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Las Empresas Públicas de Medellín se imponen a un consorcio liderado por Luis Carlos Sarmiento en la puja por el control de la telefónica de Manizales

19 de enero de 1998

El gerente de telecomunicaciones de las Empresas Públicas de Medellín _EPM_, Samuel Velásquez, y su equipo de colegas no podían estar más felices. Los sobres de las propuestas para la compra de una participación del 36,88 por ciento con control operativo en Emtelsa _empresa que presta el servicio de telefonía local en Manizales_ acababan de ser abiertos y la EPM había derrotado a un consorcio conformado por la Organización Sarmiento y Transtel_empresa de telecomunicaciones vallecaucana controlada por Gonzalo Caicedo Toro_. El precio pagado por EPM: 89.427 millones de pesos, superior en cerca de 12.000 millones al ofrecido por Sarmiento y Transtel. Más allá de la emoción y las desilusiones que causó el desenlace de la operación, la verdad es que ésta marca un hito en el desarrollo del sector de las telecomunicaciones en Colombia. Por una parte, es la primera vez en la historia del país en que se vende en subasta pública una participación de control en una empresa de telefonía del Estado. Y si no es porque el ganador terminó siendo una empresa pública, sería también la primera privatización en el sector de las telecomunicaciones en Colombia. Viendo el dinamismo de este sector a nivel mundial y las inmensas inversiones que se requieren en Colombia para llevarlo a estándares internacionales, la operación constituye sin duda un paso en la dirección correcta. La operación es importante también por las condiciones económicas que se obtuvieron. El precio pagado por EPM no sólo superó en 50 por ciento el precio base establecido por Infimanizales _holding de empresas públicas del municipio_ y sus asesores financieros las firmas N.M. Rothschild y Corfivalle, sino que a 2.000 dólares por línea es alto para estándares internacionales . Esto, además de constituir una bonanza para Manizales _que además de recibir una importante suma de dinero conserva una participación importante en la empresa_ seguramente ayudará a persuadir a opositores recalcitrantes de la privatización de las empresas de telefonía, como el Concejo de Bogotá y el sindicato de la ETB, que privatizar sí paga.Desde el punto de vista de EPM la importancia de la transacción va más allá de la simple expansión geográfica de su negocio. Por una parte, constituye un triunfo moral, pues EPM había fracasado previamente en dos procesos similares, la venta de gas natural y la capitalización de la EEB. Además significa un triunfo estratégico importante. Una de las motivaciones principales de Sarmiento para adquirir Emtelsa era hacerse a las 98.000 líneas telefónicas que la empresa maneja para ir acumulando las 150.000 que necesita para adquirir una licencia de larga distancia. Sin Manizales las alternativas de Sarmiento parecerían reducirse a la adquisición de la telefónica de Bucaramanga _la única de las que está en proceso de privatización que tiene las líneas requeridas_ o a aliarse con Emcali, pues la ETB ha decidido entrar sola a larga distancia. Sin embargo fuentes consultadas por SEMANA afirman que con la adquisición de la telefónica de Girardot, Transtel podría estar cercana a alcanzar las 150.000 líneas, lo cual la convertiría en un socio idóneo para Sarmiento. En cualquier caso, la semana pasada se movió la primera ficha de un ajedrez que sin duda significará una transformación fundamental en el mapa estratégico del sector de las telecomunicaciones en Colombia. Esta vez ganaron los de EPM, la próxima vez quién sabe cuáles serán los afortunados