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EL CAZADOR

El director del CTI, Pablo Elías González Monguí, se ha convertido en el brazo fuerte del fiscal Alfonso Gómez Méndez en la lucha contra la impunidad.

18 de enero de 1999

La noticia de la aparición de Juan Diego Saldaña, el niño que había sido robado recién nacido de la Clínica del Country en Bogotá hace unos dos años, no sólo conmovió al país por las dimensiones del caso sino que sirvió para alimentar las esperanzas de los miles de colombianos que están convencidos de que viven en el país de la impunidad. El protagonista de este milagro es Pablo Elías González Monguí, director del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía, quien desde su posesión en el cargo se ha convertido en uno de los colaboradores más eficientes del fiscal Alfonso Gómez Méndez en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia común. Su labor no sólo ha consistido en la recolección de pruebas para la resolución de los casos sino que bajo su administración el CTI también se ha encargado de atrapar a los implicados sin necesidad de delegar esas funciones, como era usual, en otros organismos de seguridad. Además de dar con el paradero del pequeño Juan Diego la estrategia ha permitido, por ejemplo, capturas como las de Víctor Carranza y Angel Gaitán Mahecha, ambos asociados con actividades de paramilitarismo. Experto en derecho penal y criminología y amigo de Gómez Méndez desde la Universidad _incluso trabajaron juntos en la Procuraduría_ González tiene confianza en que esta llave, unida además por lazos de profunda amistad, surta los efectos deseados y contribuya a elevar el prestigio de una institución que, por su naturaleza, no puede evitar estar siempre en la mira de la opinión pública.