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El sábado 17 de marzo, a las 4:30 de la tarde, murieron 11 uniformados del Ejército en zona rural de Arauquita tras un ataque guerrillero.

CONFLICTO

Unas de cal, otras de arena

La puesta en marcha de la nueva estrategia de las Fuerzas Militares mostró su efectividad con la muerte de 33 guerrilleros de las Farc en Arauca, pero el asesinato de 11 soldados en el mismo departamento dejó claro que los errores en la guerra se pagan muy caro.

24 de marzo de 2012

Arauquita, una zona vasta y llana al nororiente del país, fue en pocos días el escenario de dos hechos impactantes del conflicto armado. La guerrilla demostró que el menor descuido de las tropas se paga con sangre y las Fuerzas Militares ratificaron que la nueva estrategia, 'Espada de Honor', puede conducirlas por el camino de las victorias.

En efecto, hacía cinco años que las autoridades no reportaban una acción militar en la que de un solo golpe se diera de baja a 33 guerrilleros. Fue el miércoles 21 de marzo, un día especialmente febril en noticias relacionadas con la violencia. A la misma hora en la que la exsenadora Piedad Córdoba anunciaba que las Farc, por fin, liberarían en dos entregas a los diez policías y militares que mantienen cautivos desde hace 14 años, el país empezaba a conocer los detalles de una operación que en la práctica deja herido de muerte al frente 10 de las Farc. Tras el bombardeo de la Fuerza Aérea y el ingreso del Ejército Nacional a un campamento en la vereda Aguas Claras, en Arauquita, al norte de Arauca, se confirmaba el alto número de bajas y se capturaba a 12 guerrilleros, entre ellos Juan Vicente Carvajal Isidro, alias Misael, segundo al mando de este grupo de las Farc en la región.

Desde el operativo que causó la muerte de Alfonso Cano el pasado 4 de noviembre, en el que murieron 23 guerrilleros en el Cauca; y otro en San Miguel, Putumayo, donde fueron abatidos 22 en septiembre de 2010, la fuerza pública no había causado bajas tan numerosas como esta. La novedad es que el resultado de la semana pasada obedece a la recién modificada estrategia militar. En términos sencillos cambió los objetivos de alto valor estratégico (como el Mono Jojoy o Raúl Reyes) por los comandantes de frente y fichas claves en las finanzas o el narcotráfico a nivel regional. Por eso caerle al campamento de Misael significa un alivio para las empresas petroleras de Arauca y los comerciantes de ambos lados de la frontera con Venezuela, que estaban asediados con las extorsiones que por años ordenó este hombre solicitado en extradición por Estados Unidos, pues se le sindica de ser el responsable del envío de cargamentos de droga.

Aunque en principio el país creyó que dicha operación era una respuesta a lo sucedido el pasado 17 de marzo a las 4:30 de la tarde, cuando las Farc atacaron un contingente de la Brigada 18 del Ejército en la vereda Tres Cruces, muy cerca de allí, y en la que mataron a diez soldados regulares y a un suboficial, en realidad esta fue una acción de largo aliento. Llegar al campamento guerrillero tomó un arriesgado trabajo de infiltración de la Policía y un cuidadoso trabajo de inteligencia que llevó casi tres meses.

La última vez que los militares en este municipio habían sido blanco de la guerrilla fue el 11 de julio de 2010 cuando las Farc, en una emboscada, acabaron con la vida de nueve miembros del Ejército. Pero lo que sucedió con los 11 militares fue, según el gobierno, un error militar. "Es un golpe de oportunidad que las Farc tuvo por esta falta de seguir con el rigor necesario en los procedimientos", dijo el presidente Juan Manuel Santos, dejando en el ambiente la sensación de que fue responsabilidad del cabo.

Pero más allá de ese error táctico, lo que hay que revisar es por qué dejaron actuar al cabo de esta manera. Fue una pregunta que se hizo en todo el país. Para citar un ejemplo, el diario La Opinión de Cúcuta escribió en su editorial: "... En un organismo como las Fuerzas Militares, con tantos mandos pendientes hasta de detalles, ¿cómo los responsables de toda el área militar de Arauca permiten que una patrulla de noveles se estacione durante cinco días en el punto de mira de los fusiles guerrilleros?".

Si bien Colombia ha hecho un esfuerzo enorme por modernizar su tecnología, su capacidad de fuego o su movilidad aérea, expertos en el tema creen que las Fuerzas Militares están en mora de profesionalizar a sus hombres. "En los últimos ocho años se descuidó la profesionalización de los ejércitos, el talento humano, la manera como alistamos a los hombres para la guerra", señala Jairo Libreros, analista de seguridad y profesor de la Universidad Externado de Colombia. De ahí que varias de las familias de los muchachos que cayeron en el ataque guerrillero se hayan quejado de la poca preparación que estos recibieron para ir a una zona tan conflictiva como Arauca.

Tras el acierto de la operación contra Misael y el revés de los 11 militares muertos, quedan dos lecciones. La primera es que las Fuerzas Militares están abriendo un nuevo camino para llevar a las Farc a negociar y todo indica que actuar en grupos más pequeños, como lo están haciendo las Fuerzas de Tarea Conjunta en zonas como Nariño, Catatumbo, Valle del Cauca y Arauca, puede dar más resultados. Y la segunda: la idea del general Navas del 'soldado universal' bien entrenado y formado debe ponerse en marcha ya. De lo contrario, la guerra seguirá pasando la factura.
 
“Ya es muy tarde”

Isabel, madre del soldado Juan Felipe Reinoso, lamenta que el Ejército no haya podido reaccionar a tiempo para evitar la muerte de los once militares de la Brigada 18.

Acompañada de tres perros, abre la puerta. Sus ojos hinchados, su rostro pálido y su cabello desordenado reflejan varios días de llanto y sufrimiento. La última vez que habló con él fue ocho días antes de la tragedia.

Doña Isabel recuerda la última vez que habló con su hijo Juan Felipe. “Me dijo: Mamá téngame buen almuerzo, llego a las once de la mañana el martes”.

“Le hacía a la construcción, trabajaba en la plaza de mercado los viernes y sábados cargando mercados”, dice la mujer.

Aunque al principio se fue en contra de su voluntad al Ejército porque necesitaba la libreta militar, después del primer permiso de 23 días, en octubre de 2011, decidió seguir en las filas. “Era la única forma que tenía de comprarme la casa”, dice con voz entrecortada.

“Él era un niño. Imagínese, cuando estuvo aquí de permiso, todavía jugaba bolitas con los amigos de la cuadra”. Ella cree que Juan Felipe no tenía edad para irse a una zona como Arauca. Según ella, un militar le dijo la semana pasada que estuviera tranquila, que ya el Ejército había matado a 32 guerrilleros. “Pero ya es muy tarde. ¿Por qué no lo hicieron antes y les evitaron la muerte a nuestros hijos?”, afirma.
 
“Los ponen como carne de cañón”

Nayid Bonilla cumplió 20 años el 10 de enero. Llegó a enfermero de combate, aunque su sueño era ser médico.

Se había presentado al Ejército a los 18 años, pero por un problema en su mandíbula fue rechazado. Nayid Bonilla, de 20 años, lo intentó por segunda vez el 18 de junio de 2011. Y lo logró.  Se fue reclutado para Arauca. “Iba feliz porque le gustaba”, contó Argenis Castillo, su mamá.

Antes de llegar a Tres Cruces, donde ocurrió el ataque, pasaron por la base militar de Caño Verde. “Me contó que habían tenido dos hostigamientos, que estaba caliente, que ‘nos tienen jodidos los francotiradores’”, cuenta su papá, Hernán Bonilla.
Sus padres, angustiados, lo esperaban el martes 22 de marzo, cuando llegaba por unos días de permiso. El viernes Nayid se comunicó con su padre para pedirle que le girara 130.000 pesos para el pasaje de Saravena a Ibagué porque el Ejército no les iba a dar dinero. Los padres dicen que, aunque su hijo estaba feliz de hacer parte del Ejército, ni él ni sus compañeros, la mayoría de 20 años, estaban suficientemente maduros para enfrentar zonas como Arauca.

“Los ponen como carne de cañón, ¿por qué no mandan a los soldados profesionales?”, se pregunta Hernán: “¿Por qué esperan a que pasen las cosas para dar golpes como el de los 33 guerrilleros?. Esto es inadmisible”.