| Foto: U. N.

ECOLOGÍA

La colección de murciélagos más grande del país

Colombia es uno de los países más ricos en diversidad de estos animales, con 203 especies registradas hasta el momento.

29 de octubre de 2014

Con 12.000 especímenes, la colección que custodia el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional (ICN) es la más grande del país y, al mismo tiempo, un referente para investigadores nacionales y extranjeros.

El ejemplar más grande, Vampirum spectrum, mide 725 milímetros de ancho, el más pequeño, Rhogeessa tumida, de 46 mm y el más raro, por la escasez de su población, el Centurio senex, habita en el Magdalena.

Unos habitan el páramo, otros actúan en el control biológico de insectos, la mayoría no se alimenta de sangre y tampoco son ciegos. Estas son algunas características, alejadas de los mitos, que se conocen de los murciélagos gracias a la investigación realizada sobre ellos.

Colombia es uno de los países más ricos en diversidad de murciélagos. Hasta el momento se han registrado 203 especies, de las cuales se calcula que faltan unas diez en la colección del ICN.

“Hemos encontrado especies de estos mamíferos en el páramo que se alimentan solo de insectos, aunque obviamente su diversidad disminuye a medida que la altitud aumenta”, explica Catalina Cárdenas, bióloga de la U. Nacional y profesional de apoyo dentro del ICN.

Según la bióloga, este es, precisamente, uno de los mitos que se derrumba cuando se conoce con mayor profundidad la vida de los quirópteros, nombre científico de los murciélagos, ya que se cree que solo habitan en tierras templadas o cálidas.

Otro mito se relaciona con la idea de que todos chupan sangre. Lo cierto es que de las 203 especies registradas en el país, solo tres son hematófagos, es decir, muerden y después lamen la sangre. Lo hacen más que todo con aves de corral y ganado. Existen pocos reportes de humanos afectados por mordeduras de murciélagos en Chocó.

Tampoco son ciegos. Pese a que cuentan con todo el sistema visual perfectamente evolucionado, su visión nocturna no es muy buena, por lo cual han desarrollado un sistema de ecolocalización con el que realizan mejor sus actividades nocturnas.

Las primeras colectas, hechas por el profesor Hernández Camacho junto con otros investigadores, empezaron como laboratorio de mamíferos, así los primeros especímenes eran primates. Después se amplió con la colección de murciélagos, que hoy custodia el Instituto.