INDUSTRIA EDITORIAL
¿LO SABIA? COLOMBIA EXPORTA MILLONES DE LIBROS
Las exportaciones de las artes gráficas en términos históricos, son más bien recientes para Colombia. En el año 76, apenas llegamos a 11 millones de dólares, y en el 81, se llegó a 46. Desde entonces han tenido lugar exportaciones en forma permanente de timbres y sellos por parte de Thomas de la Rue, después Carvajal comenzó a exportar esta misma línea. Colombia ha exportado históricamente o durante muchos años estampillas, esto nos sugiere algo sobre estrategia al futuro. Si miramos el comportamiento de las exportaciones de la industria gráfica editorial dentro del total de las exportaciones de la industria manufacturera nacional, vemos que del año 76 al 83 se han incrementado entre un 5 y un 8 por ciento.
Colombia figura a nivel editorial, como un país líder en la exportación de libros. La voluminosa producción de colecciones y bibliotecas populares no sólo ha sembrado en nuestro territorio un hábito de lectura a nivel popular, síno que se han creado nuevos mercados en el exterior.
Según estadísticas de Andigraf, en 1984 las exportaciones de libros para Oveja Negra representaron 8 millones de dólares. Si nosotros, los editores, queremos vender en el exterior, tenemos que hacerlo a precios más bajos que la industria española", sostiene José Vicente Kataraín, de la Oveja Negra. Después aduce: La industria gráfica tiene en este momento en Colombia una capacidad instalada importante, gracias a ello en el año 83 produjimos 5 millones de libros y en el 84 llegamos a un tope de 14 millones de libros". Cuando habla de la pujanza que cada día adquiere la industria editorial colombiana, Kataraín sostiene que este fenómeno se debe, también, a la estrecha participación del sector papelero de Colombia. "Ya no tenemos que importar tanta materia prima. Con Propal, por ejemplo, la Editorial Oveja Negra obtuvo enormes éxitos cuando sacó al mercado importantes colecciones como "Obras maestras del Siglo XX", "Historia Universal de la literatura" y la colección infantil "Mi primer diccionario", todo ello se logró a que en el país contábamos con una buena producción de papel offset para libros ".
CONSEJOS PRACTICOS PARA APRENDER A LEER
Pese a los continuos llamados publicitarios de algunas casas editoriales, con los que invitan a los padres de familia a que incentiven y fomenten en sus hogares el hábito de la lectura, la verdad es que en Colombia los niños no leen. La fórmula más sencilla para resumir ese vacío cultural es esta: el niño no abre nunca un libro en casa por que ve que Papá tampoco lo hace. Nadie lo puede creer, pero el el país ya se formó una Asociación Colombiana Para el Libro Infantil y Juvenil. Su presidente Silvia Castrillón, bibliotecóloga y editora de obras dedicadas al niño, se queja de que lo que hoy se lee es basura. "Lo que llega a las manos de los níños, son libros tontos, de mala calidad, símbolo de tareas escolares que acaban con la magia de la lectura", atina a decir la doctora Castrillón en un reportaje concedido a El Tiempo hace unas pocas semanas.
La pedagoga después anota que en el país no existe todavía una industria sólida editorial que trabaje pensando en ofrecer una sana lectura y un atractivo esparcimiento a los niños. "Existen importadores de libros, especialmente producidos en España. Pero en realidad, hasta el momento, no se ha consolidado el mercado de la literatura infantil porque, según los expertos, no ha habido quién lo descubra, quién lo cree y quién lo forme. Ese mercado no puede nacer en forma espontánea", dice sin titubeos y con toda la franqueza que la caracteriza.
Silvia Castrillón, sostiene que en la escuela no se inculca el hábito de lectura.
Para señalar y casi que graficar la cadena de vacío cultural que ronda en la familia colombiana, la presidenta de la Asociación Colombiana Para el Libro Infantil y Juvenil, expresa: "La razón primordial se origina en la escuela, en la enseñanza de la lectura. Cuando un niño se inicia en el aprendizaje, no ha tenido contaco anterior con libros y tampoco el sabe muy bien para que aprende esa actividad. En su vida diaria, el pequeño no ve, tampoco, que sus padres utilicen la lectura como habilidad diaria y, por lo tanto, no capta el valor de la acción".
¿COMO ENSEÑAR A LEER?
Silvia Castrillón sostiene que la asociación que ella preside ya inició una vasta tarea para despertar en el país una mayor atención hacia la lectura. Su misión de rescatar a la niñez y a la juventud de la ignorancia, tiene metas trazadas: a corto plazo, se creará un Centro Experimental del Libro Infantil y Juvenil. La Asociación, de otra parte, se dedico varias semanas a repasar largos listados de libros dirigidos a niños y jóvenes. Hoy ya posee, entonces, una selecta cantidad de obras apenas indicada para la lectura de chiquillos y adolescentes. En ese trabajo de selección la pedagoga anota que se tuvieron en cuenta diversos aspectos: su calidad, el lenguaje, la ilustración, y textos que presenten un país amable, que invite a la conservación de los valores estéticos, morales, y por qué no, hasta ecológicos.
¿COMO ENSEÑAR A LEER A LOS NIÑOS?
Esa pregunta, que aflora cada vez que un padre de familia se queja de que su párvulo no practica el hábito de la lectura, lo despeja la presidenta de la Asociación Para el Libro Infantil y Juvenil, de la siguiente forma:
-En el hogar deben tenerse siempre muchos libros. "Es evidente que un niño que no tiene acceso a ellos, no les otorga ninguna importancia, y por lo tanto, no se siente atraido hacia el hábito de la lectura".
-"El padre no debe leer para él solo" rezonga la doctora Silvia. Que grave error es abrir un libro y no tolerar que un niño le interrumpa. Debe, antes por el contrario, invitar al hijo a que participe de su lectura. La lectura de un libro debe ser un puente de comunicación más en la familia.
Silvia no termina de observar las fallas en que caen padres de familia y educadores cuando tratan de inculcar el hábito de la lectura en los niños. "No se debe poner a los niños a leer en voz alta, es un ejercicio terrible, aburrido. Se debe más bien comentar las características del personaje".
¿Y qué hacer entonces con la televisión, que no da tiempo al niño a que se instruya? "Aquí no se trata de enfrentar, en competencia, a los libros con la televisión". "El libro debe ser un objeto afectivo, como es el osito, y para ello, debe encontrarse entre los muchos objetos que el niño tiene a su lado desde que nace".