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A falta de uno...

Los tratamientos de fertilidad han traído un aumento en los partos múltiples. Aunque estos se suelen mostrar como hechos simpáticos, los problemas son muchos.

26 de mayo de 2007

Después de ocho años juntos y varios intentos fallidos de concebir un hijo, Doralba López y su esposo, Leonardo Henao, una pareja de manizaleños, acudieron a la inseminación artificial. Querían un hijo y todo parecía marchar sobre ruedas cuando se enteraron de que este año ella por fin había quedado embarazada. Pero se llevaron la sorpresa de sus vidas cuando supieron que venía en camino no uno, sino cinco bebés. Así les ha sucedido a muchas mujeres en el mundo que, tras sufrir de problemas de esterilidad, se someten a largos y costosos tratamientos de fertilidad que terminan con un embarazo múltiple.

Aunque parece el final feliz de un cuento de hadas, en la mayoría de los nacimientos al menos uno de los bebés muere. En el caso de Doralba y Leonardo, sólo para citar un trágico ejemplo, las cinco niñas fallecieron. Porque estos procesos, además de ser largos y costosos, también pueden causar varios problemas tanto en los fetos como en las madres. "Los riesgos de estos embarazos se relacionan con bebés prematuros, bajo peso al nacer, muerte de uno o varios de los fetos por competencia de los mismos. En relación con la mujer aumenta la frecuencia de enfermedad hipertensiva conocida como preclampsia o eclampsia, y la diabetes gestacional", dijo a SEMANA el ginecólogo de la clínica de fertilización Maternus Correa Silvio Correa.

Esa también fue la suerte que corrió una mujer en Canadá, cuyo nombre no fue dado a conocer, y quien, tras una técnica de reproducción asistida, dio a luz a sixtillizos en enero pasado. Otra joven de 27 años que se había sometido a un tratamiento de fertilidad tuvo ocho niños en Argelia y su caso se sumó al de Nkem Chukwu, una mujer de origen nigeriano que tuvo seis niñas y dos varones en 1998, y al de Mariella Mazzara, una italiana de 31 años que en 2000 también tuvo octillizos.

Esto ocurre porque los medicamentos que estimulan la fertilidad a veces no son usados apropiadamente. "Cuando se oye de cuatrillizos y quintillizos es porque han aplicado demasiado medicamento para estimular la ovulación y no le hicieron el seguimiento adecuado a la mujer", explica el ginecólogo especialista en fertilidad de la Unidad de Fertilidad del Country Alejandro Montoya.

El año pasado, en Estados Unidos sucedió un caso que ejemplifica a la perfección lo que puede ocurrir cuando se lleva a cabo este tipo de tratamientos. Tasha y John Riddle, después de siete años de intentos infructuosos por tener hijos, recibieron el consejo de su doctor de que recurrieran a un vientre de alquiler. La mejor amiga de Tasha, Raquel Mitola, se ofreció para ser inseminada. Como las posibilidades seguían siendo bajas, pues a Raquel sólo le daban el 50 por ciento de posibilidades de éxito, Tasha siguió su tratamiento. Meses después, el milagro ocurrió, sólo que fue más allá de las expectativas. Ambas quedaron embarazadas, y ambas de gemelos.

El fenómeno ha aumentado notablemente en los últimos 20 años con el éxito de los tratamientos de fertilización. Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos, en ese país "la cantidad de mellizos aumentó 74 por ciento y la cantidad de otros partos múltiples se ha quintuplicado". En España sucede lo mismo: actualmente 15 de cada 1.000 embarazos derivan en un parto de gemelos, el doble que hace 10 años. Y los embarazos de trillizos se han multiplicado por siete.

De acuerdo con la información más reciente de los programas de Técnicas de Reproducción Asistida (TRA), en Estados Unidos el 56 por ciento de estos procesos terminó en esta clase de nacimientos. En el continente, según la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida, la tasa de embarazos múltiples se mantiene en niveles cercanos al 30,4 por ciento.

Debido a que el número de estos nacimientos tiende a crecer, la calidad de los centros de fertilidad se está calificando de acuerdo con el número de embarazos múltiples que se hayan presentado en ellos. Las clínicas en donde se presentan más casos son las peor evaluadas. Es por esto que hoy las clínicas son más cuidadosas en el momento de realizar tratamientos. "Con las pacientes sometidas a fertilización 'in vitro' podemos transferir al útero de la futura madre sólo dos de los embriones obtenidos. De esta manera estamos controlando el riesgo de estos embarazos y la posibilidad de que se produzcan está por debajo del 13 por ciento de los casos", explica Correa.

En 1978, cuando se presentó el primer caso de fertilización in vitro en Inglaterra, seguramente nadie se imaginó que el éxito de esta y otras técnicas de reproducción asistidas iba a ser tan grande, que menos de 30 años después la comunidad médica estaría buscando soluciones no para que todas las mujeres que quisieran pudieran tener hijos, sino para que no tuvieran tantos.