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El último empujón

Aunque no se esperan grandes sorpresas en el Senado el gobierno insistirá en incluir en el referendo la prórroga de alcaldes.

23 de noviembre de 2002

El referendo ya cruzo el punto del no retorno. Luego de un accidentado trámite de casi tres semanas en la Cámara de Representantes este lunes comienza en forma el último debate del proyecto en la plenaria del Senado. Sin embargo el gobierno está descontento con algunos cambios que le hicieron los representantes y moverá sus fichas para aprobar un texto más acorde al original que salió de las comisiones primeras. ¿Es el referendo ya una realidad?

No hay ningún nubarrón en el cielo parlamentario que indique una férrea oposición a la aprobación del proyecto. Existen acuerdos entre las bancadas en la gran mayoría de los artículos y, de cierta manera, su discusión será más trámite que un debate en forma. No obstante la experiencia del paso del referendo por la Cámara de Representantes muestra que el gobierno no se puede confiar de sus mayorías y que la indisciplina de la bancada uribista puede llegar a amenazar los puntos más cruciales, como la pérdida de investidura, el tope a las pensiones de los altos funcionarios, la revocatoria del Congreso y la congelación del gasto público. La desconfianza era tal que un grupo de parlamentarios uribistas, liderados por los senadores Rafael Pardo y Claudia Blum, montaron el llamado "Plan B" para recolectar firmas para un referendo de iniciativa popular. No es más que una salvaguardia de los congresistas amigos del gobierno en la eventualidad de que el proyecto tramitado en el Congreso se desvíe mucho del original.

Este desorden de los uribistas en la Cámara baja casi le cuesta al gobierno el hundimiento de algunas propuestas, como la supresión de contralorías y personerías. Claro está que el ministro del Interior, Fernando Londoño, también obtuvo sus puntos al conseguir que la pregunta en bloque fuera la primera del referendo. Esta jugada es clave si se tiene en cuenta que ante un texto largo y difícil de leer los electores preferirán la solución más fácil: votar en bloque. También le facilita al gobierno la campaña por el sí: es más sencillo vender la idea de reforma política global que convencer artículo por artículo. Además Londoño logró la inclusión del voto en blanco como una opción en cada una de las preguntas. Así los electores no tendrán la disyuntiva de Sí y No.

Veteranos vs nuevos

En otros temas, como el del tope pensional de altos funcionarios públicos, los cambios que le introdujeron los representantes desvirtuaron un poco el espíritu del artículo. Lo curioso es que ese punto que limita a 25 salarios mínimos la pensión dividió generacionalmente a los parlamentarios. En un lado estaban representantes veteranos que luchaban por suavizar el artículo y, en el otro, nuevos parlamentarios que insistían en mantenerlo como había sido acordado en las comisiones. La razón era muy sencilla: los veteranos querían un régimen especial de transición que los cobijara unos años más.

Ante el peligro de que todo el artículo se hundiera los 'jóvenes' cedieron y la plenaria aprobó el régimen de transición hasta el año 2007. Sin embargo esta decisión no le gustó mucho al equipo de gobierno.

Otro punto controvertido fue la aprobación de la propuesta impulsada por la representante uribista Zulema Jattin para suprimir la posibilidad de la revocatoria del Congreso. A pesar de que la amenaza de la "espada de Damocles" estaba conjurada al obligar al consenso entre Ejecutivo y Legislativo, el sólo hecho de desafiar uno de los caballitos de batalla electoral del presidente Uribe manda un mensaje sobre la inconformidad de algunos sectores de la bancada de gobierno.

Unas fueron de cal y otras de arena en el paso del referendo por la Cámara. Sin embargo se espera que en la discusión del Senado el ministro Londoño busque incluir la prórroga de alcaldes y gobernadores y tumbar la doble instancia para la pérdida de investidura. ¿Le irá mejor al gobierno en la Cámara alta?

Todo indica que este trámite será menos difícil. La bancada uribista del Senado es más cohesionada y ha logrado acuerdos con los liberales oficialistas y los independientes en los puntos más controvertidos. Además reconocidos líderes parlamentarios no uribistas, como los senadores Antonio Navarro Wolff o Rodrigo Rivera, están comprometidos con la aprobación del referendo. Claro está que en el Senado se concentran los 'pesos pesados' de la política tradicional, que se verían muy afectados con las medidas contra el clientelismo del proyecto.

El referendo será una realidad muy pronto. A pesar de los puntos en discordia el Congreso está, en términos generales, de acuerdo con su aprobación. Ahora los retos del gobierno serán los costos de la votación y la campaña que desarrollará por todo el país para el sí en bloque. Los seis millones de votos siguen siendo una meta dura de alcanzar. El trámite en el Congreso era la parte fácil.