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El auto fantástico

Manejar no será más un tormento sino un placer. Los carros del futuro ofrecen toda la comodidad para que viajar en un vehículo sea como estar en casa.

7 de marzo de 2003

Cuando se habla del futuro de los carros es inevitable remitirse a las imágenes que tantas veces se han mostrado en películas de ciencia ficción como Blade Runner, La guerra de las galaxias, El quinto elemento y Minority report. Son vehículos pequeños, veloces, con diseños futuristas, que con sólo hundir un botón llevan al pasajero al destino deseado. Tienen capacidad de despegar desde cualquier calle, andar por autopistas aéreas e incluso suspenderse en el aire para dejar a un pasajero en la azotea de algún rascacielos. Una idea muy llamativa, sin duda, pero que aún no se vislumbra en el horizonte de la industria automotriz.

En tierra, sin embargo, las cosas no dejan de ser sorprendentes. Aunque no se tendrá en un futuro próximo el carro volador de George Jetson de la popular serie animada Los supersónicos, los carros cada vez incorporarán más tecnología de punta que irá disminuyendo el papel del conductor y agregará comodidad dentro de la cabina, como si se tratara de la clase ejecutiva de un avión o incluso como una versión en miniatura de una acogedora sala de casa.

Los expertos en el tema indican que en cuestión de 10 años no habrá viaje en carro sin que los niños puedan ver una película desde sus pantallas, ubicadas al respaldo de las sillas delanteras. También se podrán entretener con videojuegos o navegando en Internet. El trabajo del conductor será cada vez más fácil. Con ayudas de navegación y el apoyo de GPS (Sistema de Posicionamiento Global), que le permitirá conocer la mejor ruta para llegar a un lugar y evitar trancones, el piloto podrá relajarse en su silla mientras recibe un reconfortante masaje. La opción de comer dentro del carro se ampliará pues en el interior habrá una pequeña nevera, horno microondas y mesas plegables para disfrutar un buen almuerzo. Para superar el problema de posibles mareos se mejorará el sistema de suspensión para garantizar mayor estabilidad dentro del vehículo aunque esté andando sobre terreno destapado. La integración de sofisticadas computadoras con sistemas de reconocimiento de voz hará que en el futuro el carro sea casi como el del auto fantástico, al que se le pueden hacer preguntas de este tipo: "Navegador, ¿cómo puedo llegar a la Primero de Mayo con avenida 68?". Este, en cuestión de segundos, le señalará la mejor ruta en la pantalla.

Muchas de estas características han dejado de ser ciencia ficción pues ya hacen parte de carros de lujo que están a la venta. Está la serie 7 de BMW, por ejemplo, que no tiene palanca de cambios sino un botón en el timón que cada vez que se presiona aumenta a una posición mayor, de primera a segunda, de segunda a tercera y así sucesivamente, como en los autos de Fórmula 1. Este automóvil además tiene otro botón a la derecha -donde debería estar la palanca de los cambios-, con el cual el conductor puede controlar sin problemas todo el ambiente del carro, desde el aire y la música hasta escoger una película en DVD, consultar el sistema de navegación para evitar el tráfico pesado, ver cómo están los niveles del motor, aceite, agua, el aire de las llantas o entrar a Internet para mandar un e-mail.

"Aunque se sigue mejorando en cilindraje, motor y fuerza, la seguridad y el confort se han convertido en una prioridad", dice Ana María Machado, jefe de mercadeo y publicidad de Autogermana. La comodidad se puede ver también en otros modelos, como el Mercedes Benz Clase E, cuyas sillas permiten un viaje más relajado. En las curvas pronunciadas, por ejemplo, este sistema se activa, inflando una especie de bolsas de aire que le van dando soporte a los pasajeros en el lado que se está inclinando. De esta forma no van a estar dando tumbos de un lado a otro. Estos carros también tienen un botón que permite dar un masaje a los músculos de la espalda de los pasajeros. También cuenta con una suspensión de avanzada -que sería ideal para Bogotá- pues se vuelve rígida cuando el vehículo pasa por un terreno rugoso o calles llenas de huecos. De esta forma se asegura que dentro del vehículo el pasajero no sienta el mínimo movimiento. En las curvas, cuando se conduce de noche, las luces se mueven en la misma dirección del carro para ampliar el ángulo de visibilidad en 55 grados, cuando lo normal es de apenas 30. Sin ánimo de desalentar, el precio de estos modelos está por encima de los 150.000 dólares.

"Ahora se paga por equipamiento, dice Lucía Hansel, asistente de mercadeo de Didacol. Muchos todavía se preocupan por la fuerza pero otros están buscando que el carro tenga muchos botoncitos, que le hable, que haga cosas raras". El Infinity Q45 ha llamado la atención precisamente por todo esto. Tiene una cámara en la parte trasera, conectada a una pantalla en la consola del conductor, que hace las veces de espejo retrovisor. Cuando se pone la reversa de inmediato aparece la imagen de atrás para que el piloto pueda retroceder sin peligro de pegarle a otro carro. Pero el gran atractivo del Q45 es el reconocimiento de voz para comunicarse con el navegador. Sólo es necesario decir radio, o control de clima, y el computador accionará los comandos indicados. Tanto el Mercedes clase E como el Infinity Q45 son carros que pueden determinar la gravedad de un accidente y por esto activan sus bolsas de aire (airbags) de acuerdo con la severidad del impacto.

Otro carro con gadgets interesantes es el Audi A8, que puede reconocer las huellas digitales de su propietario y con sólo oprimir el encendido ajusta la silla, prende el equipo de sonido y el aire acondicionado a su gusto. Y hablando de arranque, las llaves ya empiezan a ser obsoletas pues los modelos más sofisticados traen una tarjeta para el computador que inicia todas las funciones del carro. El vehículo se prende y apaga con un simple botón. En caso de que la tarjeta se refunda es posible llamar a una central donde, después de pasar por un sistema de seguridad, le prenden el carro.

En el Salón del carro 2003, celebrado hace un par de semanas en Detroit, Johnsons Control, una empresa especializada en el diseño de interiores de vehículos, lanzó un novedoso sistema llamado Homelink, que le permite al dueño del carro abrir el garaje, prender las luces y desactivar o activar las alarmas de la casa desde el carro, a control remoto. De acuerdo con las predicciones de esta compañía en un futuro no muy lejano los vehículos tendrán un diseño que permitirá adaptar el interior a las necesidades de sus ocupantes. "El interior se puede convertir en una oficina rodante o en una sala, por ejemplo", dice Bill Fluharty. El timón también desaparecerá y en su lugar vendrá un joystick, como el que se utiliza en los videojuegos, por lo cual muchos tendrán que volver a tomar clases de manejo. "Muchas de estas tecnologías se volverán estándar en la industria, sobre todo las que tienen que ver con seguridad", dice María Páez, jefe de producto de Mercedes Benz. Otras, sin embargo, serán lujos que sólo algunos podrán pagar. "Para tener todos estos sistemas se requieren motores más potentes y todo eso cuesta", agrega.

No obstante hay carros no tan sofisticados pero sí con uno que otro de estos interesantes botones y a precios más competitivos, como el Peugeot 307. Este cuenta con un computador que controla funciones dentro del carro y un limpiaparabrisas con sensores que se activa cuando cae la primera gota de agua y va graduando automáticamente su velocidad de acuerdo con la intensidad de la lluvia. Las luces también se prenden apenas cae la noche. Según los ejecutivos de Johnsons Control este año muchas de las camionetas 4x4 vendrán equipadas con cámaras para monitorear a los niños en el asiento trasero. Gracias a la tecnología Bluetooth las llamadas de celular se escucharán por el canal del equipo de sonido y se podrá leer un e-mail desde la agenda digital, todo sin que la persona aparte sus ojos de la vía. Para evitar los problemas de distracción algunos modelos sólo permiten el uso de estas tecnologías cuando el carro va a cierta velocidad o se encuentra estacionado.

Aunque sin duda estos avances son reales y sorprendentes algunos piensan que hasta que los carros no vuelen cualquier innovación hará parte del normal desarrollo de la tecnología. Por ahora la industria automotriz nos queda debiendo las alas.