Hoy los padres españoles pagan las hipotecas de más del 30 por ciento de sus hijos. Y en el Reino Unido, una de cada 10 personas alrededor de sus 40 años recibe el apoyo financiero de sus padres.

FAMILIA

Banco papá y mamá: ¿deben los padres prestarles plata a sus hijos?

Aunque no es necesariamente un error, puede serlo. Finalmente, estos tienen un gran riesgo de que nunca se paguen. Cinco puntos para ayudarlos sin arriesgar la estabilidad financiera.

29 de septiembre de 2018

Anteriormente los papás se limitaban a pagar la educación de los hijos. Luego de esa meta, estos debían sostenerse solos. Pero los millennials recurren con frecuencia al ‘banco papá y mamá’ para solucionar problemas financieros: comprar una casa, invertir en un negocio, renovar el carro o estudiar una maestría. Pero para los padres hacer estos préstamos informales, dicen los expertos, puede ser un error por el alto riesgo de que nunca les paguen. Pero también, por la posibilidad de generar conflictos y hasta descalabros financieros.

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Según el banco holandés ING Internacional, hoy los padres españoles pagan las hipotecas de más del 30 por ciento de sus hijos. Y en el Reino Unido, una de cada 10 personas alrededor de sus 40 años recibe el apoyo financiero de sus padres. En Colombia no hay datos suficientes porque es una actividad informal, pero como explica Nigel Keohane, director de investigación de la Small Market Foundation, es una práctica recurrente: “No proviene de familias adineradas que transfieren su riqueza a nuevas generaciones, sino de padres con recursos limitados, que además de aprovisionar dinero para su vejez, tienen que a ayudar a sus hijos adultos a sobrevivir”. Para evitar caer en problemas, los expertos aconsejan tener en cuenta estos aspectos:

1. Analice cómo maneja su hijo el dinero

Antes de decir sí, los padres deben evaluar tres aspectos: la personalidad del hijo que pide el préstamo, su situación financiera y su estilo de vida, explican Scott y Bethany Palmer, autores de The 5 Money Personalities: Speaking the Same Love and Money Language. Este ejercicio permite identificar si usará el dinero de manera eficiente, si le mejorará su vida o si puede vivir sin ese gasto. Aunque está bien darles gusto, financiar todos los caprichos de los hijos puede “fomentar una personalidad irresponsable”, explica la psicóloga Catherine Salamanca.

2. Deje las condiciones claras

Si deciden hacerlo, los padres deben “dejar claro si se trata de un préstamo o un regalo”, dice Mauricio Roca, experto en finanzas personales y autor del libro Money Sutra. Esto le dará seriedad al acuerdo. “Si le voy a prestar a mis hijos, es como si le fuera a prestar a cualquier persona”, explica. Esto implica dejarlo por escrito en un documento legal donde quede especificado si hay algún interés y cuándo deben devolver el capital. “Yo recomiendo cobrar intereses, pero pocos, uno con el hijo no quiere hacer negocios”, dice.

3. No se quiebre por ayudar a su hijo

Los jubilados temen quedarse sin dinero. Y es común ver que los padres “les prestan a los hijos y ellos nunca lo devuelven”, dice Roca. Por eso los padres deben protegerse por su bien y por el de sus hijos, pues llevado al extremo puede llegar al abuso de los padres en la vejez. “La plata que uno hace no es para los hijos, es para uno”, agrega el experto, quien asegura que aunque en Colombia existe la creencia de que “hay que trabajar para ver qué se deja a los hijos”, no es correcto sacrificarse.

4. No se deje manipular

“Es difícil decirle no a un hijo”, dice Salamanca, pero si no es fuerte desde un principio, las demandas suyas de dinero pueden intensificarse en el futuro: el hijo puede enojarse, amenazar o empezar a tener actitudes pasivoagresivas para manipular a los padres. Ella aconseja no sentirse culpable por decir ‘no’y solicitar el apoyo de otros miembros de la familia para que la situación no se salga de las manos.

5. Cree presupuestos

Para no caer en deudas por culpa de los hijos, los expertos recomiendan analizar qué tanto pueden prestar. Según Roca, lo más razonable es que “no sea más del 15 por ciento de los ingresos mensuales, ni más del 20 por ciento del patrimonio total”. Para esto recomienda asesorarse de contadores, abogados y expertos.