Tener un animal en casa representa una serie de responsabilidades que los seres humanos deben tener en cuenta para que el bienestar sea mutuo. Saber cuáles son los espacios necesarios para el animal de compañía, respetar sus tiempos de descanso y alimentarlos adecuadamente son algunos de los pasos fundamentales en relación a su cuidado.

El tiempo que se tiene disponible es determinante cuando se adopta o compra un perro o un gato. En este sentido debe existir un acuerdo entre los miembros del hogar para dedicarle horas extra del día. Además, hay que ser lo suficientemente paciente y perseverante con él. El cuidado es importante, pero actuar con firmeza ante sus posibles malos comportamientos también lo es.

Para lograr que la convivencia con el perro o gato sea la mejor es necesario conocer las características de cada raza. No es lo mismo adecuar un espacio para un pastor ovejero que para un chihuahua.

El portal Madrid Salud señala que “los accesorios que debe adquirir antes de la llegada a casa del nuevo animal son una cama, comedero y bebedero, complementos como correa y collar en el caso de los perros y cubeta de plástico para la arena de deposiciones en el caso de los gatos. Deberá disponer, además, de un neceser que contenga peines o cepillos, toallitas húmedas para limpieza de ojos y orejas y cortaúñas”.

La alimentación es otro hábito que define la salud y el comportamiento de un animal de compañía. Proporcionarle a una dieta equilibrada coherente con sus necesidades físicas, y con los respectivos nutrientes, permite evitar futuras enfermedades.

“Lo ideal, tanto para perros como para gatos, es que consuman alimento seco, adaptado a cada etapa de crecimiento y a cada necesidad. Nunca deben consumir alimentos crudos, ya que estos podrían ser fuente de enfermedades parasitarias”, añadió el portal Madrid Salud.

Cabe destacar que como en los humanos, la obesidad es un problema de salud que puede condicionar la vida de los animales. Es importante saber que un animal normal debe tener las costillas palpables.

“En períodos de gestación o lactancia se debe proporcionar a las perras y gatas un alimento comercial de gama alta sobre todo durante las tres o cuatro últimas semanas de gestación y durante toda la lactancia. Se debe igualmente incrementar la ración sobre todo durante la lactancia a razón de 1,5 veces la cantidad necesaria para el mantenimiento normal durante la primera semana, dos veces más en la segunda semana y hasta tres veces más en la tercera semana de lactancia”, agregó la página web especializada.

La vacunación, por supuesto, es otro de los factores que permiten una vida plena en el animal. World Animal Protection sugiere que si el animal es adulto, lo recomendable es llevarlo a un chequeo anual con el veterinario. Los perros y los gatos deben ser inmunizados una vez al año contra las enfermedades más comunes como la rabia o el parvovirus, entre otras.

En cuanto a los cachorros, son necesarias tres o cuatro rondas de vacunación y desparasitación antes de los cuatro meses.

Otro de los puntos para una protección animal adecuada es mantener los espacios de los animales completamente aseados y aireados. Por ejemplo, hay que limpiar la caja de arena de los gatos por lo menos una vez al día. Si esto no se hace, existe la posibilidad de que se desarrollen organismos particulares como el toxoplasma, que puede producir fiebre o dolor muscular en la mascota e incluso en los humanos.