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NEGOCIACION O DIALOGO

A 30 días de iniciarse las conversaciones entre el gobierno y las Farc no está claro todavía el propósito de las mismas.

2 de noviembre de 1998

El 11 de agosto, cuando sólo habían transcurrido cuatro días desde la posesión de Andrés Pastrana como presidente de la República y el país vivía la euforia de los primeros días del gobierno, cerca de 40 periodistas se reunieron en Bogotá para hablar sobre el papel de los medios en un proceso de paz. Convocados por la recién creada Corporación Medios para la Paz los periodistas tuvieron la oportunidad de intercambiar opiniones, por vía telefónica, con Francisco Galán, uno de los cabecillas del ELN detenidos en la cárcel de alta seguridad de Itagüí, y con Marcos Calarcá, el vocero internacional de las Farc.En medio de la conversación Calarcá lanzó una frase que sorprendió a los asistentes a la reunión pero que, a pesar de que fue reproducida en algunos medios de comunicación, no tuvo mayor resonancia a nivel nacional. Según el representante de la guerrilla, en las conversaciones acordadas entre el gobierno y las Farc, posteriores al despeje de cinco municipios en el sur del país, "no va a haber una mesa de negociación, lo que va a haber es una mesa de conversaciones". Y esas, dijo, "son dos cosas diferentes, porque la verdad es que nosotros no tenemos nada para negociar".La frase cobra vigencia a medida que se acerca la fecha límite para el despeje de los cinco municipios y las 'exigencias' de las Farc parecen ser cada vez mayores, como se desprende de las declaraciones que hizo la semana pasada el 'Mono Jojoy' sobre el canje de los militares y los policías que tienen en su poder por algunos de los presos de la organización subversiva y de la petición que hizo 'Tirofijo' al gobierno de enviar un emisario a la vereda de La Sombra, en el municipio de San Vicente del Caguán, para hablar expresamente de ese tema. De la misiva de 'Tirofijo' y de las declaraciones del jefe militar de la organización queda claro que para las Farc el canje no sólo no hace parte de la agenda de las conversaciones entre el gobierno y el grupo subversivo sino que debe darse antes de la instalación de las mesas de diálogo en los municipios despejados. Según la carta de 'Tirofijo' al presidente Pastrana, "si días antes de iniciar los diálogos logramos el objetivo gobierno-Farc en tan importante proceso (el del canje), estamos satisfaciendo el clamor popular de los colombianos". La liberación de los soldados y los policías secuestrados por las Farc no es, por lo tanto, tema de negociación. Pero ese no es el único punto importante que está por fuera de la agenda. También lo están el desarme y la desmovilización de los guerrilleros. En la entrevista que tuvo con el secretario del Partido Comunista argentino, Patricio Echegaray, 'Tirofijo' sostuvo: "Ellos (los delegados del gobierno) nos pueden plantear la desmovilización, la entrega de las armas, pero ahí no hay tal. Si el gobierno quiere que entreguemos las armas, ese es un tema que seguramente no lo vamos a discutir en la mesa de negociaciones. Las armas mantendrán la vigencia hasta tanto se logre la paz con justicia social". Descartados esos tres asuntos a_que para la mayoría de los analistas deberían ser el punto de partida de cualquier acuerdo de paz entre el Estado y la guerrilla_, tendría sentido la afirmación de Marcos Calarcá de que la guerrilla no tiene nada que negociar y de que las mesas que se van a instalar en el territorio despejado serán "mesas de diálogo y no de negociación". Eso explicaría, además, el que con la sola excepción de la declaración leída por el presidente Pastrana el día de su encuentro con 'Tirofijo', en la que afirmó que "en la reunión se acordó avanzar desde ahora en el establecimiento de las condiciones para el despeje de los cinco municipios, e instalar la mesa de negociaciones y diálogo en los primeros 90 días de mi gobierno", el primer mandatario se ha cuidado de mencionar la palabra negociación en casi todas sus demás referencias al tema. Y que las Farc hayan hecho lo mismo en todos sus comunicados. En resumidas cuentas, mientras medio país _comenzando por la gran mayoría de los analistas de prensa_ sigue hablando de negociación, el gobierno y las Farc hablan de diálogos o conversaciones de paz. Y puede que se trate _como dijo a SEMANA una fuente oficial_ de un problema semántico, relacionado con el hecho de que en la primera etapa de las conversaciones no se va a realizar ninguna operación que pueda asemejarse a un contrato entre las partes, pero la distinción no deja de ser importante desde el punto de vista de las expectativas de paz. O por lo menos del tiempo que pueda tomar el proceso de paz. En repetidas ocasiones se ha dicho _y eso es necesario reconocérselo al gobierno_ que la paz no está a la vuelta de la esquina, que el proceso puede tardar varios años y que lo importante es comenzar a conversar para conocer las aspiraciones de las partes. En esa perspectiva es perfectamente válido el planteamiento de las mesas de diálogo. Pero la verdad es que eso lo debería tener claro todo el mundo si lo que se quiere es un respaldo masivo a la política oficial.
La posición de las Farc
Tanto 'Tirofijo', en su conversación con el secretario del Partido Comunista argentino, Patricio Echegaray, como Marcos Calarcá, en su condición de vocero internacional de las Farc, han dejado en claro que en las conversaciones que se abren dentro de 30 días con el despeje de los cinco municipios del sur del país acordado con el gobierno es poco o nada lo que se va a negociar. Ni la desmovilización de las Farc, ni el desarme de los miembros de la organización, ni el canje de soldados y policías secuestrados por subversivos detenidos en las cárceles del país figuran en la agenda de las conversaciones. Los 'duros' al tableroEl protagonismo del 'Mono Jojoy' en la etapa que precede a los diálogos con el gobierno es cada vez mayor. No sólo fue el vocero en el tema del canje de guerrilleros presos por soldados y policías secuestrados, sino que dos de sus hombres de confianza, Milton de Jesús Toncel y Fabián Ramírez, comandantes del Bloque Sur y representantes del ala militarista de las Farc, figuran entre los tres miembros de la organización escogidos para dialogar con el gobierno. Eso, y el que ninguno de los voceros sea miembro del Secretariado, tiende a confirmar el hecho de que más que llegar a cualquier tipo de acuerdo lo que harán las Farc en la primera etapa de las conversaciones será sentar una posición de fuerza con miras a futuras negociaciones.