cómo se está distribuyendo en toda la población.

Dinero: En Colombia y en Latinoamérica, por ejemplo, si bien los indicadores dicen que hay leves mejoras, los descontentos que se han manifestado en las marchas parecieran decir lo contrario. ¿Cuál es su lectura?

P.C.: En el caso de Chile, que en muchos sentidos es parecido al de Colombia, los indicadores de ingreso no dan cuenta de toda la experiencia de desigualdad de las personas. Uno de los elementos que se ha comenzado a estudiar es que la desigualdad es importante también en cómo lo experimentan las personas en su dignidad. Una de las grandes demandas de las personas que marchas es tener un trato digno. Y cuando se les ha preguntado qué es lo que más los afecta mencionan por supuesto la desigualdad económica; pero lo que más los hiere es la desigualdad de trato, que tiene que ver con cómo se visten, en qué parte de la ciudad viven, etc.

Dentro de los datos que hemos recolectado para muchos países, la desigualdad experimentada por las personas la podemos clasificar en dos grupos de indicadores: los que se refieren a avances básicos como la posibilidad de completar la educación primaria o la mortalidad infantil. En esto, los grupos más vulnerables han logrado avanzar mucho, entonces la brecha se ha reducido. Pero cuando uno ve esas mismas dimensiones de educación y salud, pero en temas como la educación preescolar, la educación superior, el acceso a tratamiento de salud que son más caros o a tecnologías más avanzadas, uno ve que las brechas han ido creciendo. Nuestro informe da una idea de por qué se está anidando el descontento a pesar de que algunos indicadores están mejorando, y es porque en las áreas que dan más empoderamiento a las personas y que van importando cada vez más en el futuro, las brechas están creciendo.

Dinero: Una de las novedades que trae este informe es que incluye a la tecnología como uno de los determinantes de la desigualdad. ¿Cómo lo vieron en el informe y cómo abordarlo?

P.C.: Cuando miramos la tecnología, tenemos una narrativa de que la automatización y la inteligencia artificial están destruyendo trabajos. Cuando miramos la evidencia con cuidado, creemos que se ha hecho más énfasis en el potencial de las tecnologías para reemplazar trabajos y no, por ejemplo, en las oportunidades para que la gente sea más libre. La tecnología es una herramienta que empodera y que no necesariamente tiene que ser negativa. Pero tenemos que manejarla bien y tomar decisiones de política pública aceradas para que los efectos sean positivos. Por ejemplo, la tecnología puede permitir que niños en Colombia puedan acceder a conocimiento de cualquier parte del mundo, lo cual es muy igualador, pero para eso se necesita que tengan acceso a internet y que tengan instructores.

Dinero: Una de las grandes paradojas del cambio climático es que, quienes más lo sufren son probablemente los que menos aportan al deterioro del planeta. ¿Cómo abordarlo? ¿Se deben buscar formas de tributación multilateral que permitan que las empresas que más están contribuyendo a la degradación del planeta aporten más y se focalicen las inversiones en los países que se están viendo más afectados?

P.C.: El cambio climático claramente genera desigualdad en muchos canales. Tenemos evidencia de que los desastres naturales tienden a golpear más fuerte y más rápido a esos que ya son más vulnerables. El Segundo canal es que precisamente se afectan las actividades de las que dependen las personas más vulnerables como la pesca y la agricultura. Entonces, estos son dos factores que tienen un profundo efecto de desigualdad.

En el Informe tratamos de entender por qué estas nuevas desigualdades de las que estamos hablando dificultarán las respuestas al cambio climático. Y presentamos algunas pruebas que sugieren principalmente que es más difícil para las sociedades pobres unirse y llegar a acuerdos sobre desafíos y recursos comunes  para afrontar el cambio climático. De manera positiva, las políticas que nos ayudarían a reducir las desigualdades en el desarrollo humano también pueden hacer que la acción para la mitigación del cambio climático sea menos difícil.

Un ejemplo de eso es que los países más desarrollados que están contribuyendo con más emisiones al planeta son los mismos que están teniendo mayor progreso a través de la tecnología para aumentar la eficiencia con la que ellos producen. Entonces si queremos abrir el espacio para que los países más pobres puedan contribuir en contra del cambio climático, necesitamos que tengan esas tecnologías, lo cual significa que mejoren sus capacidades y su productividad.

Dinero: ¿Deberíamos tener mecanismos multilaterales de tributación que permitan contrarrestar el cambio climático y los efectos en las poblaciones más vulnerables?

P.C.: Hay mecanismos, pero me atrevería a decir que no están siendo completamente implementados, de acuerdo a los compromisos que algunos países han hecho, por ejemplo, en el Acuerdo de París. Ha habido algunos progresos en niveles multilaterales, sin embargo y más importante es la manera cómo la sociedad está respondiendo. Yo diría que algunos mecanismos que están presionando en el nivel internacional están en su lugar y ternemos movimientos muy activos con personas que trabajan muy duro para hacer que estos mecanismos sean lo más efectivos posibles.

Para más información visite www.ForosSemana.com