Hay evidencia de que el uso sin control de los dispositivos electrónicos hecho por esta población perjudica de manera significativa su normal desarrollo mental y emocional. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Educación

Expertos lanzan grave alerta: uso excesivo de dispositivos electrónicos por parte de los niños incrementa riesgo de adicción a drogas

El uso en exceso de dispositivos electrónicos por parte de niños y adolescentes tiene graves efectos en el cerebro. El más grave es que incrementa el riesgo de desarrollar adicciones. Hablan los expertos.

Redacción Vida Moderna
25 de mayo de 2024

Desde que cerca de 30 colegios de la capital del país anunciaron que prohibirán el uso de dispositivos electrónicos entre sus alumnos durante la jornada de estudio e, incluso, en las rutas escolares, numerosos especialistas en el país han alzado su voz para aplaudir la medida y, de paso, subrayar las graves consecuencias que el abuso de estos aparatos acarrea para la salud mental de los niños y los jóvenes.

La alerta más generalizada apunta a que el uso sin control de los dispositivos electrónicos hecho por esta población perjudica de manera significativa su normal desarrollo mental y emocional, y ocasiona, entre otras cosas, problemas de conducta, trastornos del sueño permanentes y enfermedades en aumento, como depresión infantil y ansiedad, con riesgo de generar adicción en los casos más extremos.

Los resultados no indican ningún beneficio al final de la educación secundaria para aquellos que obtuvieron teléfonos inteligentes de forma temprana.
"Los padres han perdido el control y la supervisión frente al uso de los dispositivos y de las aplicaciones que descargan sus hijos en estos equipos electrónicos permanentemente", dice un especialista. | Foto: Getty Images

Así lo sostiene, por ejemplo, Armando Vargas Benedetti, psiquiatra infantil de la Universidad del Valle, quien asegura que una de las razones de esta crisis en las nuevas generaciones es que los padres han perdido el control y la supervisión frente al uso de los dispositivos y de las aplicaciones que descargan sus hijos en estos equipos electrónicos permanentemente.

“Muchos papás les facilitan celulares a sus hijos menores de 2 años como una estrategia para calmar su llanto o para jugar mientras los adultos resuelven las tareas del día a día, sin pensar en las consecuencias de largo plazo que esto puede tener”, se lamenta el especialista.

Y explica que la exposición excesiva es perjudicial porque “puede acelerar el crecimiento del cerebro y asociarse con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y falta de autocontrol; así como un incremento en el riesgo del trastorno bipolar, trastornos alimenticios, psicosis y hasta las conductas agresivas en niños con predisposición a estos cuadros clínicos”.

Para Vargas, el asunto es tan preocupante que sostiene que “si el niño pasa más de dos horas al día con los dispositivos electrónicos, su conducta puede verse alterada, por lo que prefiere quedarse en casa frente a su computadora y no salir con sus amigos”. También puede repercutir en un bajo rendimiento académico. Si el niño presenta alguna o varias de estas manifestaciones, “puede ser una sospecha de adicción”.

Para el especialista, en estos casos “los padres deben desarrollar estrategias en casa para disminuir, poco a poco, el uso de dichos aparatos de forma progresiva. Si a pesar de esa medida el problema persiste, es recomendable acudir a un especialista para lograr ayuda profesional”, señala Vargas.

Se trata de un trastorno que ya tiene nombre: nomofobia. El término, que fue acuñado en Reino Unido, proviene del anglicismo nomophobia (no-mobile-phone-phobia). Y consiste en el miedo irracional a no tener el móvil al alcance o a estar incomunicado a internet por largos periodos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no la ha catalogado aún como una patología mental, “pero eso no demora en pasar debido al incremento de las afectaciones en la salud de niños y adolescentes”, segura Vargas.

Pasar horas frente al computador o sentado jugando en el celular o la tablet junto a una mala alimentación y poco ejercicio, puede provocar  una obesidad infantil que podría traer otras enfermedades a temprana edad.
Pasar horas frente al computador o sentado jugando en el celular o la tablet junto a una mala alimentación y poco ejercicio, puede provocar una obesidad infantil que podría traer otras enfermedades a temprana edad. | Foto: Pexels

A más interconexión, más soledad

Borja Vilaseca, autor español que mediante distintos libros intenta analizar la conducta humana, estuvo en Colombia para presentar Ama la soledad, su más reciente título, y compartir sus conclusiones sobre la soledad como un fenómeno de nuestro tiempo.

En diálogo con SEMANA, este gurú del autoconocimiento asegura que, lejos de lo que creen padres de familia, cuidadores y maestros, “los niños y jóvenes de esta generación no es que estén más conectados, por más que pasen horas enteras en sus dispositivos”.

En realidad, dice, “lo que viven es una desconexión de sí mismos por estar enchufados a la ficción de las pantallas y el nivel de aislamiento y de soledad es cada vez mayor. Por eso, creo que en algún momento será más necesario volver a la vida analógica y al silencio. Hay que enseñarles a cultivar el minimalismo digital”, asegura Vilaseca.

En opinión de Juanita Alarcón, psiquiatra infantil y el ‘cerebro’ detrás de la medida adoptada por las 27 instituciones que conforman la Unión de Colegios Internacionales de Bogotá, Uncoli, las consecuencias del abuso de los dispositivos son aún más graves de lo que se cree.

Para Alarcón, integrante de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, la sobreexposición a los mismos es la puerta de entrada a otras adicciones más complejas como las drogas. En este punto entra a jugar un área del cerebro conocido como el sistema límbico o de recompensa, en un contexto en el que el cerebro no ha terminado por desarrollarse, pues este órgano lo hace hasta los 25 años.

Dicho sistema es el que se encarga de las emociones y de la sensación de placer ante un estímulo. En ese sentido, “los celulares inteligentes y sobre todo las redes sociales, los juegos en línea, los algoritmos y ese bombardeo permanente de notificaciones lo que hacen es coger el sistema límbico del cerebro de ese niño, que es el sistema de recompensa, y alimentarlo”, señala la especialista.

Joven adolescente en computador, niño en computador, clases virtuales, redes sociales.
Una especialista señala que esa exposición indiscriminada a las redes sociales y los dispositivos hecha por los jóvenes los hace 66 por ciento más propensos a otras adicciones en el corto plazo de sus vidas. | Foto: Getty Images/iStockphoto

“Guardadas las proporciones, es lo mismo que hacen algunas drogas o algunos psicoactivos en el ser humano. Es como si le diera una pequeña dosis de recompensa, aunque no lo suficiente para quedar satisfecho y por eso el cerebro quiere más y más de ese mismo estímulo. Entonces, estamos criando cerebros adictos”, señala Alarcón con preocupación.

La especialista señala que esa exposición indiscriminada a las redes sociales y los dispositivos hecha por los jóvenes los hace 66 por ciento más propensos a otras adicciones en el corto plazo de sus vidas.

Y explica además que desde 2010 hay un pico mundial en el aumento de consultas de salud mental por parte de niños y adolescentes, y de padres que se enfrentan a este problema sin muchas herramientas. “Y no ha parado de crecer debido al uso indiscriminado de estos dispositivos, que en tiempo real representa unas cinco horas o más al día”, advierte Alarcón.

Señales de un niño adicto al celular o el computador

Existen varias señales que indican que un niño es ‘adicto’ a los dispositivos electrónicos.

  • Larga exposición: Una de ellas es que pase más de cinco horas frente a una pantalla a lo largo del día.
  • Inestabilidad emocional: Se muestra irritable, agitado, agresivo o ansioso cuando está frente a uno de estos aparatos. Esto se debe a que el niño teme perderse lo que está sucediendo en las redes sociales o los juegos en línea mientras está desconectado.
  • Aislamiento: Si el niño prefiere estar conectado que jugando o socializando con su familia y amigos, el padre de familia o cuidador debe preocuparse. Igual si las actividades que no implican conectarse a un dispositivo le parecen aburridas o poco atractivas.
  • Malas calificaciones: El bajo rendimiento escolar es una señal clara de que el niño está presentando déficit de atención u otro tipo de alteraciones.
  • Impacto en la autoestima: Es preocupante si el niño o adolescente comienza a alterar su percepción de la realidad frente a su apariencia física.