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| Foto: Ejército Nacional

ORDEN PÚBLICO

Capturan a Javier, el hermano de Guacho

A la sombra de su pariente se había convertido en uno de los jefes de las milicias de la disidencia de las Farc que asesinó a los periodistas ecuatorianos. Tendrá que responder por concierto para delinquir.

12 de junio de 2018

El cerco de las autoridades sobre uno de los criminales más buscados del país sigue cerrándose. Este martes, sobre el mediodía, la Fiscalía y la Fuerza de Tarea Hércules, que opera en Nariño con hombres de la Policía, el Ejército y la Armada, capturaron a Juan Gabriel Arizala Vernaza, alias Javier, el hermano de Guacho, el comandante del Frente Óliver Sinisterra, responsable del asesinato de tres trabajadores del diario El Comercio de Ecuador.

El operativo se desarrolló en el corregimiento de Llorente, en Tumaco, el fortín de Guacho. Alias Javier es requerido por la justicia para que responda por concierto para delinquir, y se le señala como uno de los jefes de esta estructura dedicada al narcotráfico, dentro de la que manejaba a las milicias de Llorente, La Guayacana y Tumaco, según la información de las autoridades.

Guacho y su estructura se convirtieron en los máximos objetivos de las autoridades colombianas y ecuatorianas luego de que se reconocieron como los reponsables del secuestro y asesinato de Javier Ortega, Paúl Rivas, y Efraín Segarra, quienes eran parte de un equipo periodístico del diario El Comercio, de Ecuador.

En contexto: Guacho, la cara de la violencia en el Pacífico

Guacho, cuyo nombre de bautismo es Walter Arizala, nació en Limones, un pequeño poblado ecuatoriano de la provincia costera de Esmeraldas. Reclutado a los 15 años por las Farc, con 27 años de edad se convirtió en una de las cabezas visibles del narcotráfico en el sur de Colombia, y una de las amenazas más serias al orden público tras el desarme de esa guerrilla.

El prontuario de Guacho comenzó en 2007, cuando en Ecuador entró a formar parte de la columna Daniel Aldana de las Farc. En una entrevista a RCN el año pasado, dijo que se movió siempre entre el Alto y el Bajo Mira, precisamente la zona que concentra la mayor cantidad de cultivos ilícitos del país y donde comienzan varias rutas del narcotráfico hacia el exterior.

En menos de una década aprendió el negocio, y para cuando el proceso de paz de La Habana entró en su recta final, él, al igual que otros comandantes como Gentil Duarte en el suroriente, decidieron desligarse de la guerrilla. “Nosotros no nos acogimos al proceso de paz, no era porque no estuviéramos de acuerdo, sino porque hubo una desigualdad en los guerrilleros medios y la tropa. Miramos que no era necesario continuar en un proceso en el que no nos están cumpliendo”, le dijo a RCN.

En audio: las conversaciones interceptadas entre los narcos de Tumaco

Tomó esa decisión a comienzos de 2016. Entonces bautizó la disidencia como el frente Oliver Sinisterra, el nombre de uno de los guerrilleros con los que compartió armas en el pasado. El grupo comenzó con alrededor de 60 personas, y hoy se estima que pueden pasar de 200 hombres armados.
Cuando las Farc salieron de la zona, Guacho y Cachi –su hombre de confianza– quedaron a cargo de una amplia red de laboratorios de cocaína alrededor de Tumaco. Desde entonces se dedicaron de lleno al narcotráfico.

Con la relevancia que ha adquirido en el escenario criminal, las acciones de las autoridades contra Guacho también se han intensificado, y más de 10.000 militares y policías colombianos desplegados en varias zonas de Nariño empezaron una verdadera cacería para dar con este hombre y sus lugartenientes. La captura de alias Javier, su hermano, saca del organigrama del frente Óliver Sinisterra a uno de sus jefes más importantes.