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"ANTIPATIA" INTERNACIONAL

Pese a las denuncias, Amnistía reconoce ligeros avances en la situación de los derechos humanos en Colombia

26 de noviembre de 1984

La divulgación del capítulo dedicado a Colombia del informe anual de Amnistía Internacional sobre la situación de los derechos humanos en el mundo causó, como viene sucediendo en los últimos años, variadas polémicas. El hecho de que en su primera frase se refiriera a "ejecuciones extrajudiciales que al parecer constituyeron práctica de rutina para algunos sectores del Ejército en Colombia" hacía previsible la anda nada de críticas al documento y a la institución internacional que desde hace 23 años viene trabajando en el terreno de los derechos humanos en prácticamente todos los países del mundo, con más de medio millón de afiliados.
Entre las críticas, la más común expresaba que Amnistía era "una organización de la izquierda internacional" como lo expresó el jueves en 6am 9 am, el secretario general del Partido Conservador Jaime Arias.
Esta crítica es la misma que los gobiernos dictatoriales de América Latina han hecho a Amnistía, pero no es por esa razón que se puede cuestionar la seriedad o validez de esta crítica a la organización. Decir que Amnistía es de izquierda es, según sus representantes en Colombia, "un acto de ignorancia", ya que implica desconocer el duro informe publicado al mismo tiempo que el de Colombia sobre la situación en Nicaragua y en el cual se denunciaba la existencia de centenares de presos políticos en ese país bajo el régimen sandinista. Esto sin mencionar las denuncias sobre la represión en Cuba, Yugoslavia, Hungría y China comunista o el hecho de que uno de los "presos de conciencia" más famosos, por cuya liberación lucha Amnistia, es el disidente soviético Andrei Sajarov. Denunciar sin distingos políticos a todos los países donde se violan los derechos humanos, es quizá lo que le ha generado a Amnistía más antipatías.
Pero aparte de este desenfocado debate, es bueno decir que el informe de Amnistía no ha sido analizado detenidamente por la prensa nacional, que se ha limitado a estudiar los cables divulgados al respecto por las agencias internacionales de prensa. La verdad es que Amnistía se refiere solamente a la situación de los derechos humanos en Colombia en 1983, pues es ése el período analizado en el último informe sobre los distintos países. A este respecto el documento no hace más que registrar denuncias que ya se conocían en Colombia, como los asesinatos masivos ocurridos en 1983 en Remedios y Segovia, en Antioquia; la muerte por agentes de la Policía Nacional de Medellín de un estudiante sindicado de pertenecer al ELN; la creacion de escuadrones de la muerte en la zona de Puerto Berrío o el asesinato de 39 ex guerrilleros que se acogieron a la amnistía. No hay que olvidar que el propio Procurador, quien acaba de culpar a la guerrilla de la situación de violencia que se vive en los campos y quien no es precisamente un "agente del comunismo internacional", acusó a principios del 83 a personal militar de participar en las actividades del MAS. Este informe de Jiménez Gómez también es recogido por Amnistía, quien además denuncia que en 1983 se produjeron más de "800 ejecuciones extrajudiciales" en regiones como el Magdalena Medio, zona quepara nadie es un secreto vivió el año pasado uno de los más violentos de su historia.
Lo que sin duda ha causado más sorpresa del informe de Amnistía, es que muchos esperaban que registrara avances en Colombia debido al proceso de paz adelantado durante el gobierno de Belisario Betancur. Pero en modo alguno los podía registrar, ya que el proceso en mención tomó forma en el 84, año al cual no se refiere el informe. Sin embargo, si se han de señalar algunos avances anotados por Amnistía en su documento, hay que mencionar el hecho de que la organización hable en la introducción del informe que "no adoptó ningún preso de conciencia", en el caso colombiano. Este punto es positivo porque indica que Amnistía piensa, o al me nos no tiene pruebas suficientes, de que en el país no hay actualmente ningún preso político "puro". Los "presos de conciencia" son aquéllos a quienes Amnistía les presta su apoyo, con la condición de que no hayan participado en actos de violencia o hayan hablado a favor de utilizar métodos violentos en su lucha política. Un buen ejemplo de "preso de concien cia" es el dirigente uruguayo Wilson Ferreira Aldunate. En años anteriores, Amnistía había adoptado "presos de conciencia" colombianos.
Esta vez no. De ahí el avance. -