Ryan Kramer creó la página web DonorSiblingsRegistry.com para encontrar a su padre biológico. Ryan ya se se ha contactado con él y con seis hermanas, tres de las cuales aparecen en la foto.

REPRODUCCIÓN HUMANA

Hijos de donantes que quieren saber de sus verdaderos padres

Aumenta la controversia por los casos de niños concebidos con semen donado. Se debate que tengan muchos medios hermanos y la necesidad de que sepan quién es el padre biológico.

14 de abril de 2012

David Gollancz, un abogado inglés de 59 años, concebido a través de inseminación artificial con semen donado, ha rastreado desde hace tiempo a sus posibles hermanos de sangre y a su padre biológico. Gollancz ha encontrado a 11 medios hermanos, pero en la lista podrían faltar 200 más. Descubrió recientemente que el padre de todos es Bertold Wiesner, director de la clínica de fertilización Barton, donde sus padres y muchos otros lograron concebir a sus hijos. Weisner la cofundó con su esposa Mary Barton en los años cuarenta y resultó ser el donante principal en este centro. Según cálculos parcos, habría aportado su semen para al menos 300 de los 1.500 niños que nacieron en la institución.

Hace siete meses, un caso similar en Estados Unidos ocupó la primera plana de los periódicos más importantes. Cynthia Daily, una trabajadora social de 48 años, decidió con su esposo concebir un hijo mediante el material de un banco de semen. Cuando creó un sitio web para invitar a todos aquellos que hubieran usado al mismo donante, Daily se sorprendió de cómo la lista aumentaba a diario. Ya ha logrado contactar a 150 niños, todos concebidos a partir del mismo material genético masculino.

Entre las posibles consecuencias negativas de este tratamiento está la propagación amplia de enfermedades hereditarias raras en la población y el incesto accidental entre medios hermanos.

En algunos países asiáticos los controles son muy estrictos y solo permiten un hijo por donante, mientras que en Estados Unidos hay legislaciones federales más laxas que no ponen límites, lo que ha facilitado que una muestra pueda ser solicitada infinidad de veces. En Europa hoy estos procedimientos están más vigilados y, al menos en Reino Unido, repetir lo de Wiesner es imposible porque el tope para cada donante ahora es de diez familias.

Ante la falta de legislación en Colombia, los bancos de semen, que son pocos, se autorregulan bajo los lineamentos de la Organización Mundial de la Salud. En el banco de gametos de Profamilia, donde hay óvulos y espermatozoides, se aplica una fórmula matemática que tiene en cuenta el número de habitantes de la ciudad donde vive el donante para saber cuántos hijos puede concebir. De esta forma, una individuo podría ser padre biológico de un número menor de bebés en Ibagué que en Bogotá. "En cualquier caso, el número no llega a ser superior a 25", dice Carlos Jiménez, director de este banco.

Aun así, el temor es legítimo si se tiene en cuenta que ha habido un aumento en la demanda de semen al tiempo que la sociedad se ha quedado rezagada tanto en el tema de la legislación como en el del seguimiento de esos niños.

El aumento se debe a que muchas mujeres solteras, sin problemas para concebir, se suman al conjunto de parejas infértiles que acuden a estos métodos para tener hijos. El caso de la humorista y presentadora colombiana Alexandra Montoya es un ejemplo. Ella decidió ser mamá soltera porque no tenía pareja en ese momento, y después de los 35 años no se podía dar el lujo de esperar más. "Mientras conozco a un hombre y decidimos si somos el uno para el otro puede pasar mucho tiempo", explica. También está el interés en estas técnicas por parte de parejas de mujeres homosexuales. El incremento de los casos de parejas infértiles es real. Según Juan Carlos Mendoza, director médico de Asociados en Reproducción, en un 40 por ciento de los casos que llegan a su institución el hombre tiene un semen deficiente, y una pareja de cada cincuenta recurre a donación de esperma.

Recientemente otra fuente de alarma ha sido la frustración de los hijos que no pueden conocer su origen biológico porque en muchos lugares, incluyendo a Colombia, las donaciones son anónimas. "Ni el donante sabe a dónde fue a parar su semen ni los padres saben más datos del donante que su talla, su color de piel, ojos y pelo", señala el médico especialista Marco Julio Velásquez, de Fecundar.

En el país los casos de niños que buscan al donante son muy escasos porque la mayoría de parejas que se someten a este procedimiento nunca revelan ni siquiera a su familia más cercana que usaron una muestra de banco de semen para concebir. La realidad de otros países ha mostrado que muchos de ellos, cuando son adultos, quieren conocer su origen biológico, pero se sienten frustrados ante la falta de información.

Wendy Kramer fundó Donor Sibling Registry hace 11 años para que su hijo Ryan, concebido con esta técnica, pudiera contactar a su padre biológico, un donante anónimo. Ya se ha encontrado no solo con su padre sino con varios de sus medios hermanos, y ya cuentan con otros 36.000 hijos de donantes que buscan sus raíces.

En los círculos científicos estas donaciones se comparan a la de cualquier otro tejido, como la córnea, y son la solución para muchas parejas infértiles que de otra manera no podrían concebir. Pero otros no comparten esta mirada. "Muchos creen que es una simple célula. Pero mi hijo lo ve como parte de su herencia genética", dice Kramer.

Una investigación hecha por Karen Clark y Elizabeth Marquardt encontró que los hijos nacidos de donantes de semen u óvulos son más propensos a tener problemas con la Justicia, a abusar de sustancias psicoactivas y a reportar depresión o problemas mentales. En parte lo atribuyen a que estas familias no tienen seguimiento y los niños crecen con dilemas que nunca resuelven. "No existe el 'donante'. Cada niño tiene un padre biológico y pretender lo contrario es aumentarles el dolor", señaló Clark a la revista Slate.

Montoya observa en estas apreciaciones una doble moral. "Muchos niños nacen de personas promiscuas que ni siquiera los reconocen. Y, en cambio, estos hijos que son concebidos con amor los critican",argumenta. "¿Qué explicación dan ellos para los hijos de familias con ambos padres biológicos que resultan adictos a las drogas? ", pregunta. Aunque su bebé Juan José va a conocer toda la verdad, aun si él quisiera no podrá tener acceso a la identidad de su padre.

Para evitar esto, en Inglaterra una ley permite a los hijos concebidos de esta forma conocer, a partir de los 18 años, quién aportó el material genético. La medida generó una disminución en el número de donantes, pues muchos ya no querían participar en esas condiciones. "Quienes hacen estas donaciones no quieren ser papás ni están buscando otra cosa que ser altruistas y ayudar a solucionar el problema de fertilidad de estas parejas", señala Mendoza.

Un donante que en sus épocas de estudiante contribuyó con la causa ilustra este punto. Al investigar qué había pasado con su semen encontró una página con las fotos de tres niñitos de diferentes madres que habían utilizado sus pajillas. "Sentí en mi cabeza una reacción fuerte y no fue un sentimiento bonito", relató a The Atlantic el donante, que hoy está casado y no le interesa saber de esos niños.

Para los expertos está claro que en este tema, como ya se hace por norma en la adopción, se debería siempre asesorar antes y después a los interesados, para descartar a los aspirantes que no están seguros del proceso. Hay que educar a los hombres para que entiendan que, pese a que sus hijos fueron concebidos con el material biológico de otro, en la práctica son suyos. También hay que acabar con la idea de que los donantes son seres extraños y oscuros porque, como lo explica Jiménez, "son personas comunes y corrientes". Y lo más importante es evitar que las parejas o las mujeres solteras que se someten a estos tratamientos sean estigmatizadas. De esta manera, muchos de los temas que preocupan a las familias involucradas y a la sociedad se podrán debatir abiertamente.