Especiales Semana

BARRANQUILLA. Transmetro: una voluntad política.

16 de febrero de 2003

El pasado 17 de mayo la Cámara de Comercio de Barranquilla, El Comité Intergremial del Atlántico y la Revista Semana convocaron a las autoridades del distrito, a los transportadores y a la ciudadanía para discutir la necesidad de un sistema de transporte masivo que apunte a mejorar la calidad de vida de los barrranquilleros.

Barranquilla viene trabajando para acercarse a un modelo de ciudad que mejore la calidad de vida sus habitantes a través de un sistema de transporte masivo tipo Transmilenio. El espacio del Foro sirvió para exponer la experiencia de Bogotá, por parte de el Ex Alcalde Enrique Peñalosa, Edgar Enrique Sandoval, gerente de Transmilenio y Victor Raúl Martinez, gerente Si-99 operador de Transmilenio. El modelo propuesto por el distrito también fue presentado y discutido con el fin de aclarar dudas y facilitar la implementación del Transmetro. " Barranquilla se debe enfocar hacia un nuevo modelo y no cometer los errores de países desarrollados, como hacer más vías para beneficio de unos pocos que cuentan con carro particular", dijo Kenneth Loewy, quién expuso la importancia de la movilidad urbana en el proceso de desarrollo social.

Por fortuna al Transmetro no le falta apoyo. La administración y la ciudadanía están convencidas de la necesidad de implementar el proyecto para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Según el ex alcalde Enrique Peñalosa "Hacer el proyecto en Barranquilla no es un problema ni tecnológico ni económico, es un problema de decisión política". En otras palabras, las condiciones están dadas para cambiarle la cara a la ciudad.

La frase del ex Alcalde Peñalosa explica el mayor obstáculo que tiene el proyecto: falta de voluntad política. Pese a que el alcalde Humberto Caiaffa aseguró que para septiembre de 2003 estará en funcionamiento la primera ruta del Transmetro la velocidad con la que se está manejando el tema pone en duda la promesa del alcalde.

Para hacer realidad el proyecto en el tiempo que propone la administración distrital falta resolver varios puntos claves. Alrededor de estos puntos es que nacen las quejas y el descontento de empresarios y demás ciudadanos barranquilleros. Aún no se ha definido la firma internacional que ejecutará el proyecto ni las calles por las que debe transitar el Transmetro. Tampoco se han barajado los nombres para escoger un gerente con reconocimiento local, gran autonomía y espíritu ejecutor que logre acuerdos con los transportadores, con el PNUD, Planeación Nacional y todos los demás actores que intervienen en un proyecto como este. "Se necesita nombrar ya un supergerente", recomendó Peñalosa. En últimas este es el factor más importante pues sin gerente no hay negociación, no hay recursos, no hay proyecto.

Los recursos para pagar la transformación del sistema de transporte no significan un problema. El costo inicial del proyecto está calculado en $611 mil millones de pesos. Des estos 611 mil millones el sector privado invertirá $191 mil millones. De los 420 mil millones restantes la Nación ya se comprometió a financiar el 70 por ciento, máxima contribución autorizada por la ley 310 de 1996. Esta es una oportunidad que los barranquilleros no pueden desaprovechar teniendo en cuenta que los entes territoriales compiten por la asignación de recursos nacionales dirigidos a soluciones de transporte masivo. En otras palabras hay otras ciudades haciendo fila para recibir los recursos que a Barranquilla ya le aprobaron y que hasta hoy no ha empezado a aprovechar.

El 30 por ciento restante le corresponde al Area Metropolitana y al Distrito que deberán invertir, según la Cámara de Comercio de la Ciudad unos $126 mil millones de pesos. Este monto no es nada descabellado teniendo en cuenta que el proyecto se ejecutará en un periodo amplio de tiempo y la alta rentabilidad social que significa. Enrique Berrio Mendoza, presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla, le propuso al Alcalde utilizar los recursos provenientes de la concesión de la malla vial, el impuesto de sobretasa a la gasolina y el de valorización para cumplir con esta responsabilidad financiera.

La fórmula para completar el botín aun no está definida. Lo que si está muy claro es que los barranquilleros están pidiendo transparencia en el manejo de la información y los recursos. Para la comunidad lo importante es no repetir la historia escrita durante otros gobiernos como el del Bernardo Hoyos en materia de contratación de servicios públicos.

Durante el Foro, Bogotá fue una vez más el gran ejemplo de transparencia, ejecución y concertación. Quedó comprobado que para que el sistema de transporte sea efectivo los transportadores deben estar del lado de la administración pública. Una de las mayores preocupaciones entre los transportadores es verse obligados a desaparecer o a perder la rentabilidad a la que están acostumbrados. Sin embargo Transmilenio ha demostrado, después de 17 meses, que organizar el transporte público no quiere decir que se acaba con un negocio redondo. Victor Raúl Martinez, gerente de Si-99, operador de Transmilenio, le aseguró a los transportadores que vale la pena sacar adelante el proyecto de la mano de la administración para cambiar la ciudad sin dejar de tener un negocio rentable y productivo. Edgar Enrique Sandoval, gerente de Transmilenio, confirmó que el fin de la guerra del centavo significa una ganancia colectiva: mejores condiciones de trabajo para el conductor, menor desgaste del capital de trabajo para el propietario, mayor beneficio para el usuario y un éxito para el distrito porque "puede mostrar un sistema que le sirve a la mayoría".

El foro sirvió para desenredar el tema y como escenario para que los que están detrás de la promoción del desarrollo entiendan que la modernización de Barranquilla no se alcanzará exclusivamente con el Transmetro. Si es importante reconocer que es sólo un primer paso en la tarea de recuperar el espacio público y de garantizar mayor rentabilidad social a los ciudadanos.

Queda comprobado que vale la pena crear espacios de debate. Falta ahora esperar que Caiafffa cumpla el compromiso que asumió para poner a rodar cuanto antes el proyecto. Que ruede y que ruede bien, sin incurrir en irregularidades y chanchullos que obliguen a vivir a los barranquilleros sin andenes y parques, de trancón en trancón y en medio del caos de buses, microbuses y busetas destartalados e inseguros en los que la mayoría que a veces no tiene ni para el ejecutivo pierde gran parte de su tiempo y de su paciencia.

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