Especiales Semana

LA HERENCIA DE MENGELE

Controversia sobre si las investigaciones médicas de los nazis deben ser tenidas en cuenta por la ciencia contemporánea

1 de abril de 1985

El doctor Mengele, uno de los más siniestros verdugos nazis, está otra vez de moda, ante el rumor de que vive en Paraguay y es el médico personal de Stroessner. Pero esto no sólo ha arrevolverado a los cazadores de nazis, sino que ha sacudido los sectores científicos al poner nuevamente sobre el tapete una pregunta que la ciencia se ha hecho varias veces no sin cierta repulsión: ¿hasta qué punto los científicos de hoy deben aprovechar las investigaciones médicas de los nazis, realizadas a través de métodos tan crueles e inhumanos?
Los doctores nazis mutilaron y asesinaron millones de judíos, polacos, gitanos y prisioneros políticos en nombre de la ciencia. Algunos de los diabólicos experimentos realizados en los campos de concentración, incluían la inmersión de seres humanos durante cerca de cinco horas en tanques llenos de agua helada. Los científicos alemanes llevaban un récord de la temperatura de esos prisioneros, analizaban su sangre y su orina, y registraban el ritmo de su pulso y de su respiración, a medida que esos seres humanos sufrían intensamente e incluso morían.
Los descubrimientos obtenidos a partir de tan repugnantes experimentos fueron publicados en revistas médicas alemanas que aún se encuentran en muchas librerías. Adicionalmente, los récords de los experimentos nazis con humanos fueron catalogados después de la Segunda Guerra Mundial en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Hoy, varios de los científicos que estudian la hipotermia--que consiste en bajar drásticamente la temperatura corporal--, están utilizando los resultados de los experimentos nazis como referencia de sus propios trabajos. Desde luego, estos médicos están de acuerdo en que los métodos empleados por los nazis no pueden ser perdonados por la gente civilizada, pero no pueden desconocer que algunas de sus observaciones fueron importantes para corroborar lo que otras personas han visto en las víctimas de algunos accidentes. Por ejemplo, los experimentos nazis han ayudado a las brigadas de rescate, para calcular cuánto pueden sobrevivir en agua helada las víctimas de un accidente.
Sin embargo, algunos de estos médicos han sido condenados por hacer referencia a los experimentos nazis en los documentos científicos que han escrito, y se les ha pedido que denuncien a los nazis cada vez que citen sus experimentos. Pero los médicos responden que creen que es superfluo para una persona civilizada andar insistiendo en que no acepta el asesinato como una manera de obtener información científica. En contra de esta opinión, un grupo de médicos insiste en que es atroz que existan científicos que puedan hacer mención de esa información sin comentar algo sobre la forma como fue obtenida, porque ello demuestra una falta de conciencia.
La controversia parece centrarse en un punto: ¿debe la evidencia científica lograda por procedimientos no éticos ser o no publicada por el hecho de ser hipotéticamente buena y no ética? Hay quienes responden: no, no se debe publicar, porque cualquier beneficio social que se derive de este conocimiento, resulta neutralizado por el daño que ha causado a la civilización. Pero con respecto a este argumento, los médicos que están estudiando la hipotermia con ayuda de los descubrimientos nazis, afirman que sus investigaciones van dirigidas a salvar vidas y reducir la miseria humana. En este sentido, sostienen, ningún material científico que pueda ser utilizado con este fin, puede ser considerado falto de ética. -