Cada semana, los hermanos Jorge Luis, Juan David y Fabio Ochoa reciben en la cárcel de Itaguí videos con informes pormenorizados sobre el funcionamiento de cada una de sus fincas.En los casetes, que los Ochoa pasan por un betamax que tienen a su disposición, los administradores de sus haciendas les dan cuenta del estado del ganado, de las tierras y, en general, del mantenimiento de sus posesiones.