Fabricantes colombianos de elementos de protección están “al borde de quiebra”

Así lo concluye una encuesta realizada a empresarios del sector por parte de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines, en la que se explica que estos negocios realizaron entre $10 y $500 millones en inversión para insumos y maquinaria, “en un acto de esfuerzo y compromiso con la salud de los ciudadanos y con el sostenimiento de los empleos en sus empresas”.

“Incluso, comprometieron recursos propios (56%) para mantenerse durante la pandemia o accedieron a diferentes modalidades de crédito (21,4%) para realizar la reconversión tecnológica, con desafortunados resultados al no encontrar formas de comercializar los elementos fabricados”, añade.

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La capacidad de las empresas para producción de tapabocas, por ejemplo, se encuentra entre 1 y 5 millones de unidades mensuales.

“Incluso, en un 62% de las empresas existe un inventario de hasta 500.000 tapabocas en cada una; en el 18,9% hasta 1 millón de existencias, y en un 11,8%, el stock llega a los 5 millones de tapabocas”, destaca la agremiación.

También se encuentran en capacidad de fabricar cofias, polainas, batas quirúrgicas, entre muchos otros elementos para proteger al personal médico de todo el país.

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Las compañías de la industria textil están al “borde de la quiebra”, según el informe, debido a la crisis económica por los cierres y restricciones, ocasionados por las medidas de aislamiento preventivo obligatorio en las diferentes capitales del país.

No obstante, consideran como determinante “la falta de medidas arancelarias y auxilios económicos solicitados por el gremio”, una problemática que se suma a “la llegada masiva” de elementos de protección importados desde Asia.

Asimismo, el informe señala que, a pesar de que desde el inicio de la pandemia el sector manifestó estar “dispuesto a atender la emergencia, de inmediato se vio enfrentado a los rigurosos procesos de certificación del Invima y las entidades estatales de contratación y compras públicas”. 

“No solo se frenó la venta de la producción nacional de ropa y calzado que intentaba sobrevivir en el país, sino que ahora tampoco es posible comercializar estos elementos”, añadió.

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Sumado a ello, los textileros critican “los irrisorios precios de los elementos importados”, así como el “mensaje negativo al país de que el empresario nacional se estaba ‘aprovechando’ de la crisis con los precios, cosa que de tajo es falso”.

Ante esta crisis, el sector ha elevado un pedido de ayuda al Gobierno colombiano a través del Congreso de la República. “La más reciente oportunidad ha sido planteada por Colombia Compra Eficiente, al abrir la ventana de oportunidades para compras públicas y así brindar un alivio financiero a nuestras empresas. La cristalización de este logro se encuentra en proceso a la fecha de realización de este boletín”, señala la agremiación.

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