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Jardín 'El Principito' en la localidad de Fontibón y el alcalde de Bogotá Gustavo Petro. | Foto: Carlos Bernate

BOGOTÁ

¿Qué pasó con los jardines que prometió Petro?

De 595 se han entregado 179. Sólo le quedan ocho meses a esta administración y el cumplimiento de los objetivos no está a la vista.

6 de mayo de 2015

Una de las principales propuestas de Gustavo Petro en su campaña electoral fue la construcción de 1.000 jardines infantiles. Esa promesa lo catapultó, en cierta medida, hacia la alcaldía de Bogotá.

Sin embargo, después de quedar electo la propuesta se redujo a construir 595 jardines y lograr una cobertura de 270.000 niños capitalinos.

En esa nueva meta, la Secretaría de Integración Social (SDIS) construiría 405 y la Secretaría de Educación (SED) 190. Ahora, quedan cerca de ocho meses para que termine esta administración, y el cabal cumplimiento de este objetivo no está a la vista.

Muchas metas y poco dinero

La Personería Distrital ha hecho una detallada investigación sobre los jardines, en la que asegura que los objetivos no se han cumplido y el dinero para los proyectos trazados parece agotarse.

En su investigación el ente afirma que -hasta diciembre del 2014- de los 405 jardines infantiles que debió hacer la SDIS, sólo se había ejecutado uno y ya había gastado el 82 % del presupuesto (42.127 millones).

Asimismo, según esta investigación, la Secretaría prometió construir 99 jardines no convencionales, los cuales aún no se habían entregado en su totalidad y -a diciembre-, la Administración ya había gastado 31.241 millones, que representan el 96 % del presupuesto total para este objetivo.

En las demás metas las cosas no están mejor. De 21 jardines que la SDIS remodelaría y reforzaría estructuralmente no se había ejecutado ninguno y –según el ente de control- ya se habían gastado 12.404 millones de pesos. ¿En qué se gastó el dinero?

El secretario de Integración Social, Jorge Rojas, le explicó a Semana.com que: “los procedimientos se han venido realizando y los materiales se han comprado”. “Ahí no se ven los resultados, pero empezaremos a entregar uno o dos jardines cada semana, porque ya están listos. Entre enero y marzo entregamos 40 unidades operativas (…) Nosotros ya ejecutamos el 99,4 % del presupuesto.”

Hasta abril del 2015 la SDIS ha entregado 105 jardines que tienen una cobertura, según Rojas, de 160.000 niños capitalinos. El secretario reconoció a Semana.com que tal vez no se alcancen a entregar los 405 prometidos, “pero sí se entregaran los 99 no convencionales”. 

Por su parte, la Secretaría de Educación tampoco ha logrado sus metas. De 190 jardines prometidos, hasta el 27 de marzo sólo habían entregado 74 y de 2.036 aulas, se ha hecho entrega de 436.

Según la subsecretaria de Educación, Adriana María González, lo más importante es que los entregados cumplen con todos los estándares de calidad.

“Queremos avanzar a la meta, pero con responsabilidad y garantizando los espacios adecuados”, dijo la funcionaria, que reconoció algunos inconvenientes con los constructores y por eso los objetivos se han retrasado. La cobertura que la SED ha logrado ya supera los 85.000 niños capitalinos.

¿Sin licencias de construcción?

Una de las ideas de Petro para cumplir el objetivo fue la creación de los jardines en estructuras no convencionales. “Son jardines que se hacen rápido, que no necesitan licencia y que están desarrollando la mejor tecnología para la adecuación de los niños”, explicó el secretario de Integración social, Jorge Rojas.

Este tema ha generado ampollas. Una de las razones es que las dos empresas contratadas por el distrito, Equipos y Soluciones Logísticas S.A.S y Unión Temporal Estructuras Modulares, no tienen experiencia en construcciones para el sector educativo. Incluso, el concejal Juan Carlos Flórez aseguró en una denuncia que “se han dedicado a ser proveedores para obras de los sectores petrolero, energético y militar”.

Sumado a eso, estas organizaciones no tienen licencias de construcción. Según el personero, Ricardo Cañón, aunque estos contenedores no son estructuras convencionales, son edificaciones en las que habitarán humanos y, por ende, necesitan licencias, como lo plantea la Ley 400 de 1997. 

Sin embargo, cada parte tiene su argumento jurídico. Según la SDIS, no se necesitan. Para eso se basan en el artículo 11 del Decreto 1469 de 2010, donde dice que “no se requerirá licencia urbanística de construcción para la ejecución de estructuras especiales tales como puentes, torres de transmisión, torres (…) y todas aquellas estructuras cuyo comportamiento dinámico difiera del de edificaciones convencionales”.

El proceso de una construcción convencional puede tardar hasta más de tres años, por lo que el Distrito buscó una manera de lograr los objetivos pronto y “de innovar”. Así lo explicó el subdirector de plantas físicas de la Secretaría de Integración Social, Saúl Cortés.

Cortés agregó: “estas estructuras no gastan agua, ni madera, son ecológicas (…) También cumplen la norma de sismorresistencia”. Aunque muchos ven esto como una irresponsabilidad, esta administración cree que ha sido la mejor decisión. Incluso, de México están pidiendo asesoría para copiar el modelo de los jardines de Bogotá, contó el secretario.

¿Limpios o no?

Hace un par de semanas, el concejal Juan Carlos Flórez presentó una denuncia donde asegura que jardines no convencionales como ‘El Principito’ (localidad de Fontibón), ‘Gabito’ (San Cristóbal), ‘Palomitas de Paz’ (Ciudad Bolívar) y ‘Doradito Lagunero’ (Suba) tienen problemas de salubridad, sistema hidráulico, pisos y sistema eléctrico.

La Personería en su investigación también afirmó que, según los informes de verificación diligenciados por equipos de vigilancia en salud, el 63 % de 65 jardines para niños de entre 0 y 3 años no cumplen todas las condiciones higiénico-sanitarias con las que debería contar un establecimiento educativo.

¿Qué quiere decir eso? Según la Personería, serían más de 5.000 niños con menos de tres años que estarían siendo atendidos en centros educativos que pueden tener fallas en infraestructura, no contar con los certificados de condiciones higiénico-sanitarias, sin certificados médicos y sin certificaciones de manipulación de alimentos para las operarias de la cocina.

Según el ente de control, a estos jardines ya les han informado que no cumplen con los requisitos mínimos y, después de varias visitas, no se solucionan las fallas.

Semana.com habló con el subsecretario de Salud Pública de Bogotá, Jaime Urrego, quien explicó que esas fallas a las que se refiere la Personería no son necesariamente incumplimientos sino aspectos que están en mejoramiento, los cuales no ponen en riesgo la vida de los menores.

“Si nosotros encontramos algo que ponga en riesgo a los niños, inmediatamente se cierra el jardín. Esto ya se ha hecho (…) Muchos de esos incumplimientos son planes de mejoramiento, mas no ponen en riesgo a los niños”, dijo Urrego.

El subsecretario explicó que muchas veces esas fallas son “papeles desactualizados”, pero “no son cosas graves”. “De lo que yo puedo dar fe como autoridad sanitaria es de que el proceso de mejoramiento de los jardines es alto y muy bueno, y que a nosotros no nos ha temblado la mano para suspender los servicios de los que fallen”, afirmó.

Semana.com visitó uno de los jardines no convencionales y se dio cuenta de que son lugares cómodos y que los problemas de salubridad a los que se han referido las denuncias no son evidentes. Aunque Petro y las respectivas secretarías tienen que acelerar el cumplimiento de las metas, no hay duda de que son muchas familias bogotanas de bajos recursos las que agradecen que existan los jardines que hasta ahora se han construido.