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PECADO DE OMISION

Una imprecisión en la hoja de vida del nuevo director del Dane, lo deja en una situación incómoda

26 de septiembre de 1994

CUANDO EL INGENIERO CIvil Diego López Arango presentó su hoja de vida a la Presidencia de la República para asumir como nuevo director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, reseñó en ella con propiedad y precisión los 11 cargos que ha desempeñado en los sectores público y privado durante los últimos 20 años. Pero incurrió en una singular omisión.

En contraste con la precisión con que había descrito sus actividades en anteriores cargos, López escribió en el período 1979 y 1982: "asesor de empresas". Esta omisión llamó la atención de quienes lo recordaban como un importante directivo de la Caja Vocacional, de la cual López fue miembro del Consejo de Administración, gerente general y gerente financiero. La Caja Vocacional fue una fundación canónica del Episcopado Colombiano que en octubre de 1986 fue epicentro de un escándalo financiero en el que resultaron afectados 1.600 pequeños ahorradores.

La omisión, según le dijo a SEMANA el viernes pasado el nuevo director del Dane, se hizo en aras de la brevedad porque "es que la hoja de vida es muy larga y hay otro poco de cosas que no aparecen en ella".

Pero lo que esa brevedad ayudó a omitir es un historial de estrecha relación de López Arango con la Caja Vocacional y con monseñor Abraham Gaitán Mahecha, en uno de los períodos en que ocurrieron irregularidades -especialmente en el sector a cargo de López, el financiero- que llevaron a la institución al descalabro. Algunas de las operaciones en las que participó el ingeniero, se convirtieron con el paso de los años en motivos de la intervención y sanción de la Caja por parte de las Superintendencias de Sociedades y de Control de Cambios.

En efecto, López Arango ingresó a mediados de 1979 como gerente administrativo de la Fundación Caja Vocacional tras haber sido tesorero general de la República (1975-1976), presidente de Alcalis (1976-1977) y gerente del IFI (1977-1978), entre otros. Según certificado de la Superintendencia de Sociedades, López Arango figuró en ese entonces como miembro del Consejo de Administracion, organismo que fijaba las políticas de la Caja, y como gerente general de la fundación. Sin embargo López asegura que "sólo fui asesor de la Caja Vocacional. Como el cura era chifladito entonces nos llamaba gerentes".

La Caja Vocacional fue creada en 1957 por monseñor Gaitán Mahecha y en 1968 pasó al control de la Conferencia Episcopal Colombiana. Aunque la entidad buscaba en principio financiar la formación de sacerdotes, con el paso del tiempo se convirtió en un pequeño pulpo financiero, que sin autorización de la Superbancaria, captaba y prestaba dinero, y cometió la mayoría de los pecados de la época, como autopréstamos y malos manejos en divisas, que llevaron a varias entidades financieras a la crisis de los años 80.

En este escenario López jugó un papel activo. En octubre de 1979, los miembros de consejo de administración de la Caja Vocacional -entre ellos López y monseñor Gaitán Mahecha- decidieron repartirse anticipadamente parte de las supuestas utilidades (aunque la Caja era entidad sin ánimo de lucro) que se creía obtendría la Caja por la construcción, entre otros, de los edificios de apartamentos y oficinas del conjunto El Greco, en la avenida Eldorado con 68 de Bogotá. El consejo creó entonces una nómina confidencial por medio de la cual se efectuaban estos pagos, que fue luego descubierta por la Superintendencia de Sociedades, según consta en el expediente 23675. Las erogaciones se efectuaron entre octubre de 1979 y septiembre de 1981, y se justificaron en las utilidades de estos negocios "no obstante -como lo anota la Supersociedades- haberse obtenido pérdidas en las construcciones".

Varios cheques girados por la Caja Vocacional para pagar -violando el Estatuto Cambiario- deudas en dólares en el exterior y que aparecen firmados por López (ver facsímil), fueron citados, en los informes de las autoridades cambiarias, como ejemplos de las violaciones con divisas en que incurrió la Caja entre 1978 y 1986 y que originaron sanciones. Al respecto López explica que "hubo un cheque de 5.000 dólares que fue firmado por mí, pero eso era una cosa a través del Banco de Bogotá, yo no recuerdo muy bien, pero nunca ni siquiera me llamaron a ninguna investigación. Yo creo que en ese momento eso no violaba el Estatuto Cambiario".

En defensa de López debe decirse que ni él ni una decena más de los gerentes que tuvo la Caja fueron sancionados por la Supercambios. Sin embargo hoy, ocho años después de la quiebra de la Caja, el tema cobra vigencia al ser nombrado López como director del Dane. El asunto no deja de ser molesto, en especial por el hecho de que el nuevo funcionario que estará a la cabeza de la entidad encargada de decirle periódicamente al país, con datos precisos, toda la verdad en temas tan delicados como la inflación y el desempleo, omitió informarle al gobierno en la hoja de vida que le presentó, que durante tres años estuvo vinculado como directivo y gerente a la tristemente célebre Caja Vocacional. Probablemente si López Arango hubiera incluido en su hoja de vida su paso por la Caja, habría evitado las suspicacias surgidas por la omisión y también que le recordaran sobre sus actuaciones en la fundación canónica.