Home

Nación

Artículo

FUERZAS MILITARES

Lo que se sabe de la caída del Black Hawk de la Policía

La caída de un helicóptero en el que murieron 16 policías generó desconcierto y múltiples especulaciones. ¿Cuál es la verdad?

8 de agosto de 2015

La misión estaba perfectamente planeada. El objetivo era claro: capturar a alias Inglaterra, uno de los jefes de la banda criminal –bacrim– del clan Úsuga o los Urabeños. Se trataba de una maniobra de rutina, una más de las cerca de 500 operaciones helicoportadas que desde enero de este año ha desarrollado la Policía en la zona del Urabá, como parte de la ofensiva contra ese grupo criminal comandado por Dairo Úsuga, alias Otoniel.

Durante estos seis meses esas acciones, realizadas por comandos transportados en helicóptero, han finalizado con cerca de 400 detenidos, 16 toneladas de droga incautadas y centenares de armas decomisadas. Algunas de esas misiones han terminado con intercambios de disparos entre los policías y los integrantes de esa bacrim, y en un par de oportunidades algunos helicópteros recibieron impactos de bala sin mayor relevancia.

La orden era despegar a las 5 y 30 de la mañana. En la pista estaban listos tres helicópteros Black Hawk en los que se distribuirían 40 Junglas, comandos elite de la Policía. Debían volar hasta la mitad de la espesura de la selva y llegar cerca de Chigorodó, en donde, según la información que tenían, estaba escondido Inglaterra y sus hombres. Pero había nubes espesas que amenazaban lluvia y se aplazó el despegue tres horas, hacia las 8 y 30 de la mañana.

Cuarenta minutos después ocurrió la tragedia. Sin explicación aparente uno de los tres helicópteros cayó en la mitad de la manigua a pocos kilómetros de un sector conocido como Piedras Blancas, entre Carepa y Chigorodó. Una columna de humo que salió de entre las copas de los árboles hizo prever lo peor. Los hombres que viajaban en los otros dos helicópteros comenzaron inmediatamente las labores de rescate. Cuál no sería su sorpresa cuando, antes de aterrizar para ver si había sobrevivientes, recibieron ráfagas de fuego de los hombres de Inglaterra. Las ametralladoras minigun, de 1.000 balas por segundo, respondieron, lo cual produjo la desbandada de los miembros de la bacrim. Al bajar por cuerdas, los policías encontraron que 16 de los 18 ocupantes estaban muertos y dos más estaban gravemente heridos al lado de las piezas destrozadas de la aeronave.

La noticia cayó como un baldado de agua fría. El recién posesionado ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, para no adelantarse a las investigaciones utilizó la frase: “Hasta ahora estamos con la hipótesis de que fue un accidente”. Este gesto de prudencia fue interpretado como si pudiera haber algo más complicado detrás. En realidad no lo había pero las redes sociales se desbocaron. A esto se suma que tan solo cinco días antes un avión CASA 235 de la Fuerza Aérea había caído cerca de Codazzi, Cesar, dejando un saldo de 11 miembros de la FAC muertos. En menos de una semana, 27 integrantes de la fuerza pública murieron en accidentes. La cifra y las circunstancias de estos dos hechos desataron una oleada de especulaciones y una tormenta política. Menos de dos meses atrás, el 21 de junio, un helicóptero del Ejército fue destruido cuando aterrizó en un campo minado por el ELN en Teorama, Norte de Santander, dejando cuatro militares muertos y tres más heridos.

Con base en estos antecedentes, la oposición, particularmente del Centro Democrático, comenzó una ofensiva en las redes con trinos y declaraciones para afirmar que tanto el avión de la FAC como el Black Hawk de la Policía habían sido derribados por la guerrilla o las bacrim.

El expresidente Uribe escribió en su cuenta de Twitter: “Escucho un audio, al parecer de Fuerzas Armadas, que habla de que el helicóptero fue impactado por ‘tatucos’. Allí delinquen Farc y Bacrim”. “Alguien cercano a la Fuerza Aérea argumenta la hipótesis de que el avión casa que cayó en Cesar también fue impactado. ¡Por favor, la verdad!”. Esos trinos dejaron la sensación de que el gobierno podía estar ocultando algo sobre los dos siniestros.

El audio al que hizo referencia Uribe es una grabación en la que, con el sonido de un helicóptero de fondo, un integrante de la Policía afirma que el Black Hawk había sido impactado por tatucos, un explosivo artesanal hecho por la guerrilla. Al parecer, el policía que decía esto era uno de los técnicos que apoya desde tierra las labores de los Black Hawks que, sin embargo, no estaba en la zona del siniestro sino en una base de la Policía. Aparentemente, realizó esa afirmación como parte de las especulaciones pocos minutos después del accidente.

Sin embargo, más allá de esto, la realidad es que la teoría de que el helicóptero fue derribado por un tatuco no es técnicamente posible. Se trata de pequeños explosivos de fabricación artesanal usados por las Farc y el ELN para atacar estaciones o grandes blancos estáticos. Dispararlo desde una selva tupida es extremadamente difícil, ya que no es un arma de precisión y mucho menos con la capacidad de impactar un blanco en movimiento, especialmente un helicóptero que viajaba a 180 kilómetros por hora.

No menos insólita resulta la hipótesis de que el avión de la FAC que cayó en Codazzi la semana pasada fue derribado. Por la altura a la que viajaba, prácticamente solo un misil tierra-aire podría alcanzarlo. A pesar de décadas de especulaciones en el sentido que la guerrilla y otros grupos podrían tener ese tipo de cohetes, lo cierto es que nunca se ha podido documentar que los tengan o que los hayan utilizado. Las condiciones y el calor de la selva hacen casi imposible cumplir con las condiciones de mantenimiento que requiere ese tipo de armamento.

Las investigaciones para determinar con certeza las causas de lo que ocurrió con el CASA de la FAC y el Black Hawk de la Policía hasta ahora están comenzado. En ambos casos, las dos hipótesis más fuertes señalan que se pudo tratar de factores climáticos y, eventualmente, de errores mecánicos. Lo primero es algo impredecible. Lo segundo evidenciaría fallas que podrían rondar con temas desde corrupción, por usar repuestos de segunda, hasta falta de mantenimiento. “Si es por derribamiento, debemos saber quién lo hizo, y si es por fallas técnicas, ya es muy grave lo que está sucediendo con el mantenimiento técnico de las aeronaves”, dijo el senador Iván Cepeda, quien citó al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, a un debate en el Congreso para explicar por qué diez aeronaves de la fuerza pública se han accidentado en los últimos tres años (ver recuadro).

Lo único que es seguro es que cuando los fabricantes de los Black Hawk hayan terminado su investigación sobre las causas de la tragedia, se podrá establecer con mayor claridad si se trató de un simple accidente como parece hasta ahora o si tenían algún fundamento las hipótesis de la oposición.

Mala racha

Esta es la lista de los 11 incidentes de aeronaves de la fuerza pública que han caído en los últimos tres años con saldo de varios militares muertos.

• 23 de junio de 2012: Un Cessna Grand Caravan 208B, con matrícula EJC-1131, se accidentó en la vereda La Leona, municipio de Chocontá, en el departamento de Cundinamarca. La aeronave cubría la ruta Tolemaida-Saravena. Cuatro militares muertos.

• 27 de septiembre de 2013: Un avión tipo Kfir, con matrícula FAC 3003, que cumplía una misión de entrenamiento sobre el área de Puerto Salgar (Cundinamarca), presentó una falla técnica. La tripulación se eyectó y salió ilesa.

•  24 de febrero de 2014: Cuatro militares murieron mientras viajaban en un helicóptero Black Hawk en la zona rural del municipio de Mesetas en Meta.

• 26 de agosto de 2014: Un avión Cessna 208 Caravan aterrizó de emergencia en la carretera Panamericana, en jurisdicción del municipio de Mercaderes, en el departamento de Cauca. No hubo heridos.

• 24 de julio de 2014: Un avión tipo A-37 biplaza, con matrícula FAC 2162, se incendió en el municipio de Malambo, Atlántico.Un teniente  murió y un capitán quedó herido.

• 31 de diciembre de 2014: El avión IAI Kfir C10, de matrícula FAC 3041, se accidentó por una falla técnica durante una misión de entrenamiento. El piloto resultó ileso al eyectarse.

• 26 de febrero de 2015: Un helicóptero Black Hawk UH-60 del Ejército se accidentó en zona rural de Cáceres, en el bajo Cauca antioqueño. No hubo víctimas.

• 10 de mayo de 2015: Un helicóptero Black Hawk del Ejército se accidentó en zona rural de La Uribe (Meta). Cuatro militares murieron y otros dos resultaron heridos.

• 31 de julio de 2015: 11 militares murieron en Codazzi (Cesar) luego de que el avión CASA 235 se precipitó por fallas técnicas.

• 4 de agosto de 2015: Un helicóptero Black Hawk de la Policía cayó en inmediaciones de los municipios antioqueños de Carepa y Chigorodó. Murieron 16 policías y dos más quedaron heridos.