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TERRORISMO SOBRE RUEDAS

Tres casos de ataques guerrilleros en los que palestinos y judíos hacen de los buses una "trampa de bobos".

4 de junio de 1984

El terrorismo palestino ha vuelto con renovado vigor a enseñorearse en las principales ciudades de Israel. De diciembre para acá por lo menos tres atentados en Jerusalén y Tel Aviv han dejado varios muertos y heridos. El primero ocurrió el 6 de ese mes en Jerusalén cuando una bomba destripó un bus lleno de civiles dejando cuatro muertos y 34 heridos. Los autores, al parecer de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), según un comunicado de ese grupo,impreso en Nicosia, Chipre, actuaron en represalía por el ataque efectuado el 11 abril de 1982 por Harry Goodman, un terrorista judío, contra una mezquita, en el que cuatro personas fueron muertas por sus disparos, dejando heridas a muchas más.
En el ataque al bus civil, las víctimas también eran ciudadanos indefensos: gente que iba de compras y niños que regresaban de su escuela. De los 34 heridos, 32 fueron hospitalizados, y de éstos 10 quedaron en condiciones muy delicadas, con quemaduras y pérdidas de miembros. Tal ataque fue, en realidad, el peor de todos los actos terroristas cometidos contra judíos desde 1977, cuando 20 personas murieron al estallar unas bombas ocultas en un refrigerador.
Cuatro meses después del ataque al bus de Jerusalén, en la misma ciudad tres comandos palestinos, del Frente Democrático de Liberación de Palestina, organización escindida de la OLP y que dirige Abu Nidal, vuelven a emprenderlas contra transeúntes desarmados en el centro de la ciudad. Esta vez lo único que cambió fue el método: arrojaron granadas y dispararon sus ametralladoras contra ellos. ¿El resultado? Cuarenta y ocho heridos, cinco de ellos muy graves. A pesar de que en ocasiones anteriores habían estallado algunas bombas en Jerusalén, el ataque del 2 de abril pasado fue el primer indicio de que las guerrillas palestinas estan operando directamente ahora en la ciudad.
Este último ataque ocurrió a las 10 de la mañana, justamente cuando la avenida King George estaba más llena de gente. Pero ninguno de los terroristas pudo escapar, a pesar del aparentemente sencillo operativo: varios dueños de almacenes y transeúntes sacaron sus armas y dispararon sobre ellos. Uno de éstos fue herido y más tarde murió en un hospital. Otro fue, capturado tras una persecución a pie por varios callejones de la ciudad. El tercero, quien intentó escapar en un carro que habían alquilado los terroristas para llegar al lugar del asalto, fue aprehendido dos kilómetros más allá de la escena del delito, en el camino hacia Belén.
El tercer golpe de los palestinos fue dado a mediados de abril en la parte sur de Tel Aviv. También en esa ocasión, un bus fue el blanco. Pero en lugar de herir a los pasajeros, 35 en total, los convirtieron en rehenes. Los secuestradores eran cuatro árabes quienes exigieron la liberación de 25 presos políticos palestinos. La toma duró 10 tensas horas durante las cuales docenas de soldados israelitas rodearon el bus. Finalmente, a las 4:45 de la madrugada, los soldados se lanzaron al rescate de los rehenes. Las balas, desde luego, no distinguieron entre terroristas y pasajeros: uno de éstos resultó muerto y otros siete quedaron heridos. Dos de los secuestradores fueron liquidados y los otros dos murieron camino del hospital por las heridas recibidas, según dijeron voceros militares dependientes de Moshe Arens, ministro de Defensa, quien dirigió personalmente la operación.
Pero a diferencia de los anteriores dos eventos, éste último llegó a suscitar un debate de carácter político y moral días más tarde. Dos reporteras gráficos, durante la operación de rescate del bus, tomaron fotografías de los dos árabes que aparentemente murieron más tarde camino del hospital. En la foto que tomó Alex Libak del diario Hadashot aparecía un joven esposado saliendo del bus sin heridas apreciables. El otro fotógrafo, Samuel Rachmani, de Ma'ariv, tomó otra foto en la que aparece un joven cabizbajo, con una pequeña herida en la cara, siendo empujado por un Brigadier General israelí y dos soldados. Días después, los familiares de uno de esos jóvenes identifican a uno como Majdi Abu Jumaa. Según el conductor del bus y cuatro pasajeros que vivieron el secuestro, ese joven no era uno de los terroristas. La denuncia que formularon los padres de Jumaa fue clara: que los dos árabes no estando heridos durante la captura, habían sido asesinados después de haberse rendido.
De resultar cierto, este incidente endurecería aún más a los luchadores palestinos al quedarles claro que rendirse tras un ataque no tiene ningún valor.
El ministerio de Defensa israelí trató de impedir que el asunto trascendiera. Llegó incluso a prohibir la publicación de las fotografías. Pero Hadashot desafió la censura y se aprestó a informar del caso y publicar la controvertida foto. Pero horas antes de que tal edición apareciera Arens ordenó el allanamiento de la imprenta del periódico, cerrándola durante cuatro días y prohibiendo que el tabloide fuera vendido en establecimientos militares.
Y el último capítulo de esta historia de buses y terroristas en Israel sucedió la semana antepasada, y su conclusión no fue menos sorprendente. Esta vez, en un bus que usualmente transporta pasajeros árabes de Jerusalén a West Bank, los territorios ocupados por Israel, se descubrió tremenda carga de dinamita poco antes de que el chofer comenzara su diaria travesía. No era el único bus que había sido "cebado" con bombas: otros cuatro de la misma ruta lo habían sido. Uno de ellos, repleto de pasajeros, tuvo que ser detenido en pleno camino por un helicóptero militar, en las Alturas del Golan, encontrándose en él la carga letal.
Lo más interesante es que la investigación que siguió a estos hechos terminó en la captura de mas de 15 derechistas judíos bastante conocidos por su fanatismo religioso. Por ejemplo, dos parientes del rabí Moshe Levinger, fundador del movimiento extremista Gush Emunim, que lucha por la anexión completa del West Bank por Israel, estaban entre los detenidos.
Tales capturas han evidenciada que el terrorismo en la región no sólo es árabe sino que existe una organizada red de terroristas judíos operanda en el West Bank. Algunas autoridades israelitas temen que esa red pueda ser la responsable de los asesinatos de dos importantes alcaldes árabes en esa región, así como del atentado mortal contra tres estudiantes árabes en agosto pasado en Hebrón.