Tirotean periódico en México

Tan solo una semana después del asesinato de cuatro periodistas, la prensa mexicana vuelve a ser blanco de un brutal ataque. Al mediodía de este lunes, por lo menos seis encapuchados vestidos de civil y armados con rifles de asalto sitiaron la sede del periódico Hora Cero en la ciudad fronteriza de Reynosa (noreste de México) y dispararon contra las instalaciones de la redacción.

Según le dijeron testigos presenciales a la agencia AFP, antes de la balacera los asaltantes llamaron para advertir que iban "a tronar (destruir) el edificio" y darles diez minutos para el desalojo. El edificio fue evacuado inmediatamente, lo que permitió a los periodistas proteger sus vidas.

"Los balazos dañaron la fachada y hubo ventanales quebrados en el nivel superior, donde está el estudio de televisión y la cabina de radio", dijo uno de los afectados a la agencia DPA, que resaltó "sobre todo el impacto sicológico porque la gente no quiere regresar a trabajar". Después del desalojo los empleados fueron citados en el estacionamiento de una tienda cercana y se les pidió que se marcharan a sus casas.

La editorial Demar, propietaria del edificio, edita las publicaciones Hora Cero, Conexión, Clase y la versión local de la prestigiosa revista Contralínea. Por política editorial, ya lleva años evadiendo temas relacionados con narcotráfico y crimen organizado, precisamente por los peligros que tal cubrimiento implica en Tamaulipas, estado mexicano en que se encuentra Reynosa y una de las regiones más afectadas por la llamada ‘guerra contra el narco’.

En 2006, en Nuevo Laredo, otra ciudad fronteriza en el mismo estado federado, la redacción del diario El mañana ya había sido abaleada. Del ataque, un redactor resultó herido de gravedad.

Según el Observatorio Iberoamericano de Libertad de Prensa, en México más de 140 periodistas han sido asesinados o desaparecidos desde 2000. Activistas de derechos humanos han denunciado numerosos casos de secuestro y extorsión. La semana pasada fueron asesinados en el estado de Veracruz —vecino a Tamaulipas— tres fotoperiodistas y una empleada de un periódico, cuyos cuerpos fueron desmembrados y arrojados a un canal. Pocos días antes, una corresponsal de la revista Proceso fue estrangulada.