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Fotos facilitadas por el ministerio belga de Defensa, en la que se ven los féretros en el aeropuerto militar de Melsbroek, en Bruselas. | Foto: EFE

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Bélgica recibe de luto a los niños fallecidos en el accidente de Suiza

Los momentos más emotivos de este viernes se han vivido en las ciudades flamencas de Lommel y Heverlee, de donde procedían las víctimas.

16 de marzo de 2012

Bélgica ha recibido este viernes los féretros de los 22 niños y 6 adultos fallecidos en un accidente de autobús cuando volvían de un viaje a Suiza, durante una jornada de luto nacional en el que se han sucedido los homenajes en memoria de las víctimas.

Instituciones públicas, escuelas, fábricas, transportes públicos y medios de comunicación han detenido su actividad a las 10:00 GMT de este viernes para rendir homenaje a los fallecidos con un minuto de silencio roto al final por el repicar de las campanas de todas las iglesias del país.

Pocos minutos antes llegaban a Bélgica los dos aviones militares que han transportado los féretros desde el aeropuerto suizo de Sión, tras haberse finalizado las tareas de identificación de las víctimas.

Los restos fueron trasladados a sus lugares de origen con escolta policial. Las autoridades prohibieron el acceso de la prensa al aeropuerto militar de Melsbroek (junto a Bruselas) para garantizar la intimidad de las víctimas.

Una de las 28 víctimas mortales del accidente tenía la doble nacionalidad española y belga, igual que otros dos niños heridos.

La mayoría de los heridos volverán a Bélgica entre jueves y viernes. A última hora del jueves llegaron seis heridos leves, mientras que esta tarde llegarán catorce heridos de consideración, a bordo de seis aviones médicos, que serán transferidos a un hospital de Lovaina.

Solo quedarán en Suiza cuatro niños que siguen hospitalizados con heridas muy graves; una de las niñas ha despertado este viernes del coma artificial, mientras otras dos siguen en este estado. La repatriación dependerá de su evolución, indicaron las autoridades.

Los momentos más emotivos de este viernes se han vivido en las ciudades flamencas de Lommel y Heverlee, de donde procedían las víctimas.

En la escuela Sint-Lambertus de Heverlee, donde estudiaban siete de los menores fallecidos y trabajaban dos de los adultos acompañantes, los alumnos se han concentrado en el patio cogidos de la mano y han lanzado al aireo globos blancos.

En el colegio 't Stekske de Lommel se ha guardado también un minuto de silencio por sus compañeros y varios vecinos han formado una cadena humana en torno al ayuntamiento.

No está previsto que se organice un funeral colectivo, ya que las familias prefieren celebrarlos en la intimidad; Lommel ha anunciado que el próximo miércoles se celebrará una ceremonia en memoria de las víctimas y ya celebró una vigilia en la que participaron 2.500 personas.

Las banderas nacionales ondean a media asta en todo Bélgica, así como las de las instituciones europeas y también las de las embajadas de varios países que han querido mostrar su solidaridad con el país, entre ellos, España.

Por su parte, el Gobierno ha paralizado su actividad este viernes y asumido un papel discreto: el primer ministro, Elio Di Rupo, ha homenajeado a los fallecidos en su gabinete lejos de los focos, mientras los parlamentos nacionales y regionales se han concentrado frente a las puertas de estas instituciones.

Mientras las víctimas vuelven a casa, aún queda por resolver las causas del fatídico accidente.

Tras descartar el exceso de velocidad o la fatiga del chofer, se baraja la posibilidad de que se debiera a un error humano, un fallo mecánico o a que el conductor sufriera algún problema de salud.

Varios medios han apuntado que el conductor se disponía a cambiar un DVD justo antes de la tragedia, una hipótesis que ha sido descartada por la compañía dueña del vehículo ("Toptours"), que además recalcó que la autopsia ha indicado que el conductor no había bebido alcohol.

Suiza pide cautela mientras prosigue la investigación y que se eviten las especulaciones, para no añadir más dolor a la tragedia.

EFE