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Santos y la reina Isabel II ingresan al carruaje ceremonial. | Foto: Presidencia de la República

DIPLOMACIA

Detrás de cámaras de la visita de Santos a la reina Isabel

Semana.com reconstruye los detalles de los tres días de la primera visita de Estado de un presidente colombiano al Reino Unido. Hubo pompa, realeza, negocios, pullas al uribismo y lecciones de paz.

3 de noviembre de 2016

Una visita de Estado es el honor más importante que Isabel II puede ofrecer a un gobernante extranjero, y Juan Manuel Santos, el más anglófilo de los presidentes colombianos, fue el primero en recibir esa invitación. El viaje se concibió para coincidir con la firma del acuerdo de paz, pero en lugar de eso llegó tras la noticia del premio Nobel y en medio de un proceso de renegociación luego de la derrota del Sí en el plebiscito. Ese limbo, en cualquier caso, no le quitó nada de pompa y circunstancia.

Como recordó el propio Santos en su discurso ante la Cámara de los Lores, su vida está atada al Reino Unido. El mandatario habla un perfecto inglés, estudió en la London School of Economics y fue delegado de la Federación Nacional de Cafeteros en la capital británica. También es cercano al exprimer ministro Tony Blair, y un confeso admirador de Winston Churchill. Y ahora puede decir que se hospedó tres días en una de las 52 habitaciones del Palacio de Buckingham.

Carruajes y cena

Santos y su esposa, María Clemencia Rodríguez, llegaron el lunes al aeropuerto londinense de Stansted, pero la visita comenzó oficialmente el martes. Acompañado del duque de Edimburgo, esposo de la reina, el presidente pasó revista a las tropas en la House Guards Parade, el campo de desfiles cercano a la plaza de Trafalgar, donde se celebran las grandes ocasiones de Estado en el Reino Unido desde la época de Enrique VIII.

Tras los desfiles, Isabel II acompañó a Santos en un carruaje ceremonial. Cuarenta y una salvas de cañón precedieron la llegada a Buckingham de la carroza que encabezó un cortejo de siete.

En la segunda iban el marido de la monarca y la primera dama, seguidos de la canciller María Ángela Holguín, que compartía carruaje con el príncipe Carlos y su esposa, Camila.

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El fastuoso desfile recorrió el Mall, la famosa alameda rojiza que desemboca en Buckingham, decorada para la ocasión con las banderas de ambos países. El carruaje que tanto llamó la atención cuenta con un interior extraordinario. La marquetería es un mosaico de reliquias que incluye fragmentos del manzano de Newton, del trineo de Robert Scott en la Antártica, del Mayflower y de las vigas de todas las catedrales y castillos de la isla, entre otras.

Ya en la residencia oficial, la reina ofreció un almuerzo y les mostró a sus invitados varios objetos relacionados con Colombia que se conservan en la Colección Real. Santos, por su parte, le obsequió un balígrafo al duque de Edimburgo.

Ese mismo día Santos pronunció un discurso en el parlamento británico, que calificó como “la madre de los parlamentos”, al que asistieron el antiguo primer ministro británico, John Major, y el líder norirlandés David Trimble, quien también recibió el Nobel de la Paz, como Santos, por el proceso de paz en la provincia británica.

Santos aprovechó la ocasión para lanzar dardos contra la campaña de desinformación de los promotores del No en el plebiscito (lo que no cayó nada bien en el uribismo que casi al mismo tiempo sostenía diálogos con el Gobierno) y aseguró que "la paz prevalecerá".

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"Tomando prestadas esas palabras valientes del rey Jorge VI cuando Gran Bretaña afrontaba uno de sus mayores desafíos: prevaleceremos", dijo, citando un discurso del padre de Isabel II, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. "Déjenme asegurarles que en Colombia la paz prevalecerá".

“Lo felicitamos por su trabajo, especialmente por el trabajo realizado en el campo de la paz y que le mereció el Premio Nobel”, manifestó Lord Fowler, presidente de la Cámara de los Lores del parlamento británico, además de destacar el liderazgo colombiano en el giro de la política mundial contra las drogas.

Durante la jornada, el presidente se reunió también con el príncipe Carlos y Camila, con quienes ya se había encontrado cuando hicieron una visita oficial a Colombia en el 2014.

También depositó una ofrenda floral en la Tumba del Soldado Desconocido en la Abadía de Westminster.

El primer día, sin lugar a dudas, fue el plato fuerte. En sentido literal, pues esa noche se dio también el banquete de Estado que la reina Isabel II le ofreció al mandatario, con más de 150 invitados que incluyeron a la primera ministra, Theresa May; varios ministros, y personalidades como Íngrid Betancourt y el tenista británico Jamie Murray, hermano de Andy, que está casado con una colombiana.

El menú, que la monarca escoge con dos semanas de anticipación para estas ocasiones, consistió en una entrada de lenguado con camarones de la Bahía de Morecambe sobre una ligera crema de azafrán. Como plato principal, estofado de faisán de la hacienda Winsor con repollo en jugo de vino tinto y trufas, acompañado de trozos de brócoli y papas doradas.

Y de postre entremés de mango y crema de maracuyá. La cena requirió 4.000 cubiertos de plata, además de más de mil copas para siete vinos diferentes, incluido un espumoso inglés.

El salón estuvo adornado con flores de Colombia, así como el café que se tomó durante el evento.

La reina, que se vio con un ojo rojo que llamó la atención, saludó en su discurso "el coraje y la perseverancia" del presidente colombiano. Citó a la escritora Laura Restrepo -"Guerra o indiferencia, no se sabe cuál de los dos es más difícil de lidiar"- y ofreció a Santos el respaldo británico "hacia una paz estable y duradera".

Downing Street y alma mater

El miércoles estuvo marcado por los negocios, con un desayuno a primera hora con empresarios británicos; un foro de negocios; la visita al número 10 de Downing Street, la residencia de la primera ministra; la conferencia de Santos en la London School of Economics, su alma mater, y una nueva cena en la City de Londres, el alma financiera de la ciudad.

"Nosotros siempre vemos el lado positivo de las cosas, y vemos una magnífica oportunidad para agrandar nuestra relación con el Reino Unido", destacó el Jefe del Estado, en referencia al brexit, ante unos 500 empresarios reunidos en Mansion House de Londres. Estuvieron representadas empresas como Shell, Lloyd´s of London, Virgin Group o BP.

El Reino Unido tendrá que forjar sus nuevos acuerdos comerciales tras abandonar la Unión Europea, algo que no ocurrirá antes del 2019. Aunque legalmente no puede empezar ninguna negociación para un acuerdo de libre comercio con otros países antes de que la salida se haga efectiva, sí puede firmar acuerdos como el de doble tributación que rubricó con Colombia.

Firmaron el tratado Santos, que prometió que alcanzará un nuevo acuerdo de paz, y el ministro de Comercio internacional, Liam Fox, una de las figuras conservadoras que más campaña hizo a favor del brexit.

Al trazar paralelos con Colombia, Fox recordó que el fin del conflicto en Irlanda del Norte hizo que el turismo aumentara 20 % en un año, que cayera el desempleo, aumentaran las inversiones extranjeras y subiera un tercio la renta per cápita.

Después de una visita al Museo de Historia Natural, donde participó junto con al príncipe de Gales en una mesa redonda sobre biodiversidad y cooperación científica con Colombia, Santos se reunió y almorzó en su despacho con la primera ministra, Theresa May, la encargada de pilotear el brexit.

“Sabemos, gracias a nuestra experiencia, que la paz requiere perseverancia y mucha paciencia. Reino Unido será, señor presidente, su principal apoyo en su esfuerzo por alcanzar una paz duradera y estable”, le dijo al mandatario colombiano.

Santos también recorrió el gabinete subterráneo que sirvió de despacho a su ídolo, el primer ministro Winston Churchill, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Londres resistió el asedio de los bombardeos alemanes.

Así mismo, departió con directivos, profesores y estudiantes de la London School Economics, donde destacó que la llamada Tercera Vía, de Tony Blair, le ha permitido ha permitido darle un manejo responsable a la economía.

“Colombia, sin guerra, alcanzará su máximo potencial y se convertirá en un factor positivo dentro del contexto mundial”, dijo ante su alma mater.

El miércoles concluyó con una cena organizada por el alcalde del distrito financiero de Londres (La “City”) en el Guildhall, casi tan fastuosa como la de Buckingham, con miembros de la banca, el comercio y la industria.

Las lecciones de Irlanda del Norte

El presidente colombiano ha contado en diversas ocasiones que en una ocasión, cuando vivía de joven en Londres, la onda expansiva de una bomba colocada por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) lo tumbó al suelo. Años después, ha estudiado el proceso de paz en Irlanda del Norte como un ejemplo de reconciliación para las negociaciones en Colombia.

Irlanda del Norte sufrió durante décadas un conflicto sectario que acabó con el acuerdo de paz de Viernes Santo en 1998. Santos coronó su visita de Estado precisamente con diversos actos en Belfast, donde se reunió en el castillo de Stormont, sede del gobierno autónomo, con la ministra principal de la región, la unionista Arlene Foster, y su número dos, el republicano Martin McGuiness.

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Santos destacó la prosperidad que logró Irlanda del Norte como un ejemplo inspirador para los colombianos. El presidente cerró su visita de Estado junto a la comunidad de colombianos que residen en Londres, como él lo hizo en su juventud.

*Fotografías: Presidencia de la República.