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Las firmas ya hicieron el ajuste en costos. Ahora hay que encontrar cómo aumentar las ventas. | Foto: iStock

BALANCES

¿Por qué las empresas colombianas no logran vender más?

Las empresas colombianas hicieron el ajuste de costos pero todavía tienen desafíos para aumentar los ingresos. ¿Qué está viendo la calificadora Fitch sobre el tema?

2 de mayo de 2019

Durante los últimos dos años, las empresas colombianas han hecho muy bien la tarea en la parte del balance asociada a los costos. Eso ha hecho que los resultados sigan mostrando cifras interesantes y que el Ebitda permanezca intacto o, inclusive, subiendo, a pesar de choques fuertes como la devaluación o el impacto tributario.

Pero hay una parte del balance que todavía, en algunos sectores, genera preocupación: los ingresos no vienen creciendo a un buen ritmo. Esto es preocupante, pues el margen de maniobra para seguir recortando la estructura de costos es cada vez menor; así, el buen desempeño de las empresas sigue estancado en la parte superior del balance: las ventas. Vender o vender es ahora la consigna.

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Esta es la perspectiva que tienen en la agencia calificadora Fitch, que le hace seguimiento a las compañías con emisiones de deuda calificadas. Dentro del universo de compañías que Fitch considera en sus análisis están Nutresa, Colombina, Alpina, Argos y Avianca, entre muchas otras.

Por eso, lo que plantee esta firma de rating puede dar pistas sobre lo que enfrenta el sector privado en el escenario actual.

Una mirada a 2018

Según Natalia Obyrne, directora senior de Corporativos en Fitch Ratings, 2018 fue un año positivo para las compañías desde el punto de vista de los resultados.

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"Muchas empresas hicieron la tarea para mejorar sus estructuras de costos. Para ello implementaron estrategias para asegurar la caja y liberar capital de trabajo", explicó.

Dentro de las decisiones adoptadas estuvieron no solo recortes de gastos, sino postergar el pago de dividendos, aplazar inversiones y prepagar deuda.

Esto llevo a que al cierre de esa vigencia muchas compañías mostrarán utilidad y una sólida posición de caja.

Sin embargo, advierte la experta, persisten en ciertos sectores asociados al consumo como la construcción, alimentos y bebidas, dificultades en el incremento de las ventas.

"En algunas empresas hemos visto que la generación de Ebitda se ha mantenido fuerte, pero hemos manifestado nuestra preocupación porque los ingresos siguen planos y en algunos casos, cayendo en términos reales", comentó.

¿Qué pasa con el consumo?

Sin lugar a dudas, en esto tiene que ver una sensación de confianza entre consumidores e inversionistas sobre el futuro de la economía.

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Obyrne advierte que ello queda reflejado en los índices de confianza donde, al preguntársele a los actores económicos, se muestran pesimistas sobre el futuro próximo de la economía, lo que los lleva a aplazar sus decisiones de consumo o inversión.

Esa situación muestra una vulnerabilidad para el sector productivo: cada vez hay menos espacio para que, en caso de necesitarse un ajuste, se pueda hacer tocando la estructura de costos. "Por eso se hace necesario un entorno operativo más benévolo para que se reactive la demanda", dijo.

Actualmente hay algunos indicadores que pueden estar dando muestra de ello, como por ejemplo la demanda de energía, la construcción y el comercio.

Menos deuda, pero...

Otro de los indicadores positivos es el nivel de deuda: los ajustes implementados han dejado a muchas compañías con menores niveles de apalancamiento. Obyrne recuerda que durante la década 2005 y 2014, muchas compañías iniciaron una ola de adquisiciones que las llevó a aumentar considerablemente su deuda. En estos años tal apalancamiento ha venido cayendo. Sin embargo, advirtió que el ritmo de esa caída está hoy más lento, lo que significa otro signo de preocupación.

La consideración de Fitch es que en general el país y su aparato empresarial mostró una enorme resiliencia para enfrentar el gran choque externo originado por la caída en los precios del petróleo, lo que llevó a una devaluación del tipo de cambio y afectó la estructura de costos de muchas compañías. Las firmas enfrentaron eficazmente el problema aprentando el cinturón y buscando eficiencias.

Pero, por otro lado, la crisis y muchos otros factores, como el clima de polarización, las tensiones políticas y las reiteradas reformas fiscales, han resentido la demanda, factor que todavía se muestra como un riesgo, pues la recuperación entre los consumidores todavía es incipiente.

No obstante, cree que hay factores positivos, como el hecho de que la administración Duque se haya mostrado como un Gobierno al que le gusta la inversión y los proyectos privados.

Se espera, por otra parte, que las decisiones tributarias adoptadas en la ley de financiamiento, como la reducción de la tarifa del impuesto de renta, empiecen a mostrar resultados en los balances de las compañías. "Todavía hay compañías con capacidad instalada ociosa, lo que muestra que pueden crecer apenas reaccione el consumo", comentó.

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Igualmente, para las empresas que necesiten inversión para aumentar su capacidad hay beneficios tributarios asociados a la compra de bienes de capital, una medida que ha resultado efectiva en los últimos años para fortalecer a las compañías.

"En términos generales sí se observa una mejora en la rentabilidad de las compañías, productos del plan de ajuste adoptado en ejercicio anteriores, lo que ha permitido generar Ebitda. Sin embargo, todavía nos preocupa la situación de algunos sectores en materia de ingresos, porque no han podido recuperar niveles interesantes de crecimiento en las ventas", comentó Obyrne.

Los resultados de las compañías durante 2018 fueron más que aceptables y todo parece indicar que, a pesar de la incertidumbre, 2019 empezó mejor de lo que muchos esperaban.

Tal vez estas señales se confirmen a los largo del año y el país termine llegando a niveles de crecimiento superiores a 3%, lo que pondría en evidencia que la recuperación final llegó a Colombia.

Sin embargo, tal como lo advierte la analista de Fitch, es necesario mantenerse vigilantes sobre lo que ocurre con el consumo y si la tendencia de recuperación puede ser sostenible y dinamizar la economía. En ese tema, las autoridades no se pueden dormir.