Estados Unidos dobló una campana y la nación presenció un minuto de silencio el jueves, al iniciar las ceremonias del XIII aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 perpetrados por Al Qaeda, en Nueva York, Pensilvania y el Pentágono. En una ceremonia en el Pentágono, el presidente estadounidense, Barack Obama, recordó a los fallecidos, alabó la tenacidad de los sobrevivientes y la perseverancia y coraje de quienes mantuvieron el país a salvo. La conmemoración se produce solo unas horas después de que Obama presentara su estrategia para acabar con los milicianos de Estado Islámico en Irak y Siria. Los nombres de las más de 3.000 personas que perdieron la vida fueron leídos en alto. La triste letanía se detendría en cuatro ocasiones: a la hora en la que el primer avión golpeó el World Trade Center, cuando impactó el segundo avión, cuando cayó la primera de las Torres Gemelas y después, cuando cayó la segunda. Son pocos los cambios en la ceremonia anual en la zona cero. Pero el entorno ha cambiado mucho. El casi terminado One World Trade Center se eleva 541 metros sobre la zona cero y estará lleno de oficinistas para estas fechas en el 2015, otro indicio de que la ciudad podría estar volviendo una página de su historia. “La tienda de los horrores” El mandatario estadounidense inauguró el pasado 15 de mayo un museo conmemorativo de los atentados. Obama describió la exposición, en la Zona Cero de la ciudad de Nueva York donde previamente se alzaban las Torres Gemelas, como un "lugar sagrado de curación y esperanza". Por otro lado, afirmó que la visita "es una experiencia profunda y conmovedora" que permite conocer a las casi 3.000 víctimas. El museo, casi todo bajo tierra, expone detalles como un anillo de boda o un casco de bombero, así como videos de las torres mientras colapsaban. La construcción del museo no estuvo exenta de controversia. Algunos familiares de víctimas mostraron su rechazo a que los restos humanos no identificados que se encontraron entre los escombros estén ubicados cerca del museo en la Zona Cero. Asimismo, algunos grupos musulmanes indicaron que un video que describe al grupo Al Qaeda no diferencia de manera suficiente a los atacantes motivados por una visión radical del Islam de los musulmanes del común. Semana.com habló sobre estos reclamos con Anthony Guido, jefe de comunicaciones del Museo de la Memoria del 11 de Septiembre, quien aseguró que “Estados Unidos es un país multicultural. Solo en Nueva York viven aproximadamente 700.000 musulmanes, nuestro país y nuestra ciudad abre sus puertas a las culturas. Al Qaeda es una pequeña facción de extremistas que no pueden empeñar el buen nombre del pueblo musulmán”. “Este museo es de todos y para todos, y también para aquellos que sobrevivieron. Acá queremos resaltar la entereza y el coraje que poseen aquellos que lograron sobrevivir. Este museo es para que ellos recuerden que su valentía está en nuestras mentes y nuestros corazones”. La exhibición, que abrió sus puertas al público el 21 de mayo, también cuenta, como cualquier museo, con una tienda de recuerdos. Pero además de una sobrecogedora experiencia, el lugar también ha nacido con polémica, ya que algunos la han llamado en las redes sociales "la tienda de los horrores". Allí, los visitantes pueden comprar tazas de café del 11S, camisetas, camiones de bomberos de juguete y también una sudadera "de la oscuridad" con capucha y la silueta de las Torres Gemelas. Solemne y comercial Esta yuxtaposición de lo solemne y lo comercial ha levantado un encendido debate entre quienes ven que se está haciendo algo así como una mercantilización del sufrimiento de las víctimas. Por ejemplo, Jim Riches, padre de un bombero fallecido cuando trabajaba en las torres, expresó su malestar en declaraciones a CNN. "Básicamente están haciendo dinero del cuerpo muerto de mi hijo. Creo que es asqueroso". "Para mí es la cosa más vil e insensible poner un comercio en el lugar en que murió mi hijo", le dijo Diane Horning al diario local The New York Post. Recordando que en el museo hay una habitación con restos humanos sin identificar, afirma: "Aquí está en esencia nuestra 'tumba del desconocido'. Vender chucherías me parece chocante y repugnante". Por supuesto, las tiendas son algo presente en casi todos los museos del mundo. También en EE.UU. la hay en el de Pearl Harbor, en el del Holocausto y hasta en el del atentado de Oklahoma. Incluso hay una librería en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, pero vende postales, no camisetas. "No es posible crear un museo como este sin controversia, siempre va a haber un desafío tratar de crear esa narrativa que puedes usar para enseñar a quienes fueron voluntarios cuando pasó, a los jóvenes para que lo recuerden. Y este es un museo para el futuro", dijo a la BBC Alice Greenwald, directora del museo. El jefe de comunicaciones de la exhibición afirmó: “Este museo se creó para honrar, sobre todas las cosas, la memoria de los hombres, mujeres y niños que murieron en aquel horroroso ataque terrorista perpetrado ya hace 13 años en Nueva York”. “Estos hechos se llevaron a cabo en el corazón de nuestro país, nunca nadie se podrá recuperar de este acto por el terror y el miedo que infundieron en la población”, agregó. “En este museo usted puede levantar un auricular y escuchar las ultimas palabras de un hombre que le dice a su esposa que su avión ha sido secuestrado; galerías fotográficas o puede encontrar homenajes póstumos de corte artístico que los mismo familiares de las victimas nos ayudaron a construir” concluyó en diálogo con Semana.com. Con información de BBC Mundo y AP