Especiales Semana

LOS HEROES DE LA TELE

El equipo "canarinho" ha ensayado para este mundial jugadas invencibles.

12 de julio de 1982

Nunca estuvo en una situación tan privilegiada como favorita, la selección brasileña. A esta copa de España, ha llegado disfrutando de la preferencia de los periodistas especializados de todo el mundo y de los públicos de los más heterogéneos países. En la bolsa de apuestas de Londres, Brasil sigue como firme favorito en porcentaje de dos a uno, seguido de Alemania, diez a tres y teniendo al campeón actual, Argentina, apenas en el cuarto lugar. ¿A qué se debe este clima?
Cuando Telé Santana se puso al frente de la selección brasileña de fútbol, tuvo que aguantar un duro chaparrón de críticas de los muchos que lo consideraban incapaz de montar un equipo que reverdeciera los laureles conquistados en tres copas del mundo, único país que consiguió tal hazaña, y sobre todo que pudiera compararse con aquella escuadra genial y arrasadora que impuso su ritmo en México y se trajo para siempre la "Copa Jules Rimet".
Telé aguantó firme desde el mismo momento en que sustituyó a Claudio Coutinho como técnico nacional. Comenzó su trabajo sin prisa y con una meta clara: devolver el fútbol brasileño a sus fuentes autóctonas, purificándolo de las ideas y esquemas importados por su antecesor. Buscó Telé la cohesión en todas las líneas del equipo como un fuelle de acordeón, capaz de marcar el ritmo y de atraer al contrario para después desbordarlo.
Para lograrlo, Telé buscó en los jugadores brasileños la inspiración, la juventud, la creación, el toque de balón, la velocidad, la resistencia, el espíritu de equipo y sacrificio.
Tita, Reinaldo, Paulo César, Ze Sergio, Joao Leite... fueron quedándose en la cuenta durante la dura marcha hacia España. Y el trabajo del técnico fue dando sus frutos gradualmente. El mundialito de Uruguay sirvió para decirle al mundo que estaba de vuelta el fútbol preciosista, el fútbol-arte de Brasil y la gira invicta por Europa vencería y convencería a todo el mundo, inclusive a los derrota dos ingleses, franceses y alemanes. En sólo año y medio Telé se impuso como una de las pocas "unanimidades nacionales" en este país compuesto por más de 120 millones de "técnicos de fútbol", y solamente perdió dos juegos: la final contra Uruguay en el mundialito y un amistoso contra los rusos, su primer obstáculo en España.
Pasados los sustos finales de la uña enclavada del mediocampista Falcao y del extraño cansancio que sentía el "doctor Sócrates", capitán y líder de la selección, Telé llegó a Sevilla con un equipo decidido y ofensivo, que mostraba una gran sorpresa: "la caída" inesperada de Paulo Isidoro, falso extremo derecho, jugador símbolo de lo que Telé quería que todos fueran y el mismo que en tardes dignas de Pelé había desequilibrado en Uruguay las defensas de los argentinos y los alemanes. El primer tropezón de Paulo Isidoro fue su salida para que Telé ensayara su cuadrado mágico Falcao-Cerezo-Sócrates-Zico, en el medio campo, lo que fue cierto. Luego, Dirceu que no pudo desplazar a Eder de la izquierda lo desplazaba a él en la derecha.

TRAS LA GLORIA DE MEXICO
Se confirmó así que el equipo comenzará a jugar la copa con Valdir Pérez, quien rompe la tradición de que Brasil no es tierra de buenos guardametas; dos defensas laterales, los flamenguistas Leandro y Junior, que no solo defienden y desarman bien sino que son muy ofensivos, casi extremos; una zaga central de categoría, con Luisinho y Oscar. En el medio campo, algo excepcional: Falcao Sócrates y Zico. Como punta de lanza el hábil y gigantesco Serginho, un dolor de cabeza permanente para cualquier defensa adversaria. En la derecha, Dirceu o Paulo Isidoro y la opción de colocar a Toninho Cerezo, un jugador total que corre los 90 minutos y le imprime al equipo velocidad y poder de ataque. Y en la izquierda, Eder, extremo no clásico pero que se impuso con su "patada atómica" que recuerda y hasta supera a veces a la que hizo a Rivelinho célebre en México; jugando en esa misma posición.
Aparte del gran talento y excelente preparación física del equipo "canarinho" (como se le llama cariñosamente por el color amarillo que viste), otro detalle justifica que Brasil llegue como favorito a España y es su saldo favorable ante Alemania y Argentina, a las que ha derrotado hasta a domicilio. Y no hay que olvidar las tácticas y estrategias preparadas por Telé, y que sus "héroes" bordaron a la perfección sobre el césped. Hay varias jugadas ensayadas, de esas que Pelé considera invencibles para ganar una copa del mundo, como la triangulación en el medio campo entre Sócrates y Falcao, que termina en la boca del gol; los cruces de los falsos extremos, variación criolla del "overlapping" de los europeos que ha dado ya muchos goles; la fuga de la táctica de impedimento adversaria, con Junior y Leandro colocando en posición a un atacante "por cobertura"; los cobros de faltas a la entrada del área que suelen terminar con frecuencia en el fondo de la red mediante el tiro suave y colocado de Zico o el sinuoso y violento de Eder, las cabezas hacia atrás en el área adversaria, buscando Sócrates y Serginho a Zico o a Falcao en la marca del penalty; los corner cobrados por Junior y sobre todo por Eder en el extremo contrario, el derecho, que llegan ante el portero con violencia y extraño efecto...
La verdad es que a la selección que juega esta copa no le queda nada a deber a aquella del 70. Si esa tenía al "Rey" Pelé, Rivelino, Tostao, Gerson, Carlos Alberto y otros buenos jugadores, ésta tiene genios como Sócrates, Zico, Falcao, Junior y Cerezo, serios aspirantes, si se descuida Maradona, a transformarse en astros centrales de este evento.
Y todos ellos van a ganar, porque para los brasileños sólo existen dos puestos: el primero... y los otros. Hasta un vicecampeonato es considerado aquí como una derrota. Como me decía Sócrates cuando se embarcó hacia Portugal:
"Es que los brasileños queremos ganarlo todo, hasta cualquier concurso de reinas de belleza".
Los "héroes de Telé" sólo lo serán para sus compatriotas si se traen la Copa del Mundo y ganan su tetracampeonato. En tal caso serán recibidos con gran fiesta, un maravilloso carnaval que aquí ya comenzó anticipadamente, las calles adornadas profusamente con banderas y más espíritu de copa que en la propia España. Más si quedan aunque sea en el segundo lugar, serán fatalmente olvidados.