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UN PERSONAJE " ABSOLUTAMENTE FABULOSO"

Todo el mundo envidia el perfil de Fabius, el nuevo Primer Ministro

17 de septiembre de 1984

"No se cambia a un equipo que gana". Evocada a menudo por los franceses, esta divisa parece haber inspirado la composición del nuevo gobierno galo. Mitterrand sabe que su equipo gubernamental no ha ganado, pero considera que a sólo veinte meses de las elecciones legislativas, conviene mantener la cohesión y la estabilidad del gabinete que lo acompaña desde 1981. Fuera de la salida de ministros comunistas y del ministro de Finanzas, Jacques Delors--que presidirá a partir de diciembre la Comisión Europea en Bruselas--la única innovación de talla ha sido el nombramiento de Laurent Fabius como jefe del gobierno.
Para los socialistas, el nuevo Primer Ministro continuará la política llevada a cabo por su antecesor, Pierre Mauroy. Se trata pues, según ellos, de un cambio de forma, estilo e imagen. En realidad, con Fabius llega al poder una generación de tecnócratas competentes, pragmáticos, preocupados más por los resultados efectivos de la gestión que por el lirismo propio de los políticos de comienzos de siglo. Por eso, los observadores lo han definido más en función de sus cualidades intelectuales que en virtud de su carisma o de su trayectoria política.
En general, se lo presenta como una máquina de pensar, dotado de una extraordinaria memoria y de una gran capacidad de autocontrol. Para todos, el nuevo Primer Ministro es hombre inteligente, cortés, bien preparado, partidario de discursos sobrios y precisos que él presenta con una gran pedagogía. Pero la unanimidad desaparece cuando se analizan sus orientaciones políticas o su propia personalidad. Sus detractores lo juzgan como un socialdemócrata clásico, gran burgués, calculador y "arritista". Unos lo llaman: el "Giscard de la izquierda". Fabius, obviamente rechazó esta comparación al afirmar: "Los dos somos delgados, no tenemos cabellos e hicimos estudios. La identidad de calvicies no debe conducir, sin embargo, a conclusiones políticas erróneas".
Para sus allegados en cambio, Fabius es un hombre timido, sensible sobre todo, un dirigente socialista que dejó su clase burguesa para ponerse al servicio de la izquierda. Dos anécdotas, contadas por la prensa, van en ese sentido. En 1969, Laurent Fabius invitó al ex primer ministro Georges Pompidou a dictar una conferencia política. Pocos meses después, Pompidou se instaló en el Eliseo y lo hizo llamar para convertirlo en uno de sus colaboradores. Fabius rechazó la oferta. "No son mis ideas" parece que respondió. El 19 de mayo de 1974 Fabius ve la televisión con unos amigos. De pronto el presentador anuncia el triunfo de Valery Giscard D'Estaing. La reacción de Fabius es inmediata: "Nos toca estar con Mitterrand". "Estas loco, Mitterrand ya perdió dos veces"....le responden sus contertulios, pero él insiste: "Con Mitterrand iremos más rápidamente"
Hasta ese momento, el nuevo Primer Ministro no había militado políticamente. Sus estudios y sus actividades señalaban, sin embargo, su pasión por la vida política. Graduado en Ciencias Políticas y Letras Modernas, Fabius entró en 1969, a la Escúela Nacional de Administración, célebre por formar la élite política y administrativa de Francia. Entrevistados por la prensa, sus compañeros lo recuerdan como un alumno excepcional, elegante, cortés, disponible, siempre rodeado de jóvenes bellas y carros lujosos de segunda. Para ellos, Fabius encarnaba la imagen del perfecto perezoso que obtiene excelentes calificaciones y triunfa por inadvertencia. "Parecerá que no hacía nada, confesó uno de ellos, pero al día siguiente hacía las exposiciones más brillantes". "En esos años, dijo un joven dirigente demócrata cristiano, Laurent Fabius era un personaje absolutamente fabuloso. Todo el mundo queria parecérsele. Era rico y generoso. Brillante y despreocupado. Dotado de un espíritu abierto y de un sentido del humor excepcional.
Era un fuego artificial permanente".
Los testimonios parecen coincidir sobre otro punto: Fabius, como sus compañeros, estaba convencido de que llegaria a ser Ministro y citaba a menudo como ejemplo el itinerario seguido por otro alumno de la Escuela de Administración: Valery Giscard D'Estaing, ejemplo que para él no contenia ninguna connotación política, pues en mayo del 68 habia presentado sin éxito a sus camaradas--divididos entre maoistas y conservadores--una lista de centro-izquierda.
Fue éste su único acto político hasta fines de 1974 cuando se adhirió al partido de Francois Mitterrand. A partir de ese momento, su ascención fue fulgurante. Mitterrand lo convirtió en 1976 en jefe de su gabinete y en uno de sus principales consejeros económicos. Fabius y su esposa, madre de sus dos hijos, pasaron a ser parte del circulo de los intimos del primer secretario del Partido Socialista.
Sus origenes burgueses, su inexperiencia política y su reputación de frio tecnócrata le crearon, no obstante, serias enemistades en el Partido Socialista. Muchos le reprocharon haberse hecho elegir diputado socialista presentándose en una región obrera en la que el antiguo diputado socialista gozaba de una enorme popularidad. Nadie dudó que esa "transferencia" se efectuó gracias a la intervención de Mitterrand. La identidad entre los dos hombres se hizo patente, en particular, durante el congreso socialista llevado a cabo en la ciudad de Metz en 1979: Fabius defendió a fondo los análisis mitterrandistas contra Rocard, Mauroy y las demás tendencias.
Su contribución en la toma de control de partido por parte de Mitterrand, le valió entrar al secretariado general del partido y ser nombrado su portavoz oficial. Sus otros éxitos son más conocidos: responsable de la campaña presidencial de Mitterrand en 1981, ministro de Presupuesto durante los dos gobiernos de Pierre Mauroy, ministro de Industria desde marzo de 1983 y superministro de las reconversiones industriales a partir de abril de 1984. De su actividad gubernamental, los observadores destacan su arte de saber esquivar los asuntos más escabrosos. Su nombre quedará ligado al impuesto sobre la fortuna y, a los dos periodos que han caracterizado la gestión socialista: el presupuesto de 1982 que buscaba reactivar la economia gracias al consumo y el de 1983 que impuso la política de aus teridad. Le Monde juzga severamente su trabajo al frente del ministerio de Industria al escribir: "Nada indica que un mediocre ministro de Industria no pueda ser un buen Primer Ministro".
Los sondeos indican en todo caso, que el nuevo jefe de gobierno se beneficia de una excelente imagen en la opinión: 89% de franceses lo consideran inteligente; 81% competente 83% seguro de de sí; 62% tecnócrata, 61% hombre de izquierda; 75% simpático. Pero las previsiones económicas sobre todo en el campo del desempleo, muestran que Laurent Fabius posee una reducida margen de maniobra. No se sabe pues si Francois Mitterrand ha jugado su mejor carta. Pero el Presidente galo quedará también en la historia por haber nombrado el jefe de gobierno más joven desde 1815. Laurent Fabius nació el 20 de agosto de 1946.
José Hernández, corresponsal de SEMANA en París.