Home

Nación

Artículo

José Daniel López
José Daniel López, representante a la Cámara. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

“Lamento que este Congreso sea incapaz de autorreformarse”

En entrevista con SEMANA, el representante a la Cámara José Daniel López criticó duramente a sus colegas por negarse a apoyar una reforma política que le daba una mayor participación a la mujer y eliminaba el voto preferente para fortalecer los partidos.

5 de noviembre de 2020

En una larga sesión, la plenaria de la Cámara de Representantes hundió en la noche de este miércoles la reforma política. El representante a la Cámara José Daniel López, de Cambio Radical y autor del proyecto, habló con SEMANA sobre lo que ocurrió. López cuestionó y dijo que “es muy difícil que los mismos políticos tradicionales quieran reformarse”.

SEMANA: ¿Qué pasó, por qué se hundió la reforma política?

José Daniel López (J.D.L.): La reforma la hunde un sector mayoritario de políticos tradicionales.

SEMANA: ¿A qué sector se refiere?

J.D.L.: A un sector mayoritario del Partido de la U, a las voces menos liberales del Partido Liberal, a casi todo el Centro Democrático y el Conservador y desafortunadamente a un sector mayoritario de mi propio partido, Cambio Radical. La mezquindad política y el miedo a perder el poder son un problema común a todos.

SEMANA: ¿Por qué estos sectores no apoyaron la reforma?

J.D.L.: Básicamente porque iba a en contra de sus intereses, especialmente en dos hechos principales: las listas paritarias y el voto preferente. En el primero, Colombia tiene una población en la que el 52 por ciento son mujeres, pero solo el 18 por ciento de cargos de elección popular son ocupados por ellas. Si aprobábamos las listas paritarias íbamos a aumentar sustancialmente esa participación y las consecuencias que eso iba a tener son que se haría un revolcón en la composición de los próximos congresos. Naturalmente parece que importó más el cálculo de los intereses políticos propios que abrirle la puerta a la elegibilidad política de las mujeres.

SEMANA: ¿Y con respecto al voto preferente? Varios argumentaban que los partidos deben tener la libertad de qué modelo les parece mejor...

J.D.L.: Es tal vez el peor adefesio que ha producido el Congreso de la República. Por culpa del voto preferente cada vez que hay elecciones territoriales, cien mil candidatos salen a competir por financiación. Eso ha llevado a que a veces las campañas parezcan más subastas que debates sobre propuestas y hojas de vida. Los partidos políticos han perdido toda su condición ideológica y se convirtieron en simples dadores de avales. Hoy por culpa del voto preferente los partidos son una especie de confederaciones que juntan a tirios y a troyanos, a propios y extraños, cada uno de los cuales piensa distinto y tiene posturas políticas distintas, simplemente a son de sumar unos votos y aumentar el número de curules que tienen en el Congreso o en las corporaciones públicas territoriales. Eliminar el voto preferente era darle un golpe en la raíz a ese sistema personalista, a ese sistema costoso, a ese sistema corrupto de elegir a la dirigencia en Colombia y es absolutamente lamentable que haya causado tanto miedo en la plenaria de la Cámara.

Cámara de Representantes
Plenaria de la Cámara de Representantes Foto León Darío Peláez/ Semana | Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ SÁNCHEZ

SEMANA: Se le percibe con un sentimiento de frustración...

J.D.L.: Por un lado frustración porque me parece increíble que en el año 2020, el Congreso no entienda que es la institución más desprestigiada del país y que se niegue a autorreformarse estando en semejante desprestigio y en medio de una pandemia en donde ha quedado claro que el Congreso es muy poco representativo de la ciudadanía.

También debo decir que, pese a la frustración, no estoy sorprendido, creo que nuestra clase política tradicional nos ha enseñado a no esperar mucho de ellos. Este es solo uno de esos episodios pero recordemos que antier hundieron la regulación del cannabis recreativo, que era el primer paso para una nueva visión en la lucha contra las drogas; hace 15 días esta misma plenaria dejó desfinanciada la JEP en la Ley de Presupuesto de 2021. No me siento sorprendido, pero lo que quiero dejar es un mensaje de esperanza, porque las grandes conquistas civiles, de la lucha contra la segregación racial, la lucha por el voto de la mujer, de las sufragistas en esa época y ahora la lucha por las listas paritarias y por la eliminación del voto preferente seguramente no va a ser algo que se resuelva de un día para otro. Que estos intentos terminen fallidos son necesarios para ir abonando el terreno en la dirección correcta.

SEMANA: ¿Pero usted tenía otra percepción al llegar al debate ? Iba con la esperanza de que pasara...

J.D.L.: Reconozco que había cierto optimismo porque las proposiciones hasta el momento estaban orientadas a mejorar el proyecto, pero apareció una proposición para eliminarlo a última hora, aparentemente concertada entre los sectores más tradicionales de cada uno de los partidos políticos. De algún modo lamento que en medio de un cuatrienio en donde han faltado reformas estructurales y en medio de una crisis tan profunda como la que vive el país, la reforma política la terminen hundiendo en esta especie de emboscada que le hacen los sectores políticos más tradicionales a la renovación en el Congreso de la República.

SEMANA: En el caso de la paridad de género, ¿por qué se opondrían si uno pensaría que todo el mundo quiere que más mujeres participen en política?

J.D.L.: Los ciudadanos colombianos sin duda quieren ver a más mujeres congresistas, concejales, diputadas, el problema es que al actual Congreso y a los sectores tradicionales no le conviene ese cambio porque el Congreso de hoy es patriarcal, integrado en un 80 por ciento por hombres y solo en un 20 por ciento por mujeres.

La Comisión Primera de la Cámara de la que hago parte tiene 38 integrantes y solamente 4 son mujeres, imagínese si hubiéramos aplicado las listas paritarias, eso sí habría implicado al menos en el largo plazo un cambio sustancial en la composición del Congreso teniendo que salir muchos hombres y entrando muchas mujeres. Acá parece que es más importante el cuidado del pellejo propio por parte de algunos que la elegibilidad de las mujeres, justamente de quienes hundieron la reforma política.

SEMANA: Otro de los puntos que había causado controversia fue lo de las 12 curules regionales. ¿Qué se concretó sobre esto en el debate?

J.D.L.: Nosotros fijamos una línea roja y es que bajo ningún motivo íbamos a aumentar el tamaño del Congreso. La propuesta que llevábamos era que los representantes más votados de los 12 departamentos menos poblados del país, en lugar de estar en la Cámara, estuvieran en el Senado. Eso permitía potenciar su representación sin aumentar el tamaño y el gasto del Congreso. Esto también se hundió junto al resto de contenidos de la reforma política y la consecuencia inmediata es que departamentos absolutamente fregados como Chocó, La Guajira, Amazonas, Caquetá o Putumayo, seguirán sin tener la más mínima posibilidad de estar presentes en el Senado, que en teoría es de circunscripción nacional pero que en la práctica se elige mayoritariamente a través de circunscripciones departamentales de facto.

SEMANA: Luego de todo lo que pasó, ¿volverá a presentar el proyecto?

J.D.L.: Creo que los cambios se construyen a punta de persistencia, a punta de esperanza y a veces tanto va el cántaro al agua que al final se rompe. El 16 de marzo, que es el primer día del próximo semestre legislativo, volveremos a presentar la reforma política para las listas paritarias y para eliminar el voto preferente.

SEMANA: ¿Eso quiere decir que con la caída del proyecto igual hay posibilidades que en medio del Gobierno Duque se haga una reforma política, o tocará esperar al siguiente gobierno?

J.D.L.: Técnicamente sí es posible si la presentamos en marzo, la podríamos tramitar entre marzo y diciembre y no la haríamos con efecto para 2022 porque estaría muy encima, sino con efecto a partir del 2023 o 2026.

Se equivocan los sectores tradicionales del Congreso si creen que con la supuesta victoria, entre comillas, que obtuvieron van a desalentar o a cesar un ánimo de renovación que no solamente está en algunos que estamos en el Congreso sino sobre todo en la ciudadanía. Yo lamento mucho que no hayamos entendido que como alguna vez dijo un famoso exministro “o cambiamos, o nos cambian”.

SEMANA: Pero sabiendo que serán los mismos congresistas, y usted mismo lo ha reconocido, ¿no cree que este Congreso es incapaz de autorreformarse?

J.D.L.: Mucho me temo que este Congreso es incapaz de autorreformarse, pero sería mucho peor definitivamente resignarnos, frustrarnos, declinar nuestras banderas de renovación política. Que sean ellos los que le tengan que decirle a la ciudadanía y a las mujeres de sus regiones que le siguen cerrando la puerta a la paridad de género y a la modernización de la democracia y que asuman las consecuencias que corresponde de semejantes decisiones, tan nocivas para el país, en las elecciones parlamentarias de 2022.

SEMANA: ¿Qué rescata de este proceso que pueda ser aplicado cuando vuelva a presentar el proyecto?

J.D.L.: Quiero rescatar la voz de la ciudadanía, la movilización de movimientos de mujeres, interesadas, empoderadas con el tema de la paridad, fue espectacular. Segundo, si bien perdimos por un margen de más o menos 30 a 35 votos, debo rescatar que hay liderazgos renovadores en todos los partidos políticos, de colegas, mujeres y hombres, unos de la coalición de Gobierno, otros opositores radicales, otros como yo independientes, que más allá de nuestra diferencia política tratamos de converger en torno a la necesidad de esta reforma. Me quedo con eso, con el apoyo ciudadano y con las luces de esperanza y renovación que hay en cada uno de los partidos políticos colombianos.