Especiales Semana

LA ULTIMA CORNADA

Con la muerte de Paquirri, se reviven las viejas épocas del toreo

29 de octubre de 1984

La muerte volvió a los ruedos Paquirri, toreando el que debía ser su último toro del año, revivió uno de los ritos sagrados del toreo: morir en el ruedo. Lo que parecía ya una historia del pasado, volvió a cobrar actualidad en las arenas españolas. El último gran torero que murió en la arena fue Manolete. Aquella muerte, una de las grandes leyendas de la historia taurina, parecía haber cerrado definitivamente un capítulo escrito con la sangre de las grandes figuras de antaño. Pero 37 años más tarde, Paquirri escribió una nueva historia de muerte en la plaza de Pozoblanco, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Desde hacía muchos años la sangre sólo la ponían los toros y las tragedias que de tarde en tarde estremecían a los taurófilos se truncaban con un parte médico de la enfermería de la plaza de turno, en el que se consignaba la recuperación satisfactoria del matador corneado.
La mayoría de los grandes toreros anteriores a Manolete murieron en el ruedo, luchando con algún toro especialmente bravo que se les atravesaba en su carrera. Belmonte escapó a esa muerte y varios años después de su retiro se suicidó, víctima de una crisis nerviosa. La lista de grandes toreros que murieron en lo suyo es muy larga: Pepehillo (1801), Curro Guillén (1820), Pepete (1862), El Espartero (1894), Florentino Ballesteros (1917), Manuel Granero Valls (1922), Ignacio Sánchez Mejías (1934). Todos ellos confirmaron con su ejemplo aquella regla sagrada, el rito de la muerte del torero en el ruedo.
Pero hubo una muerte más famosa que las anteriores. Ocurrió el 16 de mayo de 1920 en Talavera de la Reina, cuando el toro Bailaor le propinó una violenta cornada por la espalda al más grande de los toreros de todos los tiempos: José Gómez Ortega "Joselito". La trágica lista la cerró Manolete en la Plaza de Linares el 28 de agosto de 1947. El toro Islero lo corneó cuando consumaba una soberana estocada. Manolete, héroe de la tauromaquia, murió mientras mataba al toro, como si ambos fueran personajes de algún drama griego.
En este lapso de tiempo murieron los grandes toreros, al igual que la década 1965-1975 vio morir a la mayoría de los grandes automovilistas. La poesía y la cultura popular española inmortalizaron a aquellos toreros y también a los toros. Garcia Lorca, por ejemplo, perpetuó el nombre de su amigo Ignacio Sárichez Mejías en su poema. "Llanto". Luego la penicilina y los avances de la medicina le salvaron la vida a varios matadores embestidos en las corridas. A partir de 1947 sólo murió en el ruedo José Mata, un portugués que seguramente habría desaparecido de los anales del toreo si no fallece como consecuencia de una cornada que recibió el 25 de junio de 1971 en Villanueva de los Infantes.
También murió un hermano de Paco Camino que oficiaba de banderillero, y Bienvenida, ya retirado, murió corneado en su finca por una vaquilla en 1976.
Pero la muerte de Paquirri el miércoles de la semana pasada revivió las viejas epocas. Avispado, su segundo toro de la tarde, no debía ser ningún escollo. A su primer toro le había cortado una oreja. Cuando estaba con el capote, Avispado lo embistió y le propinó una cornada en el muslo derecho, similar a la que acabó con la vida de Manolete. Tras la rotura de las venas femoral y safena, sufrió un shock hemorrágico. Fue auxiliado de urgencia en la enfermería de la plaza.
Luego de una deficiente intervención y en estado de plena conciencia fue trasladado hacia el hospital Reina Sofia de Córdoba. Pero durante el viaje entre Pozoblanco y Córdoba su estado empeoro y 7 kilómetros antes de entrar a la ciudad falleció victima de un paro cardiaco, producido por una incoritenible pérdida de sangre.
Siguiendo una tradición que se remonta varias décadas atrás, Paquirri era miembro de una dinastía de toreros. Al igual que antaño todos los toreros eran cuñados entre sí, Paquirri se había casado con la hija de Antonio Ordónez, quien de paso es sobrina de Luis Miguel Dominguín. Francisco Rivera "Paquirri" había nacido en Barbate, provincia de Cádiz, el 24 de marzo de 1948. Tomó la alternativa el 11 de agosto de 1966 en la plaza de Barcelona, siendo su padrino Paco Camino y El Viti su testigo. Se casó con Carmen Ordóñez Dominguín y de este matrimonio tuvo dos hijos. El año pasado, en uno de los eventos sociales más publicitados de 1983, se casó con la famosa cantante Isabel Pantoja, lo que limitó sus actuaciones en España. Incluso había anunciado que iba a dar por finalizada la temporada el domingo 23, pero a última hora cambió de planes y se hizo presente en las ferias de Logroño y Pozoblanco.
El último toro del año lo mató el 26 de septiembre de 1984.
Paquirri no fue un fuera de serie como Joselito o Manolete. Pero en la época que toreó, carente de monstruos del toreo, nunca estuvo por debajo de nadie y siempre se turnó el título de número uno con Angel Teruel, El Soro, el Niño de la Capea y otros toreros de nivel similar al suyo.
Desde que el Cordobés dejó las plazas, nunca se volvieron a ver toreros fuera de serie y sólo Paco Camino pudo ser el número uno por algún tiempo. Paquirri fue Coronel en una época que no ha conocido Generales, Como banderillero, en cambio, sí logró mantener una supremacía en los últimos años.
Fue un viejo conocio de los colombianos. Estuvo presente en varias ferias taurinas nacionales y alcanzó a cobrar US$20 mil por presentación. Toreó en Colombia por última vez el 30 de enero de 1982, en la Plaza de Santamaría. Le criticaron mucho su papel protagónico dentro de la farándula española. Su pinta le permitió aparecer muchas veces en las carátulas de revistas frívolas y para los lectores de esas revistas llegó a ser más importante su vida sentimental que su carrera taurina.
Paquirri murió a la antigua y muy seguramente esto ayudará a que su nombre pase a formar parte de la le yenda. Y ésta se verá de seguro acrecentada por la polémica que de inmediato surgió sobre los primeros auxilios que recibió después de la última cornada de su vida. -