Más de 4 millones de afrodescendientes y 1 millón de indígenas nutren al país con su cultura, su tradición y sus luchas.  El programa para esas poblaciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), se unió con SEMANA para realizar un especial que retratara las múltiples caras de los grupos étnicos minoritarios del país; que recogiera sus voces, que resaltara los rostros anónimos que aportan a construir a Colombia; que respondiera por sus mayores temores y problemáticas, pero también planteara los retos y oportunidades de esas culturas en tiempos de paz.En dos entregas en la revista impresa (en las ediciones del 19 de junio y 3 de julio) y un especial multimedia, se recorrerá el país de los más olvidados; el de los que han sufrido las peores consecuencias de la guerra y, a pesar de ello, supieron levantarse, ver en la diversidad una oportunidad y seguir trabajando por la vida.El país de los nukak, la última tribu indígena nómada desterrada de la selva por el conflicto, que hoy no pierde la esperanza de recuperar su cultura; el país de los raizales, arrinconados en su propio territorio sanandresano, que siguen luchando por no dejar morir sus tradiciones ancestrales.Y, como abrebocas, estas son algunas de las caras de ese poder.