Especiales Semana

Valle se levanta

13 de octubre de 2002

Los habitantes del Valle del Cauca han vuelto a creer que sí se puede. Comprometidos, trabajando en equipo y sin aspavientos, empresarios, gobernantes y líderes cívicos están superando los estereotipos negativos que por 10 años ensombrecieron el panorama regional. Como resultado hoy existe un norte compartido, una agenda clara de prioridades y están definidos los caminos para continuar avanzando hacía un futuro mejor.

El Valle del Cauca es nuevamente dinámico. Las cifras e índices que miden el desarrollo y la calidad de vida son alentadoras. Es el fruto de la buena gestión administrativa, las mejorías en la productividad y lucha dedicada de una sociedad que logró, en medio del escepticismo general, recuperar la unión como instrumento fundamental para generar progreso.

Los vallecaucanos trabajan en diferentes frentes para ubicar los sectores y proyectos que impulsarán el desarrollo de su región en los próximos años. Dos buenos ejemplos son la inclusión del puerto de Buenaventura como Zona Especial Económica de Exportaciones y el sistema de transporte masivo para Cali. Por otro lado,

las políticas trazadas por las Fuerzas Militares y de Policía buscan mejorar las condiciones de seguridad de los habitantes del departamento. Con una mayor tranquilidad en la región y con seguridad florecerán la inversión local y foránea.

Hay un tema que preocupa a los vallecaucanos: la cantidad creciente de familias desplazadas por la violencia que llegan diariamente a sus principales ciudades. El impacto de miles de personas desarraigadas y en la extrema pobreza ha terminado por afectar el tejido social en algunos lugares, que incluso ya presentan aumentos considerables en sus tasas delincuenciales. Tuluá, Buga, Buenaventura y Cali han empezado a mostrar incapacidad para dar una respuesta efectiva a este creciente fenómeno. Es un desafío para el cual el Valle del Cauca requiere políticas efectivas y del respaldo del gobierno nacional.

La percepción vallecaucana del entorno y de sus posibilidades ha cambiado en corto tiempo. Ahora el departamento busca consolidarse como uno de los principales polos de desarrollo del país y proyectar las fortalezas de la región para competir en un mundo de mercados globalizados. Y la buena noticia es que los vallecaucanos ya han comenzado a hacer la tarea.