Este 28 de septiembre es el Día Mundial de la Rabia, iniciativa promovida por la Organización Mundial de la Salud con el fin de crear conciencia a cerca de una enfermedad que causa más de 55.000 muertes anuales en el mundo. Esta infección la transmiten perros, gatos, zorros y murciélagos a través de lamidos, mordeduras o arañazos. La creación de campañas educativas entre la población expuesta es fundamental pues prevenible con la vacunación. El doctor José Alejandro Mojica, infectólogo pediatra y director médico para la Región Andina, Centro América y Caribe de Sanofi Pasteur, señala que Colombia es un país con zonas de alta endemicidad: “un claro ejemplo de la presencia del virus de la rabia en el país es el departamento del Chocó, que según el boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud de 2012, entre el año 2000 y 2010 se reportaron 17 casos de rabia en humanos, la mayoría asociados a mordeduras de murciélagos”. Sin embargo, Mojica resalta la presencia de esta enfermedad en zonas urbanas y rurales de nuestro medio ya que el 77 por ciento de los casos se producen por mordedura de perros. ¿Qué es la rabia? El virus de la rabia pertenece a la familia de los Rhabdovirus, y su infección se manifiesta por un periodo de síntomas leves que pueden durar de dos a diez días como cansancio, dolor de cabeza, fiebre, poco apetito, vómitos y hormigueo en el sitio de la herida. Sin embargo, luego del contagio, estas manifestaciones pueden tardar en aparecer entre 60 y 300 días. Luego, en un período que puede ir de 60 días a un año, la persona desarrolla dificultad para tragar y del 17 al 50 por ciento de los casos presentan horror al agua, por lo cual la enfermedad se conoce también como hidrofobia. Otros síntomas incluyen desorientación, alucinaciones y convulsiones seguidos por un período de coma. Es por esto que si no se trata con la máxima urgencia la enfermedad culmina en la muerte. Actualmente no hay tratamientos específicos para esta infección y por lo general se considera fatal en casi el cien por ciento de los casos una vez el virus llega al cerebro. Un animal portador de rabia presenta secreción salival abundante y, en etapas avanzadas, sangrado por los orificios corporales. Los murciélagos se chocan con otros, se caen y salen de día. La primera recomendación tras exponerse a la mordedura de un animal posiblemente infectado es lavar inmediatamente las heridas con agua y jabón, desinfectar con solución de yodo y acudir a un centro de salud informando la especie del animal, su estado de vacunación y el de la persona y las circunstancias en las que ocurrió la agresión.