El gobierno norteamericano certificó el 20 de julio que las autoridades salvadoreñas han concretado esfuerzos suficientes para mejorar su gestión en materia de derechos humanos, en los últimos 6 meses, como para justificar la continuación de la ayuda militar norteamericana. Tal certificación fue dada al Senado por el Secretario de Estado, George Shultz, a pesar del hecho que el gobierno presidido por Ronald Reagan reconoció que el número de muertes y desapariciones de civiles no combatientes creció en El Salvador por lo menos un 10%, respecto al anterior semestre. El mismo día, una comisión conjunta del Senado y la Cámara aprobó 25 millones adicionales de ayuda militar a El Salvador, o sea la mitad de lo pedido para ese país por el poder ejecutivo para este año.