¡Pobre angelito!

Macaulay Culkin, de 31 años, es el ejemplo clásico de una estrella infantil que pagó caro sus 15 minutos de fama. La semana pasada el tabloide británico The Sun publicó unas fotos en las que se ve esquelético y aparenta mucha más edad. Varios medios especularon que el joven recayó en las drogas, aunque su representante desmintió la versión: "Los únicos vicios de Culkin son los cigarrillos y las bebidas energéticas". Sin embargo, esto no tranquilizó a sus seguidores, quienes aún conservan en su memoria el rostro angelical del travieso Kevin McCallister, su personaje en Mi pobre angelito. Para el actor no fue fácil crecer ante las cámaras y terminó refugiándose en las fiestas. Cuando su éxito en la pantalla iba aumentando con películas como Ricky Ricón y El ángel malvado, la ambición de sus papás también crecía y terminó sumido en un pleito para lograr la independencia económica. Después de una larga batalla contra los excesos y un matrimonio fallido, su carrera no volvió a despegar.