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Marina Silva

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Garotas al poder

Dilma, Marina y Helena son las tres mujeres que cambiarán la campaña presidencial de Brasil en 2010.

22 de agosto de 2009

Faltan 13 meses para las elecciones presidenciales de Brasil, pero se sabe que serán emocionantes. Por primera vez en 20 años, Luiz Inacio Lula da Silva, actual presidente y fundador del Partido de los Trabajadores (PT), no será candidato. Por primera vez desde 1994 la disputa electoral no será monopolizada por dos partidos, el PT y el de oposición Psmb. Y por primera vez en la historia del país, tres mujeres serán las protagonistas.

Aunque 'Lula' cuenta con un nivel de aprobación que supera el 70 por ciento, ha optado por entregar el poder después de dos períodos marcados por la estabilidad y el crecimiento económico. En contra de la ola reeleccionista y plebiscitaria que inunda la región, ha escogido a Dilma Rousseff, actual ministra de Casa Civil (jefe de gabinete), para sucederlo. Rousseff, de 61 años, es conocida por su pasado guerrillero en tiempos de la dictadura, su larga carrera como tecnócrata y también por su reciente enfermedad, pues hace poco le diagnosticaron cáncer linfático. Aunque cuenta con el respaldo del Presidente y la simpatía de los brasileros, nunca se ha presentado a unas elecciones, y ahora tendrá más rivales de lo esperado.

Una de las más fuertes será Marina Silva, famosa defensora del Amazonas que renunció del PT la semana pasada después de una militancia de más de 30 años y que probablemente se unirá al Partido Verde. Nacida en la provincia rural de Acre, sufrió varias veces malaria y hepatitis, enfermedades que aún hoy le causan estragos de salud. Analfabeta hasta los 16 años, fue acogida por unas monjas católicas en Rio Branco y ahí logró estudiar y entrar a la universidad. Se graduó como historiadora, empezó a trabajar con Chico Mendes, asesinado líder del sindicato de caucho, y se unió al partido de Lula en los años 80. En 1994 y en 2002 fue elegida senadora, y en 2003 fue nombrada Ministra de Ambiente por el presidente Lula. Sin embargo, presentó su renuncia en 2008 por incompatibilidades con Dilma y la agenda ambiental del gobierno, la cual antepone el desarrollo industrial de la Amazonia a la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible.

Escogida por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes de 2008, el perfil novedoso y humano de Marina puede ser un dolor de cabeza para Dilma. Como afirmó a SEMANA Juan Arias, corresponsal del diario El País en Rio de Janeiro, "sería la primera negra y mujer en gobernar a Brasil. Puede haber sorpresas con ella. Va a tener poco tiempo en televisión, pero su campaña en Internet -como la de Obama- ya ha comenzado". Además, al entrar en la baraja de presidenciables, le roba la exclusividad a Dilma de ser la única mujer candidata y le resta votos, pues divide a los seguidores del PT.

A este panorama femenino se suma Heloísa Helena, política brasilera de conocida trayectoria. Empezó su carrera en el PT, pero fue expulsada en 2003 y optó por fundar su propio partido, Psol. Aunque no tiene posibilidades de victoria, pues pertenece a una izquierda muy radical, sí puede arrastrar varios millones de votos. Según analistas, es posible que se consolide una alianza entre Psol y el Partido Verde para apoyar la candidatura de Marina.

Lo que une a las tres presidenciables es su género, que, como afirmó a SEMANA David Fleischer, profesor emérito de la Universidad de Brasilia, "es un factor porque los brasileros creen que las políticas son más honestas que los políticos". Sin duda cambiarán el panorama electoral del país e inducirán una segunda vuelta, pero las tres 'garotas' se enfrentan a un peso pesado. Según la última encuesta de la firma Datafolha, aplicada este mes, el gobernador del estado de Sao Paulo y miembro del partido de oposición Psmb, Jose Serra, lidera la intención de voto con el 37 por ciento contra el 16 por ciento de Dilma, el 12 por ciento de Helena y el 3 por ciento de Marina, aunque esta encuesta no mide el impacto de la renuncia de Marina.

Las posibilidades son todas, pues el rompecabezas apenas se empieza a armar. Lo único claro es que la carrera presidencial de Brasil comenzó antes de tiempo y las sorpresas, alianzas e intrigas no se harán esperar.