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EL AÑO MAS TURBULENTO

¿Se está incubando un nuevo Vietnam en tierras latinoamericanas?

31 de enero de 1983

Para Centroamérica, 1982 fue uno de los años más turbulentos. Más allá de las gestiones diplomáticas de diverso tipo que se dieron en varias capitales del área, una guerra silenciosa y brutal se fue extendiendo durante el año por casi toda la región, haciendo que los observadores se pregunten: ¿se está incubando allí un nuevo Vietnam?
Las raíces del conflicto centroamericano son los esfuerzos de aquellos sectores interesados en impedir la consolidación en Nicaragua del régimen surgido tras el derrocamiento de la dictadura de los Somoza. A eso se agregan las acciones de los que tratan de obstaculizar el intento de las guerrillas salvadoreña y guatemalteca por emular la gesta sandinista.
En Nicaragua, durante el año se registró un aumento notable de los combates entre el ejército sandinista y las tropas somocistas que encuentran apoyo abierto en el gobierno de Honduras. Por su parte, algunos órganos de prensa y funcionarios norteamericanos admitieron en noviembre que Washington está organizando y financiando a diario operativos guerrilleros en zonas norteñas de Nicaragua, contra el gobierno de Managua. De hecho, al menos una maniobra militar conjunta entre tropas hondureñas y asesores norteamericanos precedió a los choques entre sandinistas y somocistas de fines de diciembre en el departamento nicaraguense de Nueva Segovia.
En El Salvador, el opositor Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), lanzó este año las dos más fuertes ofensivas de los tres años que lleva la guerra civil y logró consolidarse en varios departamentos, especialmente en Chalatenango, Morazán y Usulután, a pesar de los operativos contra ellos del gobierno del presidente Magaña, quien cuenta con batallones especiales entrenados en Estados Unidos.
En Guatemala, según Amnistía Internacional, más de 2.600 personas han muerto a manos de bandas paramilitares y tropas del ejército desde el ascenso, en marzo pasado, del general Ríos Montt, especialmente entre la población indígena. Según una fuente militar del "Washington Post" la misión de los asesores norteamericanos en ese país es entrenar cadetes en "técnicas para emboscadas, espionaje, combate armado, artillería, patrullaje, demoliciones, y tácticas de asalto con helicópteros". Los guerrilleros se agrupan en un frente: la Unión Revolucionaria Nacional (URNG). El 17 de septiembre Ríos Montt ordenó el fusilamiento de cuatro personas acusadas de pertenecer a un grupo rebelde.
En Honduras, el régimen de Suazo Córdoba ha ido construyendo con ayuda norteamericana e israelí uno de los ejércitos más fuertes de la región, al tiempo que acusa a Nicaragua de estar apoyando a los grupos guerrilleros del país, razón por la cual no se opone al establecimiento de santuarios antisandinistas en sus fronteras con Nicaragua.
Costa Rica, que históricamente ha carecido de ejército, ahora conoce los esfuerzos del presidente Monge por transformar la Guardia Nacional en un ejército regular, para lo cual recibió este año dos millones de dólares en equipo, mientras que se intensificaban los ataques verbales de San José al gobierno de Managua por "alertar una campaña internacional de desprestigio contra Costa Rica". Sin embargo, desde territorio costarricense las fuerzas antisandinistas de Edén Pastora este año atacaron poblaciones nicaraguenses, como Cárdenas, ésta última a comienzos de diciembre. Criticando a quienes quieren provocar una guerra con Nicaragua, el ex presidente costarricense Daniel Odúber recordó al finalizar diciembre que "desde la época de la colonia, hay ciudadanos nicaraguenses que también desean que Costa Rica le haga la guerra a Nicaragua y los lleve a ellos a gobernar. -